tag:blogger.com,1999:blog-17030990321334226362024-02-06T19:20:47.262-08:00Carlos Trujillo: Notas sobre poesía chilenaCarlos Trujillohttp://www.blogger.com/profile/06524332265007344352noreply@blogger.comBlogger10125tag:blogger.com,1999:blog-1703099032133422636.post-68842601998002965252007-03-11T11:13:00.000-07:002007-03-11T11:26:16.313-07:00El Taller Literario Aumen[1]<div><br /><strong>I. Historia de este libro<br /></strong>En general, los antologadores utilizan la introducción para justificar la inclusión o exclusión de algunos nombres como la imposibilidad de satisfacer a todo el mundo al elegir un cierto número de poetas de una región, país, período o tendencia. Para publicar el presente volumen, la única gran dificultad con la que nos topamos fue--valga la redundancia--su publicación. Por lo tanto, lo que debe explicarse aquí, no justificarse, son las causas que impidieron su aparición unos catorce años antes. <a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgfduwW7RWY8q5p2uwEJ14nnZn9dbGruJbfPbEEnCltBa8qN8OOeuLVUm6NGHkY0yt5cgAxocGocVLSicBe93cbUiuRnMgBHOXHmNRpovEqP0w5j72zKc0NPC_q2g8g93cLciX2PNDKbswM/s1600-h/Antolog%C3%ADa.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5040734668784138802" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; CURSOR: hand" height="304" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgfduwW7RWY8q5p2uwEJ14nnZn9dbGruJbfPbEEnCltBa8qN8OOeuLVUm6NGHkY0yt5cgAxocGocVLSicBe93cbUiuRnMgBHOXHmNRpovEqP0w5j72zKc0NPC_q2g8g93cLciX2PNDKbswM/s320/Antolog%C3%ADa.jpg" width="232" border="0" /></a><br />Apenas surgió la idea de hacer este libro, a comienzos de 1984, empezamos a reunir el material para su revisión y discusión. El Taller Literario Aumen cumpliría 10 años en abril de 1985 y deseábamos celebrarlo en grande. Se tiraron líneas, se bosquejó un plan y se estableció un nutrido programa de actividades dirigidas a la comunidad, a ese fiel público que nos había acompañado por toda una década. Los preparativos duraron varios meses. A medida que se acercaba la fecha dos ideas iban tomando cuerpo: un Encuentro Nacional de Escritores en Castro y una Antología que difundiera parte de la obra del grupo, que en una década de trabajo constante había conseguido extender el mapa poético de Chile hasta la isla de Chiloé.<br />Desgraciadamente, el aniversario no pudo celebrarse. A fines de 1984, todo el trabajo preparatorio y las esperanzas puestas en la celebración fueron borradas por la gran goma de la dictadura. Todos los poetas de Aumen que ejercían como docentes fueron echados de sus cargos<a title="" style="mso-footnote-id: ftn2" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn2" name="_ftnref2">[2]</a>. Esos pequeños dictadores que eran entonces las autoridades municipales no se mostraban muy amistosos con la poesía ni con los poetas.<br />Un mes después, el 30 de enero de 1985, el Comité de Defensa del Pueblo (CODEPU) realizó una manifestación de apoyo para solidarizar con los profesores exonerados del Liceo de Castro. El acto no pudo llegar a su término. Carabineros y otros servicios de seguridad de la dictadura entraron al local y detuvieron a veintinueve personas, quienes fueron llevadas a la comisaría. Entre los detenidos estaban José Donoso; su esposa, María Pilar, y tres poetas de Aumen<a title="" style="mso-footnote-id: ftn3" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn3" name="_ftnref3">[3]</a>.<br />A pesar de esos avisos y amenazas de la dictadura, igual celebramos el aniversario, aunque sin el encuentro nacional de escritores ni la publicación del ansiado libro. Todas las fuerzas debieron ponerse en esa minucia que es la supervivencia en los momentos difíciles, y en conseguirse un trabajo, y un salario, en lo que fuera. Como el lector comprenderá, no era posible pensar en la docencia puesto que ninguna municipalidad aceptaría a un profesor que fue despedido por otra del mismo cuño<a title="" style="mso-footnote-id: ftn4" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn4" name="_ftnref4">[4]</a>.<br />En los años siguientes, el manuscrito fue de uno a otro lado en busca de editor. Se buscó apoyo por todos lados, sin olvidar las ONG<a title="" style="mso-footnote-id: ftn5" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn5" name="_ftnref5">[5]</a> ni los partidos políticos de oposición a la dictadura. Uno, en particular, se comprometió a publicarla, pero tras el ofrecimiento poco más se supo. La tuvieron guardada algunos años y finalmente sólo conseguimos que nos devolvieran el manuscrito que ya había perdido varias páginas. En 1988 avisaron que nos enviarían algunos ejemplares para difundirla en el Encuentro Nacional de Poetas que se realizaría en Castro,<a title="" style="mso-footnote-id: ftn6" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn6" name="_ftnref6">[6]</a> pero todo lo que llegó fue ese mensaje. Nunca volvimos a oír de su interés por publicarla.<br />Otro tema muy repetido en estas introducciones es la dificultad para publicar un libro de poesía. Ese lugar tan común se hace realidad aguda e insufrible para los poetas de provincia. La falta de contactos en la capital (donde se cocina todo) es el más grande obstáculo.<br />En 1989 dejé Chiloé y el país para seguir estudios en el extranjero. Las nuevas obligaciones me hicieron olvidar el manuscrito hasta cuando en 1992 se me ocurrió retomar el proyecto. Pensé que mi nuevo status académico sumado al Premio Pablo Neruda obtenido en 1991 facilitarían su publicación. Imaginé entonces, que de no hallar interés en alguna de las editoriales más importantes del país, las autoridades chilotas (de una democracia que habíamos ayudado a recuperar) apoyarían la publicación de este libro. Una antología de poetas isleños entre los que se cuentan varios antologados en Chile y en el extranjero.<br />Una vez más no ocurrió lo esperado. Pero seguí adelante por la vigencia que mantenía Aumen y por la enorme influencia que había generado en las provincias sureñas. Por otra parte, ya no se trataba de celebrar una década sino de revisar diecisiete años de la creación poética de ese grupo que comenzara en Chiloé en abril de 1975.<br />Por el tiempo transcurrido desde su primera versión, me parecieron necesarios algunos cambios. En esos siete años el taller había seguido funcionando en el archipiélago y su trabajo se había ramificado en el continente.<br />Tampoco conseguimos sacarla al público en 1992 ni en los años siguientes, pese a que los poetas de Aumen continuaron publicando individualmente y aumentando su prestigio a nivel regional y nacional. En 1992 la Ilustre Municipalidad de Castro le otorgó a Aumen el recién instituido Premio Municipal de Arte y Cultura y el mismo año, Rosabetty Muñoz obtuvo una mención de honor del Premio Municipal de Santiago por su libro Hijos. En 1994, Nelson A. Torres ganó ese premio y en 1996 Sergio Mansilla obtuvo una mención de honor por u libro De la huella sin pie. Desde 1992 hasta ahora las publicaciones individuales han aumentado notablemente, como puede verse en la bibliografía al final de este volumen. Sin embargo, nada de eso ha ayudado a hacer realidad la publicación de esta antología.<br />Como en Aumen siempre se trabajó en familia, con un sentido de competitividad sana y de apoyo mutuo, no me extrañó que en 1995, y sin ponerse de acuerdo, algunos de los poetas<a title="" style="mso-footnote-id: ftn7" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn7" name="_ftnref7">[7]</a> hayan enviado el proyecto a varios concursos nacionales propiciados por la nueva democracia. Para qué decirlo, el esfuerzo y el optimismo de esa iniciativa plural tampoco tuvo éxito. Ningún jurado consideró esta muestra de veinte años de trabajo de un numeroso grupo de poetas.<br />El libro que tienes en la mano presenta el doble de autores que el volumen original. La primera parte ha ganado con la inclusión de Rosabetty Muñoz y José Teiguel. La segunda se mantiene igual. Y se agregó una tercera parte que muestra las ramificaciones de Aumen y su presencia en el archipiélago de Chiloé y en el resto de la Décima Región<a title="" style="mso-footnote-id: ftn8" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn8" name="_ftnref8">[8]</a>, gracias al trabajo de poetas-maestros que han formado otros talleres y esparcido esa semilla que se plantó en una sala del Liceo Coeducacional de Castro en abril de 1975.<br />Aunque en estos once años varios de los poetas seleccionados aquí han hecho nuevas publicaciones no he querido alterar la selección de poemas. El objetivo principal de las dos primeras secciones es mostrar, aunque parcialmente, la obra escrita por ellos entre 1975 y 1985, es decir en la época formativa de los primeros autores<a title="" style="mso-footnote-id: ftn9" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn9" name="_ftnref9">[9]</a>. La tercera parte incluye poemas más recientes de poetas que se iniciaron al menos una década más tarde.<br /><br /><strong>II. AUMEN: Continuidad y permanencia<br /></strong>A fines de 1974 me reuní por primera vez con Renato Cárdenas para hablar sobre nuestras inquietudes literarias. De esa conversación surgió la iniciativa de crear en Castro espacios para hablar sobre cultura, arte y literatura. Ambos habíamos regresado a la isla casi un año antes y más de una vez nos habíamos encontrado en la sala de profesores del Liceo Nocturno, pero nunca habíamos entablado una conversación de verdad<a title="" style="mso-footnote-id: ftn10" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn10" name="_ftnref10">[10]</a>.<br />Aguijoneados por la falta de vida cultural en la ciudad y de actividades extra-académicas para nuestros estudiantes, esa misma noche acordamos proponer en el Liceo Coeducacional la organización de talleres o academias que les dieran a los estudiantes la posibilidad de acercarse a formas de cultura y arte no oficialistas, así como desarrollar sus aptitudes y su creatividad.<br />En ese momento, y también ahora, consideramos labor imprescindible organizar talleres de creación y expresión artística (literatura, teatro, música, pintura)<a title="" style="mso-footnote-id: ftn11" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn11" name="_ftnref11">[11]</a> en Castro y en todo el archipiélago de Chiloé. En ese tiempo los talleres eran una necesidad evidente puesto que en la ciudad no existía ninguna agrupación cultural, como tampoco había nigún cine<a title="" style="mso-footnote-id: ftn12" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn12" name="_ftnref12">[12]</a> en toda la provincia.<br />Pasaron las vacaciones de verano y en los primeros días de abril de 1975 tuvimos la primera reunión. Para evitar tensiones y temores en los interesados, dada la situación política de ese tiempo, sólo invitamos a profesores y estudiantes de los liceos locales. A esa reunión asistieron dieciocho personas y resultó todo un éxito puesto que al irnos de allí ya teníamos tres grupos organizados. Un taller literario, un taller de artes plásticas y un taller de teatro. </div><br /><div><br /><strong>PRIMEROS AÑOS: Obstáculos y desafíos<br /></strong>A la primera reunión asistieron los profesores Elba Andrade, Carlos A. Trujillo, Juan Vera Subiabre, Armando Barría, Clara Andrade, Renato Cárdenas y Juan Gutiérrez, y los estudiantes de enseñanza media, Ernesto Bórquez, Roger Cárcamo, Patricio Carvajal, Miguel Gallardo, Erwin Jorquera, Sergio Mansilla, Agne Muñoz, José Muñoz, Luis Horacio Rojas, Sergio Rubén Colivoro y Manuel Hirohito Vásquez. El director del liceo<a title="" style="mso-footnote-id: ftn13" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn13" name="_ftnref13">[13]</a> nos facilitó una sala para reuniones y desde ese momento hicimos de ese colegio nuestra sede hasta que ocho años más tarde el alcalde de la comuna<a title="" style="mso-footnote-id: ftn14" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn14" name="_ftnref14">[14]</a> prohibió que se reunieran allí los poetas porque según él "todos eran comunistas."<br />Para hacerse una imagen de esos comienzos es necesario saber que en Castro nunca habían existido talleres literarios<a title="" style="mso-footnote-id: ftn15" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn15" name="_ftnref15">[15]</a>, y que de todos los talleristas sólo Renato Cárdenas<a title="" style="mso-footnote-id: ftn16" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn16" name="_ftnref16">[16]</a> había publicado algunos poemas y contaba con cierta experiencia. De manera que este taller debía comenzar dando una formación básica a sus integrantes.<br />El funcionamiento real del taller comenzó cuando en la segunda sesión, cuatro novatos<a title="" style="mso-footnote-id: ftn17" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn17" name="_ftnref17">[17]</a> leyeron algunos de sus poemas los demás asistentes. Nadie imaginaría en ese momento que uno de esos jovencísimos creadores estaba descubriendo ahí mismo la pasión de su vida y su futura carrera académica<a title="" style="mso-footnote-id: ftn18" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn18" name="_ftnref18">[18]</a>.<br />Estos cuatro aprendices de poetas presentan una particularidad muy especial del taller en toda su existencia. La mayoría proviene de sectores rurales o de pueblos pequeños. De los cuatro mencionados, Muñoz era de Castro; Colivoro, de Chonchi; Mansilla, de Changüitad (Isla Quinchao) y Vásquez de Quellón.<br />Una vez leídos y comentados sus poemas, pasamos a la primera sesión de lectura y crítica de autores nacionales. Se comenzó con Obra gruesa de Nicanor Parra para motivar la discusión en ese grupo jovencísimo y sin experiencia en ese tipo de lecturas. No es novedad que los profesores de castellano dan preferencia a la narrativa y al teatro y, a menudo, omiten el estudio de la lírica. La discusión tomó vuelo, aunque las opiniones no fueran muy informadas sino que producto del shock que produjeron los antipoemas. La mayoría comentó que eso no era poesía, puesto que no coincidía con el concepto de belleza ni con las formas del lenguaje poético que estaban acostumbrados a ver.<br />Esa reunión señaló también el interés del taller por mostrarle a sus miembros el panorama más amplio posible de la poesía chilena y universal, como también dar a conocer todas las expresiones literarias, en particular aquellas más difíciles de encontrar debido a la escasez de libros en las bibliotecas de la isla.<br />Desde entonces los aprendices de poetas se fueron familiarizando con nombres como Catulo, Propercio, Marcial, Jorge Manrique, Garcilaso de la Vega, Fray Luis de León, Luis de Góngora, Francisco de Quevedo, Gustavo Adolfo Bécquer, Li Po, Walt Whitman, Arthur Rimbaud, Charles Baudelaire, Guillaume Apollinaire, Vicente Huidobro, Pablo de Rokha, Jorge Luis Borges, Vladimir Maiakovski, Serguei Esenin, Ramón Gómez de la Serna, Constantino Kavafis, Vicente Aleixandre, Ernesto Cardenal, Alen Ginsberg, y todos los nuevos poetas que aparecían en las publicaciones mexicanas, venezolanas, argentinas o españolas que lográbamos conseguir.<br />Cada vez se fue enfatizando más la lectura de poesía chilena posterior a Neruda, ya fuera en poemarios de los autores, ya en antologías. Al poco tiempo se hablaba y discutía con conocimiento de Eduardo Anguita, Gonzalo Rojas, Miguel Arteche, Armando Uribe Arce, Jorge Teillier, Enrique Lihn, Floridor Pérez, Oscar Hahn, Jaime Quezada, Omar Lara, Gonzalo Millán, pese a lo difícil que era encontrarlos en librerías y en bibliotecas. Era el comienzo de la dictadura y los años más oscuros del "apagón cultural".<br />Las dictaduras nunca han sido amigas de la poesía y la de Pinochet no fue una excepción. Muchos poetas tuvieron que salir del país, forzadamente. Varios lo lograron tras meses en prisión, en campos de concentración o relegados en pequeños pueblos. La historia no estaba para bromas. Se daban situaciones increíbles como la de Armando Uribe Arce a quien la dictadura le quitó la nacionalidad por obra y gracia de un decreto.<br />Nada de poesía chilena en las librerías. Neruda, apartado de los programas escolares. El boom hispanoamericano también. Por obra y gracia de fantasmas y aparecidos, poetas y novelistas desaparecieron de los programas escolares. Hacer leer Cien años de soledad o, ¡válgame Dios!, El señor presidente eran riesgos que se pagaban caros.<a title="" style="mso-footnote-id: ftn19" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn19" name="_ftnref19">[19]</a> Pese al temor, quienes no queríamos borrar de una plumada toda nuestra literatura, los manteníamos en el programa.<br />Era difícil encontrar los títulos apropiados para esos novísimos poetas. Así que Renato Cárdenas y yo comprábamos todo lo que encontrábamos en las librerías de viejo y en las liquidaciones de libros cada vez que íbamos a Santiago. Muchos de esos tesoros eran libros dados de baja, títulos prohibidos por la dictadura y que, precisamente, por esa razón los daban casi regalados. Juntamos cantidades de volúmenes que iban a ser fuente de estudio, lectura y descubrimiento para cientos de jóvenes. Adquiríamos tres o cuatro ejemplares por título.<br />Muy pronto surgió la necesidad de un nombre. Estaban muy presentes los de Trilce, Arúspice y Tebaida; nuestros predecesores inmediatos. Nadie sospechaba cuánto duraría el grupo ni la proyección que alcanzaría, pero era necesario darle un nombre a esa experiencia inédita en Chiloé y en el Chile posterior al golpe. Estoy hablando de abril de 1975.<br />De las varias propuestas se eligió Aumen<a title="" style="mso-footnote-id: ftn20" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn20" name="_ftnref20">[20]</a>, que en lengua huilliche quiere decir "el eco de la montaña." Esta palabra todavía se usa en algunos sectores del archipiélago, aunque ha perdido la consonante final (aume) y quiere decir "espíritu de los muertos que sigue rondando por las casas." El nombre Aumen resultó perfecto puesto que el trabajo del taller no fue una voz sino muchas voces multiplicadas en pueblos, ciudades y regiones. Y es un eco que todavía sigue esparciéndose. Más que eco de la montaña llegó a ser el eco poético del archipiélago.<br />En 1975 se publicaron dos revistas mimeografiadas con poemas y cuentos de unos quince jóvenes, se editaron cinco hojas literarias<a title="" style="mso-footnote-id: ftn21" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn21" name="_ftnref21">[21]</a> y se realizó el primer recital de poesía. En esa ocasión, leyeron diez talleristas ante un público formado por algunos de sus profesores, compañeros y parientes. A fines de ese año obtuve el Primer Premio en el Primer Certamen Nacional para Poetas Inéditos, organizado por el Taller de Letras "Ariel" de Santiago, por Las musas desvaídas. El premio fue igualmente importante para mí y para el taller puesto que fue el primer concurso de ese tipo después del golpe de estado. De manera que el premio nos empezó a proyectar más allá de la isla y ayudó a consolidar nuestro trabajo y nuestro nombre en la isla y la región.<br />En 1976 continuamos con las reuniones los lunes y jueves a las siete de la tarde<a title="" style="mso-footnote-id: ftn22" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn22" name="_ftnref22">[22]</a>. Llegaron nuevos integrantes y algunos antiguos se apartaron temporalmente por razones de estudio,<a title="" style="mso-footnote-id: ftn23" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn23" name="_ftnref23">[23]</a> manteniéndose siempre en contacto con el taller. Cada año teníamos que comenzar todo de nuevo por el alejamiento temporal de los más avezados. Sin embargo, ese hecho ayudó al desarrollo, a la expansión y a la difusión de la obra del grupo. Hacia fines de la década del setenta coincidieron en Valdivia--como estudiantes de la Universidad Austral de Chile, alero de Trilce anteriormente--varios poetas de Aumen. Estos junto a otros poetas sureños, también estudiantes de la Universidad Austral, fundaron el Grupo Indice.<a title="" style="mso-footnote-id: ftn24" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn24" name="_ftnref24">[24]</a> Este nuevo grupo editó una revista, organizó recitales y desarrolló una importante y dinámica actividad<a title="" style="mso-footnote-id: ftn25" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn25" name="_ftnref25">[25]</a> durante su breve existencia.<br />A la par con la publicación de revistas y hojas literarias y con los recitales de poesía, se iba estableciendo que Aumen era fundamentalmente un taller para poetas. Los que llegaban como cuentistas o novelistas en ciernes pronto abandonaban la narrativa y viraban hacia la poesía. Honestamente, asumo toda la responsabilidad y la culpa de esto porque, a pesar de que siempre incentivé la lectura de todo tipo de obras literarias, en las reuniones de lectura y discusión nunca le dediqué a la narrativa el mismo tiempo que a la poesía.<a title="" style="mso-footnote-id: ftn26" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn26" name="_ftnref26">[26]</a><br />En enero de 1977 se editó el primer libro de Aumen. Una reducida edición en papel roneo hecha en el Liceo Politécnico con la valiosa colaboración de Luis Tirachini<a title="" style="mso-footnote-id: ftn27" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn27" name="_ftnref27">[27]</a>. La tapa de papel de envolver se imprimió en una imprenta de Castro Alto. La pobreza material de la edición señala la precariedad de nuestros medios de impresión. Aquel libro se titula Cuatro poetas en Chiloé y recoge poemas de Renato Cárdenas Alvarez, Sergio Mansilla Torres, Pedro Segundo Ortiz Navarrete<a title="" style="mso-footnote-id: ftn28" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn28" name="_ftnref28">[28]</a> y Carlos Alberto Trujillo.<br />Al revisar este primer volumen me asombra la intuición que se tuvo en la selección de esos cuatro autores, antologados por primera vez. A dos décadas de esa edición, alegra comprobar que desde entonces esos cuatro autores no han parado de publicar. Renato Cárdenas, dedicado actualmente a la investigación de la cultura tradicional de Chiloé,<a title="" style="mso-footnote-id: ftn29" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn29" name="_ftnref29">[29]</a> publicó un libro de poesía, Poemas para mirar. Sergio Mansilla<a title="" style="mso-footnote-id: ftn30" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn30" name="_ftnref30">[30]</a>, Noche de agua, El sol y los acorralados danzantes y De la huella sin pie; Pedro Segundo Ortiz Navarrete, Bajo amenaza, Cualquiera de nosotros, Gestos de otra vida y Canto de gallos al amanecer, entre otros. Carlos Alberto Trujillo<a title="" style="mso-footnote-id: ftn31" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn31" name="_ftnref31">[31]</a>, Las musas desvaídas, Escrito sobre un balancín, Los territorios, Los que no vemos debajo del agua, Mis límites. Antología de poesía 1974-1983 y La hoja de papel.<br />En marzo del mismo año, por primera vez contamos con un público numeroso en un recital de poesía. Asistieron más de 200 personas a ese recital realizado en el patio cubierto del liceo<a title="" style="mso-footnote-id: ftn32" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn32" name="_ftnref32">[32]</a>. Los poetas estaban asombrados por ese inmenso público y el público estaba asombrado de que hubiera tantos poetas en la ciudad. En ese recital participaron Florisa Andrade, Ernesto Bórquez, Roger Cárcamo, Renato Cárdenas, Patricio Carvajal, Miguel Gallardo, Erwin Jorquera, Sergio Mansilla, José Muñoz, Neddiel Muñoz, Carlos A. Trujillo y Héctor Véliz Pérez-Millán. Con la participación de poetas adultos el taller comenzaba a conectarse más con la comunidad<a title="" style="mso-footnote-id: ftn33" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn33" name="_ftnref33">[33]</a> y a extender su radio de acción. Por otra parte, junto al recital de poesía se presentó una exposición de pinturas del padre Serafín Mansilla, de la comunidad franciscana.<br />Desde entonces hasta 1989, Aumen continuó realizando actividades cada vez más numerosas y variadas. Se iba formando un grupo de poetas, al mismo tiempo que se iba creando en Castro y Chiloé un público bueno y abundante para las actividades artísticas y culturales. La comunidad se acostumbró a la presencia de poetas, cuentistas, novelistas, dramaturgos, ensayistas y académicos invitados por el taller<a title="" style="mso-footnote-id: ftn34" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn34" name="_ftnref34">[34]</a> y empezó a exigir más y más. En ese momento la labor de agentes culturales que habíamos estado haciendo por puro amor al arte y a nuestra gente se transformó en una verdadera misión. Cuando empezamos no había exigencias de ningún tipo. Luego que nosotros creamos el interés, la exigencia de ese público se volvió hacia nosotros y no había más solución que responsabilizarse de la carga que nos habíamos echado sobre los hombros.<br />El Castro de esos años se fue volvió un medio artístico y cultural activísimo, basado principalmente en las presentaciones organizadas por Aumen. Un recuento total de lo que se hizo entonces daría para páginas y páginas.<a title="" style="mso-footnote-id: ftn35" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn35" name="_ftnref35">[35]</a> Valga recordar que en esos años nuestra vida giraba en torno a ese acontecer pese a que nunca contamos con apoyo económico y que solamente cuando había que pagar pasajes u otros gastos a los invitados foráneos se cobraba una mínima entrada. Por lo general, los invitados se quedaban en la casa de Renato Cárdenas o en la mía y muchas veces ellos mismos debieron costearse los pasajes.<a title="" style="mso-footnote-id: ftn36" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn36" name="_ftnref36">[36]</a> Por esos mismos años, a fuerza de necesidad Aumen se había ido volviendo también sello editorial<a title="" style="mso-footnote-id: ftn37" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn37" name="_ftnref37">[37]</a>.<br />En los veranos el grupo pasaba mucho tiempo junto. En varias ocasiones realizamos viajes, principalmente a la isla Caguach<a title="" style="mso-footnote-id: ftn38" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn38" name="_ftnref38">[38]</a> donde algunas noches dábamos recitales en el tiempo de la fiesta veraniega de Jesús Nazareno<a title="" style="mso-footnote-id: ftn39" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn39" name="_ftnref39">[39]</a>. Otra vez fuimos a pie de Huillinco a Cucao, antes que se abriera esa ruta. En Huillinco y Cucao establecimos nuestro campamento en las escuelas gracias a una autorización que nos dio la Municipalidad de Castro que en ese raro momento estaba congraciada con gracias a que habíamos publicado una pequeña edición mimeografiada de lo que más tarde sería Apuntes para un diccionario de Chiloé. En ese viaje descubrimos a don Arnoldo Altamirano, quien vivía en un hermoso paraje a orillas del Río Milleldeo. Don Arnoldo se había hecho poeta popular mientras trabajaba de esquilador en la Patagonia Argentina. Estas experiencias nos acercaban más y más a nuestra tierra, nuestra gente y nuestra cultura y nos motivaban a buscar y comprender mejor nuestras raíces y a reafirmar los valores de nuestra cultura marginal.<br />Para resumir la trayectoria de Aumen me limitaré a comentar tres eventos fundamentales en la formación de este grupo de poetas y en el descubrimiento de esa vocación por parte de otros jóvenes del resto del país. Las actividades a las que voy a referirme son: el Primer Encuentro de Escritores en Chiloé (1978); la celebración de los Diez años de Aumen (Castro, 1985) y el Segundo Encuentro de Escritores en Chiloé (1988).<br /><br /><strong>b. Primer Encuentro de Escritores en Chiloé (Castro, 1978)</strong><br />En 1978, la actividad desarrollada por el Taller Literario Aumen y su presencia en el medio literario sureño superaba toda expectativa. La capacidad de convocatoria que había ido adquiriendo obligaba a organizar una actividad que trascendiera, que consiguiera resonancia nacional. El taller buscaba crear nuevos estímulos entre los jóvenes. En ese momento los jóvenes poetas de la generación post-golpe desconocían por completo el trabajo de sus iguales en otros puntos del país. Era imprescindible crear los contactos, reunir a los poetas que estaban comenzando a hacer una obra a lo largo de todo el territorio nacional. Se vivía el quinto año de la dictadura y no lográbamos superar el apagón cultural. El impuesto a los libros, la censura a las publicaciones y la obligación de enviar los manuscritos al Ministerio del Interior para ser revisados antes de su publicación, entre otras razones, agudizaban la desconexión que existía entre los escritores del país. En esos años nadie sabía con seguridad quién estaba y quién no estaba en Chile.<br />Nosotros habíamos conseguido algunas direcciones y consideramos la posibilidad de organizar un Encuentro Nacional de Escritores<a title="" style="mso-footnote-id: ftn40" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn40" name="_ftnref40">[40]</a>. Uno de los grandes inconvenientes para realizarlo era que no contábamos con ningún tipo de patrocinio. Por fortuna, se presentó la oportunidad y no dudamos que ésa era la ocasión tan esperada. El Liceo Coeducacional de Castro<a title="" style="mso-footnote-id: ftn41" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn41" name="_ftnref41">[41]</a> estaba por cumplir 50 años y el Centro de Ex-Alumnos formado para la ocasión aceptó financiar nuestra propuesta como parte de los festejos cincuentenarios. De esa manera conseguimos reunir a una treintena de poetas jóvenes en Castro, desde el 3 al 5 de agosto.<br />El Cine Rex<a title="" style="mso-footnote-id: ftn42" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn42" name="_ftnref42">[42]</a> se repletó para escuchar a los poetas que leyeron en el acto inaugural. Tras la inauguración que fue una verdadera celebración de la poesía, la vida y del derecho a leer, a crear y a discutir, se vivieron tres días plenos de lecturas, comentarios, crítica, discusión y recitales públicos.<a title="" style="mso-footnote-id: ftn43" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn43" name="_ftnref43">[43]</a> Varios de los recitales fueron transmitidos por la Radio "Chiloé" y algunos fueron realizados en el auditorium de la misma radio. Los temas predominantes de discusión fueron la función del poeta durante la dictadura, la participación de los creadores en la lucha contra el gobierno militar, la búsqueda de modos de encarar la nueva situación política, crear formas de publicación, la organización de los escritores y la creación de una revista de los poetas de Temuco a Chiloé con el apoyo y la participación de todos. Hasta se propuso un nombre para la revista, pero tras el encuentro aquel entusiasmo no pasó de un simple entusiasmo. No llegamos ni siquiera al primer número<a title="" style="mso-footnote-id: ftn44" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn44" name="_ftnref44">[44]</a>.<br />A este primer Encuentro de Escritores en Chiloé llegaron poetas, profesores de literatura, críticos literarios, periodistas y un representante de la Sociedad de Escritores de Chile (SECH). Llegaron poetas de Santiago, Valdivia, Osorno, Puerto Montt, Ancud y Castro. Algunos invitados<a title="" style="mso-footnote-id: ftn45" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn45" name="_ftnref45">[45]</a> se excusaron por razones de trabajo. El poeta Jaime Quezada, que también había sido invitado a Valdivia el año anterior, emergió como una de las figuras importantes de este encuentro y desde entonces se transformó en el nexo entre nuestra generación y las generaciones mayores. Al menos en relación a los poetas del sur. Gracias a ese encuentro, los jóvenes de entonces sentimos que se recuperaba en parte la continuidad histórica de la poesía chilena.<br />El compromiso y la seriedad con que los jóvenes poetas del grupo organizador encararon ese encuentro quedó establecida desde el mismo discurso de inauguración, en el que Renato Cárdenas había expresado:<br /></div><br /><div>"Nos hemos encontrado aquí para definir líneas de trabajo que nos lleven a fortalecernos en una acción común... La literatura, como una hermosa mujer, merece nuestra atención. No podemos coquetear con el arte, pues nada más lejos de él que la frivolidad armada circunstancialmente. De allí que nos preocupe la liviandad con que a veces se quiere enfrentar este quehacer humano, llevándolo a una suerte de entretención otoñal, de ejercicio retórico o amórico para pasar las soledades; función que últimamente se la hemos encomendado a los puzzles y otras jugarretas.<br />Creemos que la devoción artística debe no sólo materializarse en la creación ciegamente atribuida a una intuición espontánea sino que ésta debe madurar en toda una cultura que nos antecede; la cual ha de ser conocida, buscando siempre un nuevo tipo de enfrentamiento con el quehacer artístico y la realidad." (La Cruz del Sur, "Dijo Renato Cárdenas", 5 de agosto de 1978, p.4) </div><br /><div><br />Esos tres días de reuniones, descubrimientos, festejos y compañerismo que vivieron los poetas en Castro fueron comentados por el propio Quezada (Ercilla 2248, pp.47-49, 1978) en el artículo titulado "Encuentro del Mito a la Poesía", del que cito un extenso párrafo, por su valor documental:<br /><br />“Durante casi una semana la poesía reemplazó a la lluvia en Chiloé, y una treintena de jóvenes, y no tan jóvenes poetas, desafiaron el invierno y la distancia geográfica en un fervoroso afán de diálogo y comunicación. El mito y la leyenda chilota quedó en el cuento de otro tiempo, porque el conjuro huidobriano--"que el verso sea como una llave que abra mil puertas"-- fue el santo y seña de este PRIMER ENCUENTRO DE ESCRITORES en la ciudad de Castro, a más de mil y tantos kilómetros al sur de Santiago... Recitales y charlas, discusiones y conversaciones ocuparon tres y cuatro días, y además sus noches, en difundir, analizar, cuestionar y testimoniar la poesía chilena de esta hora. Las memorables jornadas recordaron a los mejores encuentros celebrados en Chile en otro no olvidado tiempo.”<br /></div><br /><div>El Taller Literario Aumen vistió pantalones largos y Castro se volvió por unos días la capital de la poesía chilena. A partir de ese momento, y por más de una década, Castro se volvió el lugar preferido de encuentro para los poetas sueños.<br />Para el recuento y el recuerdo quedaron un montón de recortes de prensa sobre la jornada<a title="" style="mso-footnote-id: ftn46" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn46" name="_ftnref46">[46]</a>, una gran experiencia para los asistentes<a title="" style="mso-footnote-id: ftn47" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn47" name="_ftnref47">[47]</a> y, en particular, para los organizadores, además de la enorme satisfacción de haber realizado el Primer Encuentro Nacional de Poetas Jóvenes después del golpe de estado<a title="" style="mso-footnote-id: ftn48" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn48" name="_ftnref48">[48]</a>, ese "encuentro (que fue tan) necesario para posibilitar el conocimiento directo de los escritores del sur y para buscar en coordinación (la) solución de diversos problemas, inquietudes y necesidades de todo escritor joven en un momento de búsqueda, de formación y desarrollo de su estilo y personalidad de escritor."<a title="" style="mso-footnote-id: ftn49" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn49" name="_ftnref49">[49]</a><br /><br /><strong>c. Diez años de Aumen<br /></strong>En 1985 la obra de Aumen era vastamente conocida entre los poetas del país. En 1979 el Grupo Cámara-Chile, le otorgó el Premio Encina "por su actividad constante tanto en la creación como en la difusión de los jóvenes autores". Varios poetas del grupo habían sido premiados en concursos nacionales e internacionales, aparecían en revistas extranjeras y en antologías en Chile y en el exterior. Con humildad, sin artificios, sin bombos ni platillos, Aumen se había ganado un espacio en la poesía chilena de esa década y existía el deseo de festejar apropiadamente el décimo aniversario.<br />A comienzos de 1984 empezó a bosquejarse un programa para el aniversario y entonces surgió la idea de esta antología. A Iván Carrasco Muñoz, profesor de la Universidad Austral de Chile, se le solicitó un ensayo sobre la poesía de Aumen. En ese momento, Carrasco era el único crítico importante interesado verdaderamente en la poesía que se estaba escribiendo en el sur. Él había participado en el encuentro de 1978 y había sido profesor de varios miembros del taller.<a title="" style="mso-footnote-id: ftn50" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn50" name="_ftnref50">[50]</a> Por tales razones, conocía muy bien nuestra trayectoria.<br />A los pocos meses el manuscrito de Aumen: Antología de 10 años estuvo listo para su primera revisión. Poco tiempo después, el profesor Carrasco nos entregó su artículo<a title="" style="mso-footnote-id: ftn51" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn51" name="_ftnref51">[51]</a>. Hasta allí todo iba viento en popa. Pero ese pretérito imperfecto no logró superar su imperfección puesto que no pudo publicarse entonces (ni en los doce años que siguieron), así que los festejos tuvieron que buscar otra vía. A fines de diciembre de 1984, cuando se aproximaban las vacaciones de verano en que se afinarían los detalles de la celebración, todos los poetas de Aumen, o relacionados con el taller<a title="" style="mso-footnote-id: ftn52" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn52" name="_ftnref52">[52]</a>, que ejercían la docencia en la Décima Región fueron despedidos de sus cargos. Exonerado se había vuelto una de las palabras de moda en esos días. De una sola barrida quedaron sin trabajo Rosabetty Muñoz (Quemchi), Sergio Mansilla (Fresia), Nelson Antonio Torres (Curaco de Vélez), Jaime Márquez, y el autor de este artículo (Castro). Unos días antes, Renato Cárdenas, co-fundador de Aumen aunque bastante separado del grupo en ese tiempo, había sido relegado a un pueblecito desértico del Norte Grande<a title="" style="mso-footnote-id: ftn53" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn53" name="_ftnref53">[53]</a>.<br />Sin posibilidades de conseguir trabajo en la educación--al menos en Chiloé, donde estábamos desarrollando nuestro trabajo de creación e investigación--, no era factible dedicarse a preparar grandes celebraciones ni antologías. Así que quedamos a medio camino, sin poder seguir con los planes y con la urgencia de conseguir un trabajo para subsistir o 'sobremorir', según el término acuñado por Héctor Véliz Pérez-Millán. Como no era posible esperar hasta abril (fecha del aniversario) el festejo se adelantó para febrero. De ese modo podíamos eliminar la mayoría de los gastos, aprovechando a los escritores, músicos, pintores y artistas en general que llegan a Chiloé en el verano.<br />En enero, llegaron el ensayista Martín Cerda, entonces Presidente de la Sociedad de Escritores de Chile, y el novelista José Donoso. Ambos deseaban conseguir una audiencia con el alcalde para informarse sobre la causa de los despidos. Ambos autores permanecieron en Castro aproximadamente dos meses y nunca lograron conseguir la tal entrevista. En dos meses el alcalde Brahm nunca tuvo un minuto de tiempo para concederle a Cerda y a Donoso o, tal vez, esos dos meses no fueron tiempo suficiente para poder preparar medianamente bien sus respuestas. ¡Cosas de la dictadura!<br />El 30 de enero de 1985, el CODEPU (Comité de Defensa del Pueblo), enfrentándose a las restricciones que imponía el estado de sitio, organizó un acto de solidaridad para los profesores exonerados del Liceo de Castro<a title="" style="mso-footnote-id: ftn54" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn54" name="_ftnref54">[54]</a>. Al local de CODEPU llegaron carabineros y funcionarios del SICAR.<a title="" style="mso-footnote-id: ftn55" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn55" name="_ftnref55">[55]</a> Acordonaron el sector, impidieron que continuara el acto y llevaron a veintinueve detenidos, entre los cuales se encontraban José Donoso<a title="" style="mso-footnote-id: ftn56" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn56" name="_ftnref56">[56]</a>, su esposa María Pilar, y los poetas de Aumen Mario Contreras Vega, Mario García y Víctor Hugo Cárdenas. En total, cuatro mujeres y veinticinco hombres.<br />Esta detención masiva alteró el ritmo de vida de castreños y turistas y, al mismo tiempo, acentuó el interés del público por la celebración de los 10 años de Aumen que, de todas maneras, se desarrollaría desde el 11 al 16 de febrero en el Salón Pastoral "San Francisco", ubicado frente a la Plaza de Armas y a pocos pasos de la Gobernación Provincial. Pese a las restricciones que imponía el estado de sitio y arriesgándose a las posibles represalias por no contar con la debida autorización del Gobernador-Coronel de Carabineros, se llevó adelante el festejo de los diez años. Durante esa semana se ofrecieron conferencias, talleres de poesía, y recitales de poesía y música. Entre las visitas estuvieron José Donoso, Martín Cerda, el cantautor Eduardo Peralta, y los poetas Cristian Cottet<a title="" style="mso-footnote-id: ftn57" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn57" name="_ftnref57">[57]</a>, Heddy Navarro, Bruno Serrano, Angelina Silva y Varsovia Viveros, más el numeroso grupo de los poetas que se había formado en Aumen entre 1975 y 1985.<br />La celebración de los diez años nos dejó alegres y con muy buen ánimo para seguir. Todos los días contamos con un enorme y magnífico público que no se dejó amedrentar por las restricciones del estado de sitio ni por la prohibición a participar en reuniones no autorizadas. Los festejos fueron todo un éxito<a title="" style="mso-footnote-id: ftn58" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn58" name="_ftnref58">[58]</a> pero la antología siguió siendo un sueño no cumplido.<br /><br /><strong>Segundo Encuentro de Escritores en Chiloé<br /></strong>En 1988 celebramos el 2º Encuentro de Escritores en Chiloé. Era importante revisar críticamente el trabajo que los poetas del primer encuentro habían desarrollado en los diez años transcurridos desde entonces, como también hacer una revisión de todo el quehacer literario que estaba desarrollándose entre Temuco y Chiloé. Incluso con mayor urgencia, se necesitaba discutir la creación de medios de publicación y difusión en el sur. Esto último era imprescindible. No podíamos seguir dependiendo de lo que pasara o hubiera en las otras zonas para nuestras publicaciones. Esas urgencias nos comprometieron una vez más a la difícil tarea de organizar un encuentro nacional sin contar con el dinero para hacerlo.<br />Una vez más contábamos con los deseos y la ilusión pero no teníamos el dinero para costear el gasto de pasajes, el alojamiento, la comida y el arriendo de locales para reuniones y recitales. Demoramos todo un año en conseguir el dinero, a pesar de que no era muy grande la cantidad que se necesitaba. Para ser justos, hay que señalar que el encuentro no habría sido posible sin la colaboración y los contactos de Roberta Bacic desde Santiago, Sergio Mansilla desde Osorno, Clemente Riedemann en Puerto Montt, Rosabetty Muñoz en Ancud y Mario Contreras, Gloria Farfán, Aydé Pérez y Luis Torres Ojeda en Castro. Además, Roberta Bacic y su grupo hicieron un video del encuentro que se ha mostrado en Chile y en el extranjero. El video se titula "Entre lluvias y arcoiris"<a title="" style="mso-footnote-id: ftn59" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn59" name="_ftnref59">[59]</a>, y es una excelente muestra panorámica del encuentro, de los participantes y de los planteamientos que allí se expusieron.<br />Esta vez el número de asistentes superó con largueza al de 1978, como también el número de regiones y ciudades representadas. Sin embargo, el hecho de mayor trascendencia fue el de haber reunido en esa ocasión a poetas de por lo menos tres generaciones.<br />Los mayores fueron Miguel Arteche, Armando Uribe Arce y Floridor Pérez. De los presentes en 1978 concurrieron nuevamente Víctor Caico, Sonia Caicheo, Mario Contreras Vega, Oscar Galindo, Pedro Guillermo Jara, Ramón Mansilla, Sergio Mansilla, Nelson Navarro Cendoya, Jorge Torres, Gabriel Venegas y el autor de este artículo. A los anteriores se sumaron Carlos Amador Marchant, José María Memet, David Miralles, Rosabetty Muñoz, Clemente Riedemann y Nelson Vásquez, que aunque también comenzaron a escribir poco antes o poco después del golpe de estado no asisteron al encuentro de 1978. Entre los un poco menores o con algunos años menos de oficio estuvieron Víctor Hugo Cárdenas, César Díaz-Cid, Mario García, Mauricio Jara Westermaier, Jaime Márquez, José Teiguel y Nelson Torres. Finalmente, un numeroso grupo de jovencísimos poetas chilotes de entre 19 y 16 años, base de un esperanzador futuro para la poesía que se escribe en el archipiélago: Luis Alderete, Ana María González, Jeannette Hueitra, Marcelo Ruiz, Guido Sánchez, Miriam Torres, Marietta Uribe, Jorge Velásquez y Rodrigo Vivar.<br />Se reunió casi medio centenar de poetas desde Arica (extremo norte) hasta Quellón (ubicado a 98 kilómetros al sur de Castro). La crítica académica estuvo representada por Soledad Bianchi, Iván Carrasco y Gabriel Venegas.<br />El ritmo de trabajo fue intenso. Las actividades se iniciaban a las 10:00 de la mañana y se prolongaban hasta las 10:00 de la noche, sin contar las reuniones, tertulias y discusiones fuera de programa. La estructura del encuentro fue distinta a la de diez años antes, puesto que la situación política, aunque todavía bajo el gobierno militar, era bastante distinta y, además, porque en esta ocasión teníamos mucho más experiencia. Además, en 1988 la gente ya no tenía miedo de asistir a un encuentro de escritores, ni tenía temor de que lo que allí se dijera pudiera comprometerlos. Los poetas tampoco temían que alguien comentara más allá de las salas lo que allí se decía. De manera que todas las reuniones fueron abiertas y contaron con una audiencia sumamente interesada en los debates y las lecturas. Se grabaron en audiocassettes más de veinte horas de mesas redondas, talleres literarios y recitales. El enorme interés de la comunidad así como la necesidad de aprovechar el tiempo al máximo nos obligó a realizar hasta tres actividades paralelamente. Además de las actividades realizadas en Castro se dieron recitales en Achao (coordinado por Ramón Mansilla) y en Quellón (coordinado por Mauricio Jara Westermaier).<br />Casi sin tiempo para el respiro fueron sucediéndose las conferencias, las mesas redondas, los recitales de poesía y narrativa, y las sesiones de taller literario. Iván Carrasco presentó una ponencia sobre "La poesía del sur de Chile", Soledad Bianchi una titulada "Ruptura de la tradición o tradición de la ruptura". Miguel Arteche y Floridor Pérez colmaron de inquietudes e ideas a quienes tuvieron la suerte de asistir a sus talleres. Floridor Pérez hizo una memorable presentación de Armando Uribe Arce, quien no había logrado entrar a Chile desde el golpe de estado. El recital de Uribe Arce contó con todos los elementos para volverse mágico e inolvidable, desde la emotiva presentación de Floridor Pérez hasta la violenta tormenta de lluvia, truenos y relámpagos que causó un prolongado corte de luz y que obligó a terminar la lectura iluminados por unas cuantas velas.<br />En los recitales públicos participaron todos los poetas. El encuentro se abrió con el grupo de poetas más jóvenes de Chiloé. Mientras que la clausura estuvo a cargo de Miguel Arteche, Floridor Pérez, Clemente Riedemann, Jorge Torres y Carlos A. Trujillo. Hizo de moderador de esta actividad el académico Iván Carrasco Muñoz.<br />Finalmente, Soledad Bianchi, Iván Carrasco, Clemente Riedemann, José María Memet, y el autor de estas líneas, fueron los encargados de redactar las conclusiones. Un encuentro más para el recuerdo, un nuevo paso en la trayectoria de ese taller que nació en una sala de liceo sin otro objetivo que el de ofrecerle una nueva y viva inquietud a los estudiantes de la isla.<br /><br /><strong>El eco que se extiende<br /></strong>Evidentemente la importancia de Aumen en la vida literaria y artística del sur de Chile desde 1975 hasta 1989 no se basa tan sólo en su labor de agente cultural en Castro y en todo Chiloé sino que principalmente en su carácter fundacional, en su función de semilla fecunda y fecundadora que creó entre los jóvenes de la provincia el interés por la creación literaria, la investigación, y el amor por la cultura tradicional del archipiélago, junto con impulsar a otros a hacer suyos esos intereses. Todo esto a partir de abril de 1975, fecha de fundación de Aumen, cuando no existía ninguna actividad semejante en el sur y probablemente tampoco la había en ningún otro lugar de Chile.<br />Después de los primeros tres años de la dictadura se multiplicaron en el país talleres y grupos literarios (de continuidad y calidad dispar) incentivados por la necesidad de reunirse con quienes se pudiera compartir lo que se escribía, lo que se pensaba y lo que se leía. Motivados por la necesidad de hallar, por lo menos una vez a la semana, un espacio de libertad, un ambiente sin temor a expresarse libremente. A lo anterior se sumaban la precariedad económica, la censura de las publicaciones<a title="" style="mso-footnote-id: ftn60" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn60" name="_ftnref60">[60]</a> y, lo que se había vuelto peor, la autocensura que fue haciendo de cada poeta su propio y más estricto censor. Lo anterior sumado al natural deseo de ser leído, ayudó a popularizar las hojas literarias, que poco a poco fueron mejorando en calidad gráfica y en presentación.<br />Sin temor a equivocarme, creo que Aumen también fue precursor en esto de las hojas literarias con posterioridad al golpe de estado. En 1975 ya publicamos las Hojas de Poesía de Sergio Mansilla, Miguel Gallardo, Erwin Jorquera, Ernesto Bórquez y Patricio Carvajal y una Hoja de Cuento de Roger Cárcamo Navarrete. Todas impresas en mimeógrafo. Esas hojas fueron todo un éxito. Pasaban de mano en mano, al contrario de las revistas y los libros que pocos se arriesgan a prestar. Esas hojas eran palomas mensajeras cargadas de poesía sobrevolando los prosaicos nubarrones de la dictadura.<br />Pero quiero volver "al eco que se extiende." Después de la enseñanza media muchos miembros de Aumen estudiaron pedagogía<a title="" style="mso-footnote-id: ftn61" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn61" name="_ftnref61">[61]</a>. Unos regresaron a Chiloé, otros se quedaron en el continente, pero en la mayoría se mantuvo intacta la semilla del taller. Al iniciarse en la docencia, estos poetas les llevaron a sus estudiantes la experiencia vivida por ellos mismos en sus años escolares.<br />Hoy existen talleres en pueblos y ciudades de toda la X Región (provincias de Valdivia, Osorno, Llanquihue, Chiloé y Palena). Varios de ellos son dirigidos por poetas formados en Aumen. La Secretaría Ministerial de Educación desde hace casi dos décadas viene apoyándolos, y año a año realiza un Encuentro Regional de Talleres Literarios en el pueblo o ciudad que se ofrece como sede.<br />Entre los poetas formados en Aumen han dirigido o dirigen sus propios talleres literarios: Oscar Galindo en el Instituto Alemán de Valdivia; José Teiguel en el Colegio "Purísimo Corazón de María" de Fresia; Jaime Márquez en el Liceo Técnico "El Pilar" de Ancud; Ramón Mansilla en el Liceo "Ramón Freire" de Achao; Mario García y Nelson Torres en el Liceo Politécnico de Castro, y Rosabetty Muñoz, en la Escuela "República de los Estados Unidos", de Quemchi, y en el Seminario Conciliar de Ancud. Todos publican (o han publicado) revistas<a title="" style="mso-footnote-id: ftn62" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn62" name="_ftnref62">[62]</a> con cierta periodicidad. Además, Ramón Mansilla y Rosabetty Muñoz han editado antologías de sus talleres, que tienen un considerable valor para el estudio del movimiento de poetas niños que se ha venido desarrollando entre Valdivia y Chiloé en las últimas dos décadas.<br />Los días 16, 17 y 18 de junio de 1989 se realizó un encuentro de los talleres mencionados en el Liceo Politécnico de Castro. Este encuentro se realizó gracias al interés de este grupo de directores de talleres formados en Aumen y a la colaboración y buena disposición de Sixto Navarro Cendoya, director del colegio,. Allí se reunió por primera vez esta generación de poetas-profesores con su generación de niños-poetas, de los cuales, la mayor tenía 18 y el menor recién había cumplido los 13 años. El invitado de honor fue nuevamente el poeta Jaime Quezada, por el apoyo que siempre le ha dado a los poetas que viven en provincias. Una vez más las actividades contaron con la presencia de un público tan numeroso como exigente.<br />El panorama que se observaba entonces confirmaba que la semilla permanecía viva y permitía pensar que su fecundidad se mantendría todavía por algunos años. ¿Cuál es el panorama actual de la poesía en la isla y en el sur? La verdad es que yo no tengo la respuesta. No olviden que las líneas anteriores fueron escritas entre 1984 y 1989. Ahora sólo he cambiado, omitido o agregado algunos mínimos detalles.<br /><br /><em>Havertown (EEUU), septiembre de1 2000<br /></em><br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn1" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref1" name="_ftn1">[1]</a> Voz huilliche que significa 'el eco de la montaña', 'punto donde va a rematar algo (la voz)'. Entre<br />los mapuches se creía que era el eco de un alma en pena.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn2" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref2" name="_ftn2">[2]</a> En ese mes quedaron sin trabajo y sin salario Sergio Mansilla, Jaime Márquez, Rosabetty<br />Muñoz, Nelson Torres y Carlos A. Trujillo. Junto a este último también fueron echados otros tres profesores del Liceo "Galvarino Riveros" de Castro, miembros de la directiva local de la Asociación Gremial de Educadores de Chile. En esos mismos días, Renato Cárdenas, co-fundador de Aumen, fue relegado a un pueblecito del Norte Grande. Parta ser justos habría que decir que no todos los poetas-profesores del grupo fueron echados, puesto que hubo una excepción: Sonia Caicheo Gallardo.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn3" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref3" name="_ftn3">[3]</a> Los poetas Mario Contreras, Víctor Hugo Cárdenas y Mario García. Para mayor información<br />véase Brooks, Carlos Alberto Trujillo, un poeta del sur de Sudamérica, pp. 61-62.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn4" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref4" name="_ftn4">[4]</a> La mayor parte de los establecimientos educacionales de la provincia de Chiloé habían sido<br />municipalizados y a partir de ese momento cada alcalde (nombrado por Pinochet y de su absoluta confianza) se había convertido en jefe de la Corporación de Educación de su comuna.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn5" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref5" name="_ftn5">[5]</a> Organizaciones No Gubernamentales. Funcionaban con fondos obtenidos en el extranjero y<br />apoyaban proyectos de difusión y desarrollo.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn6" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref6" name="_ftn6">[6]</a> Probablemente tenían por allí un par de fotocopias de la antología, no más que eso, porque nunca<br />supimos de una edición de verdad.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn7" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref7" name="_ftn7">[7]</a> Mario Contreras, Sergio Mansilla, Jaime Márquez y Rosabetty Muñoz.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn8" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref8" name="_ftn8"></a>[8] La X Región o Región de los Lagos comprende las provincias de Valdivia, Osorno, Llanquihue, Chiloé y Palena con un total de 66.997,7 kilómetros cuadrados y una población de 953.330 habitantes.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn9" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref9" name="_ftn9"></a>[9] Entre esos eños, por lo menos 44 autores del taller fueron publicados en revistas u hojas literarias. Se nombran a continuación en orden alfabético: Mirna Alderete, Florisa Andrade, Alva Azócar, Ernesto Bórquez, Sonia Caicheo, Juan Antonio Cárcamo, Roger Cárcamo, Olga Cárdenas, Renato Cárdenas, Víctor Hugo Cárdenas, Patricio Carvajal Herrera, Sergio Rubén Colivoro, Mario Contreras Vega, Francisco Chávez, Enedina Díaz, Ximena Díaz, Aristóteles España, Oscar Galindo, Miguel Gallardo, Marco Antonio García, Mario García A., Sandra Henríquez, Jeannette Hueitra, Erwin Jorquera Durán, Luis Mancilla Pérez, Haldor Mansilla, Ramón Mansilla, Sergio Mansilla,Jaime Márquez, María Isabel Molina, Agne Muñoz, José Muñoz, Neddiel Muñoz, Rosabetty Muñoz, Claudia Navarro, María Eugenia Paredes, Luis Horacio Rojas, Pachelli Rosas, Eileen Ruiz, José Teiguel, Nelson Torres, Carlos Alberto Trujillo, Hirohito Vásquez y Héctor Véliz Pérez-Millán.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn10" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref10" name="_ftn10"></a>[10] La situación política de ese tiempo no hacía aconsejable hablar con desconocidos. había que ser cauteloso y enterarse primeramente de quién era, qué hacia y qué ideas políticas tenía el probable nuevo interlocutor.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn11" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref11" name="_ftn11"></a>[11] "Ël mejor aporte que podemos estar haciendo es crear conciencia de la necesidad de efedtuar un trabajo serio, responsable y colectivo..., crear fervor creativo en la juventud, crear estímulos en la gente para que adopte bienes espirituales a su experiencia que cada día tiene e a ser más de consumo material." Renato Cárdenas, citado en Soledad Bianchi, Entre la lluvia y el arcoiris (pp. 14-15)<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn12" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref12" name="_ftn12">[12]</a> Al llegar al poder el primer presidente democrático luego de 17 años de dictadura pinochetista<br />(1990) no había aún ningún cine en la provincia de Chiloé.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn13" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref13" name="_ftn13"></a>[13] Constantino Farandato Carmona<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn14" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref14" name="_ftn14"></a>[14] Fernando Brahm Menge.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn15" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref15" name="_ftn15"></a>[15] Refiriéndose a la única actividad parecida de la que tenemos noticia, recuerda Mario Contreras que en 1963, había una especie de círculo de lectura, formado principalmente por profesores del Liceo<br />Coeducacional, pero que era más bien un grupo en que se discutían obras literarias, políticas y filosóficas. En Carlos A. Trujillo, Por la Décima Región: Poesía del Sur de Chile (1973-1993), tesis para optar al grado de Doctor en Filosofía con Mención en Español, University of Pennsylvania (p.163).<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn16" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref16" name="_ftn16"></a>[16] Había obtenido el 2º Premio en el Concurso Nacional de Poesía "Luis Tello" y había publicado en revistas de la universidad.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn17" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref17" name="_ftn17"></a>[17] Sergio Rubén Colivoro, Sergio Mansilla, Agne Muñoz e Hirohito Vásquez.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn18" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref18" name="_ftn18"></a>[18] Sergio Mansilla Torres, estudiante de 4º año de enseñanza media en 1975, veinte años después es uno de los poetas más reconocidos del sur de Chile. Es Doctor en Literatura Hispanoamericana por la University of Washington y Profesor de Literatura de la Universidad de los Lagos. Ver Bibliografía.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn19" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref19" name="_ftn19"></a>[19] La persecución organizada por el régimen y la ignorancia de los nuevos poderosos llegaba a tales extremos que en 1978, una hija del alcalde de Castro me acusó a la dirección del Liceo por haberle hecho analizar el poema "La gran cosmópolis" de Rubén Darío. La acusación decía que no se podía aceptar que un profesor estuviera tratando en sus clases a ese autor que había sido uno de los iniciadores del "realismo socialista". El dato se lo había pasado un funcionario de investigaciones que le ayudaba a hacer las tareas.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn20" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref20" name="_ftn20">[20]</a> Nombre propuesto por Elba Andrade, profesora del Liceo Coeducacional; actualmente enseña<br />en la Academia Militar The Citadel, Charleston, EEUU.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn21" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref21" name="_ftn21"></a>[21] De Sergio Mansilla Torres, Roger Cárcamo Navarrete, Ernesto Bórquez, Erwin Jorquera y Patricio Carvajal, en ese mismo orden. Todos estudiantes del Liceo Coeducacional de Castro ese año.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn22" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref22" name="_ftn22"></a>[22] Los diarios La Cruz del Sur de Ancud y El Correo de Castro publicaron en abril de 1976 un artículo titulado "Taller Literario Aumen: Un año de actividades" que además incluye una fotografía del recital de celebración del primer año. En la fotografía aparecen de izquierda a derecha, Agne Muñoz, Mirna Alderete, José Muñoz, Carlos Alberto Trujillo (presentador), María Eugenia Paredes, Sergio Mansilla, Patricio Carvajal, Neddiel Muñoz, Ernesto Bórquez y Erwin Jorquera, más una parte del público.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn23" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref23" name="_ftn23"></a>[23] En Castro existió una pequeña sede de la Universidad Técnica del Estado en los años de gobierno de la Unidad Popular. En Ancud existe desde hace varias décadas una Escuela Normal que forma Profesores de Enseñanza Básica. Durante algunos años fue sub-sede de la Universidad Austral de Chile, aunque siempre dedicada sólo a la formación de profesores. Hasta hoy no existe una sede universitaria en la provincia de Chiloé, por lo que la mayoría de los estudiantes que quieren continuar en la universidad deben salir de la provincia.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn24" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref24" name="_ftn24"></a>[24] Miguel Gallardo, Oscar Galindo, Nelson Torres y Rosabetty Muñoz fundaron Indice junto a Luis Ernesto Cárcamo y David Miralles (Valdivia) y Jamadier Provoste (Temuco). José Teiguel, aunque<br />también en Valdivia, sólo participó esporádicamente y Sergio Mansilla mantuvo contacto con Indice aunque ya había egresado de la universidad y estaba trabajando en Fresia.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn25" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref25" name="_ftn25"></a>[25] Entre otras cosas, llevó a Valdivia a Nicanor Parra, Gonzalo Rojas y Jorge Teillier.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn26" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref26" name="_ftn26">[26]</a> Nunca me ha sido fácil aconsejar o dar sugerencias a un cuentista o novelista. Es lamentable,<br />pero es así. Hasta hoy este sino persigue a Aumen como lo demuestra el caso de José Teiguel, único narrador que se ha mantenido fiel a ese género. A pesar de esa fidelidad, su primera publicación fue el poemario: La heredad del pasto y el agua, Paginadura, 1991.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn27" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref27" name="_ftn27"></a>[27] El mismo Luis Tirachini colaboró gentilmente en la impresión a mimeógrafo de la primera edición de Apuntes para un Diccionario de Chiloé. Véase Bibliografía.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn28" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref28" name="_ftn28"></a>[28] José María Memet.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn29" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref29" name="_ftn29"></a>[29] Véase Bibliografía.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn30" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref30" name="_ftn30"></a>[30] Además es editor de En libre plática. Aproximaciones a la poesía de Jorge Torres, título con el que se dio inicio a una colección de publicaciones con estudios sobre poetas del Sur de Chile. Véase Bibliografía.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn31" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref31" name="_ftn31"></a>[31] Hasta el momento de esta publicación existe dos libros sobre su obra. Véanse Brooks y Mansilla en la Bibliografía.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn32" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref32" name="_ftn32">[32]</a> El artículo "Más de 200 personas aplaudieron recital Aumen", aparecido en El Correo de<br />Castro, el 23 de marzo de 1977, señala entre otras cosas que la presentación de los poetas fue hecha "por la profesora del Liceo y colaboradora del Taller, Nelly Núñez. [y que] Del control de sonido y grabaciones se encargó Darío Ibáñez."<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn33" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref33" name="_ftn33"></a>[33] En los recitales anteriores sólo habían leído estudiantes. En esta ocasión aparecen tres adultos,<br />Andrade, Cárdenas y Trujillo, hecho que invitaba a participar a otro sector de la comunidad.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn34" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref34" name="_ftn34"></a>[34] No fuimos todo lo ordenados que aconseja la prudencia, de modo que no tenemos una lista de todos los invitados, por lo que intentaré hacer un recuerdo sin muchos olvidos. Entre 1975 y 1989 participaron en actividades organizadas por Aumen: Los poetas: Miguel Arteche, Carmen Berenguer, Juan Cameron, Cristian Cottet, Jermaín Flores, Margarita Kurt, Hernán Miranda Casanova, José María Memet, Enrique Moro, Heddy Navarro, Nelson Navarro Cendoya, Nicanor Parra, Floridor Pérez, Jaime Quezada, Clemente Riedemann, Gonzalo Rojas, Bruno Serrano, Angelina Silva, Armando Uribe Arce. Los novelistas José Donoso, Ramón Díaz Eterovic y Luis Sepúlveda (antes de publicar sus novelas). El ensayista y, entonces, Presidente de la SECH, Martín Cerda. La autora teatral Isidora Aguirre. Los académicos Iván Carrasco (Universidad Austral de Chile); Gabriel Venegas (Universidad de Chile-Sede Osorno); Soledad Bianchi (Universidad de Chile, Santiago); Estrella Ogden (Villanova University, EEUU); Juan Armando Epple (University of Oregon, EEUU). El investigador Antonio Cárdenas Tabies. El pintor Pedro Olmos. Los cantautores Nelson Schwencke, Marcelo Nilo y Eduardo Peralta. No se incluye en esta lista a los poetas locales ni a los de Temuco al sur que participaron activamente en nuestras actividades, pero se les menciona en la sección correspondiente a los Encuentros Nacionales de Poetas en Chiloé.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn35" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref35" name="_ftn35"></a>[35] Guardamos un montón de carteles de los que se pegaban en las ventanas y lugares públicos para<br />anunciar las actividades. Algunos bastante polémicos como el de un recital que titulaos A FAVOR O EN CONTRA, que pocos se atrevieron a poner en sus ventanas. Otros nos zambullen en un mar de recuerdos alegres, como el TRIPULAO que tuvo como maestro de ceremonias a Renato "Machi" Alvarado, o NO ESCRIBIRÉ SOBRE CIRCOS, obra teatral de Gustavo Boldrini que tuvo en su elenco a los poetas Héctor Véliz Pérez-Millán y Nelson Torres y que, además, consiguió la banda municipal. Esta presentación concitó un enorme interés en los castreños, pero lo memorable de su magnífica puesta en escena fue que la obra era tan breve que cuando ya había finalizado, el público que todavía estaba ingresando a la sala no podía entender qué era lo que estaba pasando.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn36" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref36" name="_ftn36"></a>[36] Entre las visitas que concitaron mayor interés estuvieron Nicanor Parra (1983) y Gonzalo Rojas (1985 y 1988). Parra que llegó a Puerto Montt invitado al "Arcoiris de Poesía," siguió con nosotros a Chiloé. Junto a Hernán Miranda Casanova y los poetas de Aumen dio tres recitales en Castro y uno en Ancud transmitidos por Radios "Chiloé", "Martín Ruiz de Gamboa" y "Estrella del Mar." En la primera visita de Rojas se utilizó por primera vez el Salón Pastoral "San Francisco." Allí se realizó una reunión con poetas del taller y algunos invitados y, más tarde, un recital del poeta que fue transmitido por Radios "Chiloé" y "Martín Ruiz de Gamboa."<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn37" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref37" name="_ftn37"></a>[37] Bajo el sello de Aumen se publicaron 11 números de la Revista de Poesía Aumen entre 1975 y 1985. En el mismo período se editaron varias decenas de hojas literarias de diversos formatos. Cuatro poetas en Chiloé (muestra de poesía de Renato Cárdenas, Sergio Mansilla, Pedro Ortiz Navarrete y Carlos A. Trujillo- enero de 1977), Un ángel, un pierrot y una larga espera (cuentos) de Florisa Andrade, 1978; Las musas desvaídas de Carlos A. Trujillo,1977; Apuntes para un diccionario de Chiloé, de Renato Cárdenas y Carlos A. Trujillo (varias ediciones desde 1978); Anda al pueblo hermano de Sergio Mansilla<br />(poema- poster, 1978); El juego de la oca (cuadernillo de poesía), de Víctor Hugo Cárdenas y Héctor Véliz Pérez-Millán, 1979; Escrito sobre un balancín de Carlos A. Trujillo, 1979; Los territorios de Carlos A. Trujillo, 1982; Hoja Aumen (poemas de Juan Cameron, Oscar Galindo, Sergio Mansilla, Nelson Torres y Carlos A. Trujillo, 1983); Los que no vemos debajo del agua (plaquette) de Carlos A. Trujillo, 1986; y Liricanalladas de Nelson A. Torres, 1986.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn38" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref38" name="_ftn38"></a>[38] "Caguach es una de las 23 islas que crean el departamento de Quinchao." Cárdenas y Trujillo, Caguach, Isla de la Devoción, p.7.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn39" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref39" name="_ftn39"></a>[39] La celebración original es en invierno y se extiende del 21 al 31 de agosto. El 30 llega la mayoría de los devotos y al mediodía se celebra una misa en la que participan varios sacerdotes y, a veces, obispos. Su origen se remonta al 10 de mayo de 1778 cuando Fray Hilario Martínez comprometió a los pueblos de Caguach, Apiao, Alao, Chaulinec y Tac, a dar culto a la imagen del Divino Jesús Nazareno.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn40" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref40" name="_ftn40"></a>[40] En agosto de 1977 en la Universidad Austral de Chile, Valdivia, se había efectuado un Encuentro de Poesía Joven del Sur de Chile en el que participaron diez poetas. El sistema de selección fue sobre la base de un número de poemas enviados por los poetas. El jurado constituido por Iván Carrasco, Osvaldo Rodríguez, Gladys Saldivia y Marcos Urra seleccionó a los poetas Milagros Mimica Soto, Nicolás Miquea, Gustavo Adolfo Becerra, José María Memet, Farid Hidd, Clemente Riedemann, Nelson Vásquez, Germaín Flores, Sergio Mansilla y Mario Contreras.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn41" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref41" name="_ftn41"></a>[41] Actualmente Liceo "Galvarino Riveros Cárdenas".<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn42" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref42" name="_ftn42"></a>[42] Que más tarde fue remozado y transformado en el actual Centro Cultural Comunitario.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn43" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref43" name="_ftn43"></a>[43] Los recitales se realizaron en el Cine Rex, la Radio Chiloé, la Casa de Retiro Estrella del Mar y el Liceo Coeducacional..<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn44" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref44" name="_ftn44"></a>[44] El nombre propuesto fue Barba de Palo, que hoy se mantiene vivo como nombre de la editorial del poeta Jorge Torres.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn45" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref45" name="_ftn45">[45]</a> Entre ellos Hugo Montes y Roque Esteban Scarpa.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn46" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref46" name="_ftn46"></a>[46] El diario La Cruz del Sur de Ancud incluyó entrevistas e informaciones del encuentro durante toda esa semana. También aparecieron artículos en El Llanquihue de Puerto Montt, Las Últimas Noticias, El Mercurio y La Tercera, de Santiago, y en las revistas Ercilla y Hoy. Tengo a la mano un ejemplar de La Cruz del Sur del sábado 5 de agosto de 1978 que trae en primera página una foto en la que aparecen veintidós de los participantes. La página cuatro la comparten dos artículos relacionados con la inauguración del Encuentro de Escritores: Uno que incluye el discurso de Felisa Cárdenas, en representación del Directorio del Centro de Ex-Alumnos del Liceo de Castro y otro con el discurso de Renato Cárdenas Alvarez en representación del Taller Literario Aumen.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn47" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref47" name="_ftn47"></a>[47] "A mí lo que más me gustó de ese encuentro es que fue completo un taller de escritura y creo que eso fue vital para los participantes porque marcaba la fuerte exigencia, el rigor del trabajo, el sentido, no digamos profesional, pero sí el sentido de responsabilidad que significa dedicarse a la escritura y me parece que eso marcó la vocación de muchos.<br />"Por otro lado, también marcó inmediatamente la necesidad de un nivel de calidad de escritura. Ya no podía escribir cualquier persona, tenía que escribirse dentro de un nivel determinado. Lo otro importante es que se creó la necesidad de la crítica...<br />"... para mí, creo que fue importante también porque durante todo ese momento y creo que más o menos en el Encuentro de Castro me definí en el sentido que dejando de lado mi producción literaria propiamente tal me interesaba en apoyar ese proceso que estaban haciendo y eso significaba un trabajo mucho más largo, de mucho menor rentabilidad personal, pero asumido vocacionalmente con mucho gusto y muy motivado por todos esos escritores que necesitaban y pedían crítica, que la aceptaban y que iban incorporando todo lo que ellos podían conseguir a través de los profesores, de escritores mayores, de libros, en todo su trabajo de creación literaria. Creo que esa actitud de aprender, ese deseo de formarse como escritor, es lo que yo no había visto antes en el sur de Chile y no sé si ocurriría en algún momento en el país." Entrevista a Iván Carrasco. Carlos A. Trujillo, Por la Décima Región: Poesía del sur de Chile (1973-1993). Tesis doctoral, University of Pennsylvania, (1993): 268-70.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn48" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref48" name="_ftn48">[48]</a> En 1977 la Universidad Austral de Valdivia organizó un Encuentro de Poetas del Sur<br />al que por el proceso de selección sólo pudieron asistir diez poetas de entre Concepción y Chiloé.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn49" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref49" name="_ftn49"></a>[49] Iván Carrasco, "Revista literaria editarán los escritores de la zona sur", La Tercera, 14 de agosto de1978, p. 11.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn50" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref50" name="_ftn50"></a>[50] En 1973-74 en la Universidad de Chile, sede Temuco, dirigió la tesis de Trujillo para optar al título de Profesor de Estado en Castellano. Más tarde, en la Universidad Austral de Chile, Valdivia, fue profesor de Sergio Mansilla, Ramón Mansilla, Rosabetty Muñoz, José Teiguel, Nelson Torres y Oscar Galindo.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn51" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref51" name="_ftn51"></a>[51] El mismo que va en las páginas finales, sin alteraciones.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn52" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref52" name="_ftn52"></a>[52] Con la sola excepción de Sonia Caicheo Gallardo.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn53" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref53" name="_ftn53"></a>[53] La mano dura de las autoridades locales no fue nada nuevo para los poetas, aunque si fue inesperado el despido masivo. Entre otros antecedentes, en junio de 1993 el director del Liceo me pidió que invitara a algunos poetas para darle un carácter más cultural al aniversario del colegio. Invitamos a Miguel Arteche y Jorge Teillier y ambos aceptaron viajar a Castro. Sorpresivamente el mismo día que ellos debían salir de Santiago el alcalde (y, a la vez, jefe comunal de educación) prohibió terminantemente que el Liceo invitara a algún poeta. A los pocos días, el rector me informó que el taller literario no estaba autorizado para seguirse reuniendo en las aulas liceanas. La poesía había sido exonerada de la enseñanza por la máxima autoridad local.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn54" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref54" name="_ftn54">[54]</a> Orlando Aguilar, Albán Mansilla, Luis A. Maldonado y Carlos A. Trujillo.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn55" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref55" name="_ftn55">[55]</a> Servicio de Inteligencia de Carabineros.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn56" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref56" name="_ftn56">[56]</a> Se encontraba en Castro escribiendo la novela La desesperanza, que en ese momento<br />pensaba titular El retorno del nativo.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn57" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref57" name="_ftn57"></a>[57] El año anterior había estado cumpliendo pena de relegación en Queilen.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn58" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref58" name="_ftn58"></a>[58] Desde el verano siguiente, las organizaciones sociales y culturales de Castro realizaron en la misma fecha y en el mismo local la Semana Cultural Alternativa, al mismo tiempo que el oficialismo celebraba la Semana Castreña.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn59" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref59" name="_ftn59">[59]</a> Frase usada en el discurso de inauguración y que es el título de una antología de jóvenes<br />poetas chilenos hecha por Soledad Bianchi .<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn60" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref60" name="_ftn60">[60]</a> Los escritores debían enviar sus manuscritos al Ministerio del Interior para su aprobación o<br />rechazo y desde ese momento comenzaba una espera interminable porque nunca se recibía respuesta.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn61" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref61" name="_ftn61"></a>[61] Renato Cárdenas, Sonia Caicheo y Carlos A. Trujillo, eran profesores antes de iniciarse el taller. De los poetas incluidos en las primeras dos secciones de este volumen también estudiaron pedagogía Oscar Galindo, Mario García Alvarez, Luis Mancilla, Sergio Mansilla, Jaime Márquez, Rosabetty Muñoz, José Teiguel, Nelson Torres, Sandra Henríquez y Claudia Navarro. Todo un grupo de poetas-maestros.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn62" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref62" name="_ftn62">[62]</a> Signos poéticos, del Taller Literario del Liceo "Ramón Freire" de Achao; Primeros escritos del<br />Liceo Politécnico de Castro; En el aire del Seminario Conciliar de Ancud; Cauquil poesía del Colegio "El Pilar" de Ancud y Escritos del Instituto Alemán Carlos Andwanter de Valdivia. </div><br /><div></div><br /><div></div><br /><div>*** Este texto fue publicado como prólogo <em>a Aumen, Antología Poética (1975-1988),</em> Valdivia: Ediciones Aumen, 2001. </div>Carlos Trujillohttp://www.blogger.com/profile/06524332265007344352noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1703099032133422636.post-43534309078422929612007-03-11T11:05:00.000-07:002007-03-11T11:12:10.014-07:00Palabras, Nueva Publicación de Carlos Trujillo<div>Por Mario García Álvarez<br /><br /><br /><strong>Acercamiento a las PALABRAS de Carlos Trujillo</strong><br /><br />A mediados de febrero recibí una grata noticia: acababa de aparecer un nuevo libro de Carlos Trujillo. Un libro de poesía, de hermoso diseño y formato, titulado <em>Palabras</em>, publicado en Lima, Perú, por Alberto Chiri, editor, en enero de este 2005. Algunos de los poemas publicados en este volumen los leyó el propio autor en el contexto de la semana de actividades artísticas denominada <strong>Abrazo Insular, VI Encuentro de Culturas del Sur del Mundo</strong>, realizada en Castro, en septiembre del año pasado.<br /><br />El libro en cuestión reúne un conjunto de poemas breves, agrupados en seis secciones: Palabras (11 poemas), Poemas Breves (17), Texto sobre texto (11), De sueños, deudas y admoniciones (16), Poemas Viejos (4) e Imágenes (8 fotografías). Los cinco primeros grupos de poemas giran y hacen de su centro y núcleo <a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjYRzeMyTJhIDpIb4gD3ObbQlkxcprkLfEdzgR6l0TD2hjCB77I_NePbricTpQwVuTH9OW0vza0eHkBzIGQBabu5w8HLF39AK99aEd-zCrTffY1YrdpTbLoCN4VmE4iucL_Z1h4m2WOS2XC/s1600-h/Palabras+4.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5040730889212918306" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 197px; CURSOR: hand; HEIGHT: 295px" height="309" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjYRzeMyTJhIDpIb4gD3ObbQlkxcprkLfEdzgR6l0TD2hjCB77I_NePbricTpQwVuTH9OW0vza0eHkBzIGQBabu5w8HLF39AK99aEd-zCrTffY1YrdpTbLoCN4VmE4iucL_Z1h4m2WOS2XC/s320/Palabras+4.jpg" width="210" border="0" /></a>poético justamente el material primigenio del y los poetas, es decir, la palabra. La última sección del libro está constituida por ocho fotografías publicadas sin un orden cronológico, que presentan al autor en distintos momentos de su vida, como una manera, a mi parecer, de dar cuenta de quién es y con quiénes también ha sido. Así, resulta novedoso que el hablante lírico se haga visible al lector / observador en el final del libro, dejando de ser esa voz omnipresente e incorpórea de los textos para develar su imagen que tampoco es la del poeta solitario y único, sino la de uno más entre los otros.<br /><br />Desde un punto de vista temático, la trayectoria escritural de Trujillo, con esta reciente publicación, no hace sino profundizar zonas ya transitadas por él desde sus primeros libros. Ya en <em>Escrito sobre un Balancín</em> (1979), donde señalaba La poesía / es una canallada / al sentido común, y en otros textos del mismo libro, es posible reconocer esta opción por la reflexión metapoética, la que continúa en su libro <em>Los Territorios</em> (1982), el cual se inicia con un texto brevísimo: El territorio del poeta / es un pájaro / anclado en el corazón, que es usado como epígrafe de la obra total. A esto debemos agregar el poema Territorio del Poeta (p.4) y, como adelanto o premonición del libro que comento, el poema titulado Territorio de las palabras. En <em>La Hoja de Papel</em> (1992), mitad escrito en Castro, el año 1983, y mitad en Filadelfia, entre 1989 y 1991, el hablante realiza un desplazamiento del objeto poético hacia la página como elemento que soporta la escritura y se abre o cierra a las posibilidades de la expresión poética.<br /><br />La forma escritural caracterizada por la brevedad de los textos, los juegos de lenguaje, los gestos, los guiños al lector, presentes en Palabras (2005) nos retrotraen al Trujillo de <em>Escrito sobre un Balancín</em> (1979), en un acto de recuperación de la frescura y la agilidad de esos textos, lo que sin duda aporta y enriquece, lúdicamente, la escritura rigurosa y reflexiva del Trujillo actual, consiguiendo que, en su conjunto, <em>Palabras</em> sea un texto equilibrado, juguetón y profundo, desgarrado y lúdico, angustiado y alegre, cuyo hilo conductor y poéticamente reflexivo es el material mismo de la poesía, las palabras, las que son valoradas en su (in)capacidad (in)comunicativa y como material de uso, es decir, en su calidad de objeto, deslizándose entre ambas visiones la figura del hablante-poeta como un ser humano común que se presenta a al lector al lector con toda sus (des)confianzas frente a su propio oficio.<br /><br />La trayectoria escritural y temática descrita me permite señalar que Trujillo es un autor que se lee y se reescribe a sí mismo, recuperándose, en un proceso que parece darle la razón a Gonzalo Rojas cuando señala que siempre estamos rescribiendo un mismo libro. En el contexto de la historia literaria, el libro, <em>Palabras</em>, de Trujillo, se conecta, relaciona y dialoga con una permanente preocupación por la escritura y el lenguaje, y no sólo de los escritores. Si pensamos en la Grecia Antigua, en ésa época ya encontramos a un atormentado Gorgias. Y si vamos mucho más atrás en la línea temporal podemos imaginarnos a los primeros seres humanos que no encontraban el signo que diera cuenta de sí mismos o se asombraban al encontrar el de otro en la pared de una caverna. En lo estrictamente poético no sólo por el título del libro, Palabras, nos viene a la memoria Jacques Prevert y su poema <strong>Para hacer el retrato de un pájaro</strong>, o nuestro Huidobro y su <strong>Arte Poética</strong>. Actualmente, incluso, se considera una característica de la modernidad el discurso metaliterario, dado el auge y la variedad con que el tema se ha desarrollado. Sin duda, tradición y modernidad están presentes, unidas en la singularidad de la voz poética de Trujillo.<br /><br />Una mención especial me merece la dedicatoria que en este libro Trujillo hace a Iván Carrasco Muñoz. Dicha dedicatoria adquiere una significación totalmente coherente con el sentido general del volumen, ya que este es un libro referido a los avatares del oficio y, por lo mismo, se conecta con la figura de Iván Carrasco, el cual ha sido relevante en la formación de los poetas del sur y, a través de sus estudios críticos, en la promoción y difusión de varios autores, incluido el propio Trujillo. Desde esta perspectiva, me parece que este gesto adquiere la connotación de un justo homenaje y reconocimiento a la labor de Carrasco, gesto que nos da cuenta de un autor generoso, agradecido y honesto.<br /><br /><br />A continuación, presento una breve muestra del libro <em>Palabras </em>de Carlos Trujillo:<br /><br /><br />Es totalmente humana la palabra<br />Incluso si no mueve las manos al hablar<br />Casi no gesticula si está seria<br />O nerviosa<br />Es íntimamente humana<br />Cuando se mete en estos enredos<br />Y no sabe cómo salir<br />No tanto por no saber<br />Sino porque no hay camino ni puerta ni nada<br /><br />Es entonces cuando se vuelve más humana<br />Y no le caben casi los ojos en la cara<br />Porque entonces no gesticula ni tiene manos<br />Y ni pies casi tiene<br />Que es todo ojos<br />Para ver lo que no usan<br />Ver los ojos. (p.9)<br /><br /><br /><br />¿Qué hacer con la palabra<br />Si ella es tu propio rostro en el espejo? (p.51)<br /><br /><br />¿Qué hacer con la palabra<br />Si el rostro del espejo<br />Hace un guiño y se aleja hacia otro cuarto? (p.52)<br /><br /><br /><br />LECTURAS<br /><br />Leo un libro escrito por mi mano<br />Me encuentro en las palabras<br />Hay sonidos en que oigo mi sonido<br /><br />Leo el libro<br />Me escucho en las palabras<br />Siempre escucho algo nuevo en las palabras<br /><br />Nace el autor de nuevo en la lectura<br />Muere mil veces sin hallar la muerte. (p.65)</div><br /><div></div><br /><div><br /><strong>Mario García Álvarez<br /></strong>Publicado en wwww.chiloeweb.com el 11 de marzo de 2005.</div>Carlos Trujillohttp://www.blogger.com/profile/06524332265007344352noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1703099032133422636.post-10086683668710652202007-03-11T10:40:00.000-07:002007-03-11T11:05:10.993-07:00Breves y opacas luces sobre la obra poética de Lope sin Pega<em><span style="font-size:85%;"></span></em><br /><em><span style="font-size:85%;">El pobre sin fablas nunca es oído;<br />de cosa que diga non es escuchado,<br />e si a parientes, non es conoscido,<br />mas de todos ellos es menospreciado<br />e en su razón será desechado,<br />pues nunca le vale su buena razón;<br />los suyos mismos non fazen mención<br />dél, pues que lo ven ser pobre lazdrado.<br /><strong>Ruy Páez de Ribera (s XV)</strong></span></em><br /><br />No sé cuántos lectores tenga o haya tenido el autor que comento en estas páginas; pero ése es un detalle que nada agrega ni quita a su obra. En todo caso, sé de buena fuente que las personas que saben de él son un número creciente día a día, aunque los más sólo le conozcan de oídas. En verdad, no son muchos los que han tenido en sus manos algún texto del vate y a eso, principalmente, responde la publicación de esta antología.<br />Lope sin Pega, que así se llama el poeta, expresa en uno de los documentos que poseo: "he necesitado treinta y un años para llegar a descubrirme a mí mismo, como también para iniciar la búsqueda de un estilo propio y el desentrañamiento de ese misterio que me era hasta ent<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhkBc7-LMjkyJA3a_BHgHPTcuJOTlAuAifh3XHZ4-Wbf3SkYaTs21zvKE5OXyWl1KHi3h513Bb4qHIrSJAwxX6LP9sdHd_DmSdxtNAeBs59p_3_jL9IVgWS8DP_sswyaW4t8Ym_21S3J35l/s1600-h/No+se+enga%C3%B1e+2.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5040727758181759506" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; CURSOR: hand" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhkBc7-LMjkyJA3a_BHgHPTcuJOTlAuAifh3XHZ4-Wbf3SkYaTs21zvKE5OXyWl1KHi3h513Bb4qHIrSJAwxX6LP9sdHd_DmSdxtNAeBs59p_3_jL9IVgWS8DP_sswyaW4t8Ym_21S3J35l/s320/No+se+enga%C3%B1e+2.jpg" border="0" /></a>onces mi 'misión' en el mundo." Su producción poética es amplia y variada, aunque toda está escrita exclusivamente en metros clásicos y/o tradicionales. Su forma preferida es el soneto, "pese a que—según sus palabras--tengo plena conciencia de que ya lo usaron mis abuelos y, aún con mayor estilo y belleza, los tatarabuelos de mis abuelos'.<a title="" style="mso-footnote-id: ftn1" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn1" name="_ftnref1">[1]</a><br />Su obra conocida antes de 1995 era mínima: tan sólo aquella de las hojas de poesía publicadas en pequeñas ediciones durante la década del 80<a title="" style="mso-footnote-id: ftn2" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn2" name="_ftnref2">[2]</a>. Por tal razón, no es fácil encontrar esos sonetos a pesar de que fueron escritos por un autor contemporáneo que, al menos hasta el momento en que escribo esta introducción, no ha dejado de producir. Hasta ahora su obra no había sido recogida en libros de manera que tanto el estudioso, como cualquier interesado en su obra, debía contar con una buena cuota de fortuna para encontrarse con alguna ajada copia de esos trípticos publicados entre 1985 y 1988 y que se repartieron entre los amigos y los amigos de los amigos del poeta; como también, en no pocas ocasiones, fueron dejados subrepticiamente sobre mesones de oficinas públicas, correos, y otros servicios, o se tiraron en la calle para que los recogiera y leyera cualquier desprevenido paseante.<br />Según Lope, los únicos trípticos y hojas sueltas (algunas pequeñísimas) que consiguieron ediciones grandes fueron los escritos en 1988, durante el período pre-plebiscitario. Esos sonetos ironizan la campaña de Pinochet, sus promesas, amenazas y ajustes de cuentas, y la participación en la misma de sus más cercanos colaboradores. Esos sonetos "por la campaña del NO" se imprimieron gracias a la colaboración de algunos buenos amigos y circularon en papel de color rosado igual que su primer tríptico publicado en 1985<a title="" style="mso-footnote-id: ftn3" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn3" name="_ftnref3">[3]</a>.<br /><br /><br /><strong>Un poco de historia<br /></strong>Lope sin Pega inició su incursión en la literatura aproximadamente en 1980 ó 1981. Su escritura nació motivada por la contingencia chilena durante la dictadura de Pinochet<a title="" style="mso-footnote-id: ftn4" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn4" name="_ftnref4">[4]</a>, por un estado de tremenda inseguridad y violencia. Fue, por lo tanto, la poesía de un ciudadano chileno agobiado por miles de temores, amenazas y frustraciones, a la vez que maltratado por lo que veía pasar ante sus ojos y enfurecido por la sofisticación y el despilfarro de los medios de comunicación oficialistas<a title="" style="mso-footnote-id: ftn5" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn5" name="_ftnref5">[5]</a> en su trabajo de limpieza y embellecimiento de la conflictiva y dolorosa realidad chilena de los 70’s y 80’s. Sensible a los problemas de sus compatriotas (temor, represión, hambre, violencia), que no eran distintos a los suyos, así como por el nivel del desempleo que en cifras reales –no las oficiales, por supuesto-- había superado el 50% de la población trabajadora, Lope fue animándose a constituirse en cronista de su tiempo, aunque, como ustedes podrán comprobar en las páginas siguientes, un cronista muy particular que nunca quiso dárselas de perdonavidas.<br />El largo período que se mantuvo la dictadura en el poder como la violencia del golpe de estado perpetrado por los militares fueron hechos que conmovieron no sólo a los chilenos o a la gente más politizada, sino que a todo al mundo, según vemos en el libro de Genaro Arriagada, <strong><em>Pinochet. The Politics of Power</em></strong>:<a title="" style="mso-footnote-id: ftn6" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn6" name="_ftnref6">[6]</a><br /><br /><br />On 11 September 1973, Chile was convulsed by a violent military coup d'état. With the presidential palace besieged and in flames, President Salvador Allende committed suicide. This military takeover and Allende's sudden death shocked the world.<br />The coup d'état dramatically interrupted institutional life in one of the world's oldest and most stable democracies. Chilean democracy had been a noted exception to the repeated pattern of dictatorships in the developing world. For almost 150 years, the decency and civility of Chilean politics had earned the country international respect that belied its small size (a population of ten million inhabitants) and relatively weak economy. (p.3)<a title="" style="mso-footnote-id: ftn7" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn7" name="_ftnref7">[7]</a><br /><br /><br />Se vivía un clima de tensiones e inseguridad, martillado por la represión en sus más diversas formas, tanto como por el hambre y el desempleo. Ante tan ingrato y desolador panorama, y consciente de lo difícil que era conseguir un empleo a cualquier persona que pareciera opositora a la ideología de la dictadura, no es extraño que para Lope la cesantía fuera por esos años el rasgo más distintivo y definitorio de la clase trabajadora chilena. Cuando hoy revisamos la prensa opositora de esa época, descubrimos que tal idea no era un simple producto de la exageración. En ese tiempo, un título universitario no le aseguraba a nadie el futuro esplendor<a title="" style="mso-footnote-id: ftn8" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn8" name="_ftnref8">[8]</a>, que promete el Himno Nacional de Chile; al contrario, un gran número de profesores y otros profesionales con título universitario se habían visto obligados a ganarse la vida como obreros, realizando las más diversas labores; otros trabajaban de choferes de taxis y no faltaban los que debían ganarse el pan cantando en las micros<a title="" style="mso-footnote-id: ftn9" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn9" name="_ftnref9">[9]</a>.<br />Esta dolorosa realidad social unida a su muy particular visión de mundo llevan al poeta a autodenominarse "El Fénix de los Cesantes," parodiando al calificativo de su muy admirado antecesor Félix Lope de Vega Carpio. Aunque "fénix" deba ser entendido como prodigio de ingenio --en cuanto parodia del otro Lope--, al unírsele el vocablo "cesante" me da la impresión que lo prodigioso apunta más que nada a la maravilla de que este particular cesante (a pesar del hambre, el dolor, la frustración y la pérdida de la autoestima y el respeto de los demás, causados por su lamentable condición) haya renacido de las cenizas de su propia frustración y desesperanza gracias al descubrimiento de la creación poética como arma o mecanismo de autodefensa y re-afirmación, como también que poco a poco haya ido haciendo de su poesía una crónica aguda y mordaz de los vicios de la dictadura y un instrumento develador de la realidad.<br />Según Lope, la escritura le permitió crearse un pequeño espacio de consuelo al poder expresar en sus versos lo que no se podía decir en la conversación cotidiana sin temor a ser escuchado y/o acusado de hablar contra 'los supremos y sacrosantos valores de la patria y el gobierno'. Por lo mismo su poesía no pretendió entonces, ni ha pretendido después, ningún tipo de trascendencia<a title="" style="mso-footnote-id: ftn10" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn10" name="_ftnref10">[10]</a>. Mucha de su poesía no intenta ser más que un licor agradable para beberse cuando el ánimo se siente alicaído y se hace necesario un estímulo aunque sea momentáneo. En este sentido, pienso que la poesía de Lope está muy relacionada con el carácter del pueblo chileno, del chileno común y corriente, ése que inventa chistes hasta de las cosas más trágicas (catástrofes naturales, muertes, golpe de estado) como paliativo del dolor, haciéndolas parecer menos graves y dolorosas, aunque todo el mundo se encuentre sufriendo sus consecuencias.<br />Por lo tanto, la poesía de nuestro Fénix de los Cesantes está fuertemente entroncada en la crónica satírica y, como tal, se vale de todo tipo de informaciones que van a sumarse al conocimiento personal de los temas que encara. También, en muchas oportunidades, sus poemas reelaboran un chiste escuchado o bien un chiste o historia creada por el propio poeta a partir de la imagen caricaturizada de sus personajes. Tales características son, precisamente, las que han permitido que el tiempo y el cambio de rumbo de la política chilena, iniciado en 1989, no le hayan quitado a sus poemas nada del interés ni del atractivo que tuvieron cuando fueron escritos. Es verdad que hoy día los personajes de la vida pública chilena son otros y que muchos de los nombrados en los sonetos --con nombre y apellido-- desaparecieron por completo de la memoria colectiva al terminar la dictadura. Sin embargo, el encanto de estos versos --incluso para el lector actual y/o para aquellos ajenos a los hechos que motivaron su escritura-- reside en que tras cada texto hay una historia elaborada con gracia, picardía y humor, aunque en algunos casos, como ocurre en la novela picaresca del Siglo de Oro, la risa no logre ocultar completamente el desencanto, el dolor y la rabia del personaje.<br />Vista a la distancia resulta extraño que una poesía cronística, satírica y urgente, escrita para hacer reír, sonreír o rabiar a sus posibles lectores con las mismas cosas que los hacían sufrir, frustrarse o simplemente molestarse, nunca consiguieran publicarse en forma de libro. A este respecto, me parece que al menos existe una razón evidente. Los años en que fueron escritos no eran los mejores para publicar libros que problematizaran aun más la situación ya conflictiva y marginal del poeta en un país que sufría una cruel y prolongada dictadura<a title="" style="mso-footnote-id: ftn11" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn11" name="_ftnref11">[11]</a>. Evidentemente, ésta es una razón válida y verdadera. Otra, todavía más prosaica, es que el Fénix no pudo traspasar los obstáculos que invariablemente se oponen a los escritores que optan por vivir lejos de la capital. Principalmente, la falta de interés por ellos, en un país que piensa y afirma que Santiago es Chile<a title="" style="mso-footnote-id: ftn12" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn12" name="_ftnref12">[12]</a> y que sólo vale lo que se crea dentro de esa urbe donde hasta el más valiente llora por el alto índice de smog. Este hecho nos advierte de esa violenta, y no siempre comprendida, dictadura que ejerce la capital sobre todo lo que no es la capital. Y ésa es una forma de dictadura que no ha desaparecido, ni ha disminuido en el curso de los dos períodos democráticos post-Pinochet.<br />Estos mismos sonetos, nos hacen pensar que su autor los envió más de una vez a diarios y revistas de la capital, pero que nunca fueron publicados, ni siquiera mencionados como información. Así se lee en los tercetos de "Humilde queja del Fenix de los Cesantes contra la prensa de la capital del Reyno":<br /><br /><br />Mas los versos se pudren en cuadernos;<br />en libretas, librillos y hojas sueltas,<br />en tanto que los hago y los deshago.<br /><br />Me muero sin consuelo en este infierno<br />y por más que doy vueltas y más vueltas<br />ni me inflan las revistas de Santiago.<br /><br /><br />Esta falta de difusión me extraña por completo, puesto que en la década del 80, en la capital de Chile, existían varias revistas de oposición al régimen militar en las que --a mi parecer-- las colaboraciones de Lope habrían caído como anillo al dedo. Pienso en Análisis, Apsi, Cauce y Hoy, entre las más importantes, de mayor tiraje, y de las cuales fui un lector asiduo. Sin embargo, puedo afirmar que en todos esos años nunca vi una referencia a Lope ni a sus sonetos. Puede ser que los editores los hayan encontrado poco serios o demasiado peligrosos para el momento, pero también es posible que esos poemas nunca hayan llegado a la mesa del editor y que hayan ido a parar al basurero antes de arribar a buen puerto. Tal vez la razón haya sido simplemente que el provinciano y marginal Lope sin Pega no tenía santos en la corte. Dicho de otro modo, no tenía pitutos<a title="" style="mso-footnote-id: ftn13" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn13" name="_ftnref13">[13]</a> que le permitieran acceder a un pequeño espacio en esas publicaciones. Cualquiera que sea la verdad, y aunque estas reflexiones en nada cambiarán lo que ocurrió, me parece que fue un error no darle cabida en ningún semanario a estos agudos y burlescos sonetos que hacen la mejor crónica de ciertos espacios de la vida política y social del Chile de esos días.<br /><br /><br /><strong>Estructura del libro<br /></strong><br /><br />I. "Aportes que algunos autores cercanos al poeta ficieron a este libro de sonetos," que da cuenta de la función satírica y lúdica del volumen, puesto que si bien incluye textos de Quevedo, Samaniego, un fragmento del Poema de Mio Cid, y dos versos del Himno Nacional de Chile, sólo los tercetos del conocido "No he de callar..."<a title="" style="mso-footnote-id: ftn14" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn14" name="_ftnref14">[14]</a> quevediano se salva de sufrir alteraciones debido a que el mensaje y el objetivo del mismo son evidentes. Los otros dos textos sufren cambios que le permiten al Fénix precisar la dirección de sus dardos. Al fragmento del Poema de Mio Cid lo titula "Texto que esplica lo que contesció al juglar cuando fue allanada su poblasción por malos alguaciles de rostros pintados", que nos advierte que el juglar a quien se refiere el texto no es otro que el mismo Lope y "mios enemigos malos" viene a ser la policía pinochetista. El juego lopesco toma aquí otros matices cuando evita señalar la procedencia del texto y sólo indica que fue escrito por "Un juglar que no quiso perder su anonimato pese a los justificados requerimientos del Fénix", lo que al lector no acostumbrado a estas libertades literarias le hará pensar que el tal juglar es un amigo suyo, por lo tanto contemporáneo también. A la fábula "El asno vestido de león" de Samaniego sólo le cambia dos palabras en uno de los versos finales, las que bastan para poner la mira del lector exactamente sobre el objetivo.<a title="" style="mso-footnote-id: ftn15" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn15" name="_ftnref15">[15]</a> El proceso que sufre el último de los textos es diferente. El poeta ha tomado dos versos del "Himno Nacional de Chile" y los repite tres veces, tal como cuando es cantado. A estos seis versos les ha puesto el título "Antigua fe de principios de un país del sur" y de esa manera lo presenta como un nuevo poema.. Esta "Antigua fe de principios de un país del sur" es la que ubica al libro en el contexto histórico-social del cual ha surgido, así como viene a confirmar la razón principal que motivó al autor a escribirlo: el atropello que habían sufrido los valores cívicos, libertarios y democráticos en un país del sur, que obviamente es Chile.<br /><br /><br />II. "Sonetos de Lope sin Pega (1981-1989)." Es una selección de 65 sonetos de estructura clásica (catorce versos endecasílabos, agrupados en dos cuartetos y dos tercetos, con rima consonante).<br />a. Los primeros 40 ofrecen una visión panorámica de la realidad chilena de esos años, predominando los que tratan de la información televisiva, de los avatares de los primeros años de imposición de la economía libremercadista y, con ello, abundantes referencias a los "Chicago Boys", a los ministros de turno y, obviamente, a Pinochet y a la Junta Militar de Gobierno<a title="" style="mso-footnote-id: ftn16" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn16" name="_ftnref16">[16]</a>. Esta primera parte es la más extensa y se inicia con la "Declaración de Principios de Lope sin Pega."<br />b. Ocho sonetos agrupados bajo el título "Pedidos de Navidad." Estos poemas, como indica el título de la sección, son pedidos que varios personajes vinculados al ambiente político, social y económico chileno, más el propio Lope, hacen al Viejo Pascuero.<a title="" style="mso-footnote-id: ftn17" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn17" name="_ftnref17">[17]</a> Por lo mismo, en esta sección el hablante lírico de cada uno de los sonetos es un hablante-personaje, que es a la vez caricatura de una persona real, participante o conectada de alguna manera a la contingencia chilena. Los solicitantes son, el Almirante José Toribio Merino Castro, el General Augusto Pinochet Ugarte, el economista norteamericano Milton Friedman, un pinochetista frustrado, el General de Aviación y también miembro de la Junta de Gobierno, Fernando Matthei Aubel; un antipinochetista anónimo, el animador de televisión Raúl Matas y el propio Lope sin Pega.<br />c. Dos sonetos sobre la visita del Papa Juan Pablo II a Chile. Visita de la cual la dictadura trató de sacar el máximo de provecho.<br />d. Nueve sonetos acerca de la campaña pre-plebiscitaria del general, y cuatro llamando a votar NO en el plebiscito que debía decidir si Pinochet continuaría en el cargo de Presidente de la República, del que se había apropiado en otro plebiscito, o bien debería llamar a elecciones. En estos sonetos resalta una serie de personajes y temas con los cuales la televisión y la prensa bombardeaba sin descanso a la población chilena (Pinochet, Jaime Guzmán, Onofre Jarpa, varios ministros, privatizaciones, promesas, discursos, inauguraciones, partidarios 'insignes', etc.).<br />e. Dos sonetos acerca de la prensa nacional y de la relación del poeta con ella.<br /><br /><br />III. "Apéndice. Otros poemas del Fénix de los Cesantes escritos en la misma época de los sonetos precedentes." Esta sección incluye un conjunto de poemas de mayor extensión que los anteriores, varios de ellos publicados en la serie de trípticos de la década del 80. En estos poemas se utilizan diferentes formas métricas. Los poemas incluidos son:<br />--"La Chilena. Reescritura que fizo Lope sin Pega del poema de su coetáneo el Alonso de Ercilla,"<br />--"Primerísima égloga de Garcilaso de la Vega escrita a la manera de su coetáneo Lope sin Pega, en la que se cantan las poco donosas lamentaciones del viejo pastor Pinochillo y de otros tres pastores no menos viejos, "<br />--"Versos de arte mayor motivados por la realidad chilena mostrada en televisión." Extenso poema encabezado por un epígrafe que señala "abusando de la paciencia de los señores lectores y de la cuaderna vía,"<br />--"Miedo. Poema de Gabriela Mistral que por descuido y como un zombie reescribió Lope en un momento de mucho dolor,"<br />--"Rimas en las que Lope sin Pega describe el estado en que se encuentra la educación chilena tras el horroroso temporal con que llegó la municipalización de las escuelas,"<br />--"Reflexiones ante el destrozo y cuasi exterminio de la educación chilena, que son casi una elegía."<br />--"La Resurrección de Martín Fierro," José Hernández.<br />--"Décimas históricas e inéditas de Don Javier de la Rosa sacadas del olvido por Lope sin Pega para asustar a los niños."<br /><br /><br />IV. Apendic(itis) urgente. Desde el Water de Virginia.<br />-- De las augustas platas. (soneto)<br />-- Monólogo preguntón del general en un manicomio. (soneto)<br />-- Pobre del viejo pillo. (soneto)<br />-- No a los senadores designados (décimas)<br />-- Pobre país que sale de una y cae. (canción)<br />-- Décimas del viejo tirano. (décimas)<br />-- Directamente desde el wáter de Virginia. (décimas)<br />-- De lo que pasó en el cielo. (décimas)<br />-- De las andanzas de Augusto II, es decir, del Príncipe Heredero. (décimas)<br />-- Nuevas historias del ratón Pérez. (letrilla)<br /><br /><strong>Fuentes de los textos publicados<br /></strong><br /><br />Gracias a la buena dissposición del poeta tengo en mi poder copias de todos los trípticos y hojas publicadas en la década del 80, dos cuadernillos mecanografiados que contienen casi toda su producción de esa década y algunas hojas sueltas, también mecanografiadas, con poemas que no fueron publicados y tampoco están incluidos en la presente selección.<br />I. Los trípticos. Todos los trípticos tienen una portadilla en la que se lee: --Clásicos Castellanos--(deste lado del océano). Sonetos compuestos por Lope sin Pega, el Fénix de los Cesantes. En el centro de la portadilla se ve lo que presume ser un retrato del poeta, vestido a la usanza de los siglos áureos españoles. El retrato está rodeado, como formando el borde de un medallón, por el siguiente texto: Lope sin Pega - El Fénix de los Cesantes - Nacido hace algunos años por obra y gracia del Señor i vivo aún para desgracia de algunos señores. Bajo el medallón se lee MCMVXXVI, que supone ser la fecha de edición, pero que evidentemente está mal escrita. ¿Error o sutileza del artista gráfico? Más abajo, una irónica parodia de dedicatoria, que no intenta ensalzar sino que ironiza la figura del personaje a quien bombardean sin descanso los poemas: Dirigido al Conde de la Moneda, Duque del Melocotón, Archiduque de Lo Curro, Vizconde de la Raza de los Carapintada y a todos sus lacayos y alguaciles<a title="" style="mso-footnote-id: ftn18" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn18" name="_ftnref18">[18]</a>. Al pie de la portadilla se lee Editorial Seis Barreales, que es parodia también. En este caso, de la prestigiosa Seix Barral. Incluso se parodia la figurilla que acompaña al nombre de esa editorial. En los trípticos no hay una sola sino dos figuras que representan a una persona que va escapando y a la que lo persigue, otra particularidad de la época en que se escribieron los poemas.<br />Tras la información anterior, es evidente que desde la misma portadilla se pinta a todo color el carácter paródico, risueño, sarcástico y extremadamente provocador de los textos. Otra gracia de Lope sin Pega: la de atreverse a publicar estos trípticos en los momentos más duros de la dictadura<a title="" style="mso-footnote-id: ftn19" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn19" name="_ftnref19">[19]</a>.<br />Nº 1. Impreso en offset, en papel de color rosado, con letra manuscrita en tinta color granate. Incluye los tres tercetos de Quevedo y los versos del Poema de Mio Cid que se incluyen en la primera parte de esta antología, y los sonetos "Humilde consejo deste juglar en pro del encuentro de una posible solución al constante cambio de ministros," "Donde se fabla de los sortilegios que mueven los últimos respiros de nuestra economía," "Soneto con vocabulario de moda" y "Carta desconsolada de un Chicago Boy posiblemente dirigida al Viejito Pascuero."<br />Nº 2. Fotocopias en papel blanco, letra mecanografiada. Incluye ocho sonetos: "En que Lope divaga sobre cosas varias después de haber sido apaleado el día de los trabajadores," "De Minestrictos", "Antes cuando lucía la Lucía", "Historita infantilita", "Caras hay que son caras", "De como el tiempo pasa... y pasa", "De la bajada de la escalera", y "Cambio dólares verdes por dolores".<br />Nº 3. Fotocopias en papel blanco, letra mecanografiada. Incluye sólo dos poemas: "La Chilena. Reescritura que fizo Lope sin Pega del poema que fiziera su coetáneo el Alonso de Ercilla", escrita en octavas reales, y el soneto "Declaración de Principios de Lope sin Pega".<br />Nº 4. Fotocopias en papel blanco, letra mecanografiada. Incluye un solo poema: "Primerísima égloga de Garcilaso de la Vega escrita a la manera de su coetáneo Lope sin Pega." en este tríptico aparece la siguiente nota: "Estos fragmentos de la Egloga de Lope si Pega, igual que otros poemas que no guardan la estructura del soneto irán apareciendo en estas mismas hojas para no hacer cambios en la portada que ya es conocida por los seguidores del Fénix". Bajo la nota se lee "Despídome con un también imprescindible Acto de Contrición. Alma, no me digas nada/ que yo soy Lope sin Pega/ y no Juan Guzmán Cruchaga<a title="" style="mso-footnote-id: ftn20" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn20" name="_ftnref20">[20]</a>."<br />Nº 5. Fotocopias en papel blanco, letra mecanografiada.. Se señala que es una "Edición especial" y, que fue publicado para la Navidad de 1986. Incluye nueve sonetos-cartas con peticiones de Navidad.<br />Nº 6. Impreso en offset, en papel de color rosado, con letra manuscrita en tinta de color negro. En la portadilla, bajo el presunto retrato del autor se lee: Sonetos acerca de la campaña del capitán general, primer infante, alguacil mayor de la república y varios etcéteras más. Y más abajo un aviso: Con este ejemplar exija su poster gigante en tonos coloraditos del gran Lope Sin Pega. Así se burla del ‘anzuelo’ que ponían todas las revistas del oficialismo en ese tiempo, puesto que como nadie las compraba se vieron forzados a ofrecer regalos, generalmente más caros que la propia revista, por la compra de cada ejemplar. De esa forma lograron subsistir. Otro aviso que aparece es: Cualquier semejanza destos temas con la vida real no es pura coincidencia. El tríptico incluye diez sonetos.<br />Tríptico sin numeración: El extenso poema titulado Versos de arte mayor motivados por la realidad chilena mostrada en televisión. Está escrito en cuaderna vías lleva un epígrafe que dice abusando de la paciencia de los señores lectores y de la cuaderna vía. Fue impreso en offset, con letras rojas sobre papel blanco. Al abrirse el tríptico, un lado de la hoja hace de portada o póster; al reverso va el poema.<br />II. Hojas sueltas sin numeración. Conozco sólo tres hojas sueltas, pero podrían existir otras. Las que poseo son bastante pequeñas, puesto que juntas hacen el tamaño de una hoja de oficio (8 1/2" x 14") y sólo incluyen sonetos. Las tres mantienen la misma gráfica de los trípticos, incluso el supuesto retrato del vate. Una trae "Algunas razones para votar NO (I)"; la segunda, "Acerca de por qué Lope llama a votar NO", y la última contiene los sonetos "Algunas razones para votar NO (II)" y "Algunas razones para votar NO (III)". No es difícil entender que fueron escritas y publicadas durante la campaña del NO para el plebiscito llamado por Pinochet.<br />III. Desde el wáter de Virginia (o si lo prefieren, desde Virginia Water). Todos los poemas de esta sección –excepto “No a los senadores designados”—fueron escritos a partir del 16 de octubre de 1998, día en que fuera detenido a medianoche en una clínica de Londres por la Scotland Yard, el Ex-Dictador, Conde de La Moneda, Duque del Melocotón, Archiduque de Lo Curro, Vizconde de la Raza de los Carapintada, Hijo Ilustre de Todas Partes y Senador Vitalicio.<br /><br /><strong>Y ahora los dejo con Lope<br /></strong><br /><br />No es mi intención extenderme en estas palabras introductorias, puesto que su único objetivo es dar algunas algunas luces a la obra poética de "el Fénix de los Cesantes", poeta del que hasta ahora no se sabía mucho más que los sucintos datos de los trípticos publicados en Chile en la década del ochenta: "Nacido hace algunos años por obra y gracia del Señor y vivo todavia para desgracia de algunos señores". Pese a que mi comunicación directa con él se remite sólo a dos cartas, ésas me han resultado tremendamente esclarecedoras de las motivaciones de su poesía y de las razones de su estilo apegado a las normas clásicas. Por ahora, quedo tremendamente agradecido por su ayuda y a la espera de que en próximas cartas me (nos) dé mayores detalles de sus andanzas y desventuras por estas tierras del Señor. Pero... ésa es otra historia<a title="" style="mso-footnote-id: ftn21" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn21" name="_ftnref21">[21]</a>.<br /><br /><br /><br /><br />BIBLIOGRAFÍA BÁSICA<br /><br />Sin Pega, Lope, (1981-1989). Cuadernillo mecanogafiado (70 p.)<br />-----, Sonetos compuestos por Lope sin Pega, el Fénix de los Cesantes, Nº 1, Editorial Seis Barreales, sin data.<br />-----, Sonetos compuestos por Lope sin Pega, el Fénix de los Cesantes, Nº 2, Editorial Seis Barreales, sin data.<br />-----, Sonetos compuestos por Lope sin Pega, el Fénix de los Cesantes, Nº 3, Editorial Seis Barreales, sin data.<br />-----, Sonetos compuestos por Lope sin Pega, el Fénix de los Cesantes, Nº 4, Editorial Seis Barreales, sin data.<br />-----, Sonetos compuestos por Lope sin Pega, el Fénix de los Cesantes, Nº 5, edición especial, Editorial Seis Barreales, sin data.<br />-----, Sonetos acerca de la campaña del capitán general, primer infante, alguacil mayor de la república y varios etcéteras más, Nº 5, Editorial Seis Barreales, sin data.<br />-----, Versos de arte mayor motivados por la realidad chilena mostrada en televisión, Editorial Seis Barreales, sin data.<br />-----, Algunas razones para votar NO (I), Editorial Seis Barreales, sin data.<br />-----, Acerca de por qué Lope llama a votar NO (II), Editorial Seis Barreales, sin data.<br />-----, "Miedo. Poema de Gabriela Mistral que por descuido y como un zombie reescribió Lope en un momento de mucho dolor." Copia mecanografiada.<br />-----"Rimas en las que Lope sin Pega describe el estado en que se encuentra la educación chilena tras el horroroso temporal con que llegó la municipalización de las escuelas." Copia mecanografiada.<br />-----"Reflexiones ante el destrozo y cuasi exterminio de la educación chilena, que son casi una elegía." Copia mecanografiada.<br /><br /><br />BIBLIOGRAFÍA SECUNDARIA<br /><br />Arriagada, Genaro, Pinochet. The Politics of Power. Translated by Nancy Morris with Vincent Ercolano and Kristen A. Whitney, Boston: Unwin Hyman, 1988.<br />Castillo Sandoval, Roberto, "Los versos amargos de Lope sin Pega: De la poética del apagón a la crítica del encandilamiento." En Jorge Torres (ed.), Por el territorio de los límites. Propuesta de una Cierta Zona de la Poesía Chilena. Aproximaciones a la Poesía de Carlos Alberto Trujillo. Valdivia: Barba de Palo, 1996, pp. 159-166.<br />Hudson, Red A., (ed.) Chile, a country study. Federal Research Division Library of Congress. Area Handbook Series, Washington D.C.: Department of the Army, 3rd Edition, 1st Printing, 1994.<br />Oppenheim, Lois Hecht, Politics in Chile. Democracy, Authoritarianism, and the Search for Development. Boulder: Westview Press, 1993<br />Parra, Nicanor, Chistes para desorientar a la poesía. Edición de María Nieves Alonso y Gilberto Triviños, Madrid: Visor, 1989.<br /><br /><br /><br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn1" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref1" name="_ftn1">[1]</a> El poeta expone estas ideas en una carta fechada el 20 de diciembre de 1993 que responde a otra que este prologuista le escribió el 4 de noviembre del mismo año. En aquélla le comentaba mi interés por la porción de su obra que había llegado a mis manos tanto como mis deseos de saber si continuaba escribiendo o si su producción se había acabado junto con el término de la situación política que la motivó durante casi una década. Tras la mencionada carta-respuesta de diciembre de 1993, en la que me aseguró que seguía escribiendo, le respondí solicitándole textos inéditos y su autorización para publicarlos en trípticos como los que él había editado en la década del 80. En esa misma carta (segunda) le envié un cuestionario con preguntas bastante generales, cuyas respuestas me dieron importantes datos que hasta entonces desconocía. De aquí en adelante esos documentos se mencionarán como Primera Carta y Segunda Carta.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn2" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref2" name="_ftn2">[2]</a> En enero de 1995, gracias la expresa autorización del Fénix, comencé a editar una serie de trípticos con sonetos y otros poemas, tanto de la década del 80 como algunos de producción reciente. Entre 1995 y 1998 se han publicado quince trípticos que han llevado el trabajo creativo de Lope sin Pega a un público más amplio y variado.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn3" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref3" name="_ftn3">[3]</a> Segunda Carta.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn4" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref4" name="_ftn4">[4]</a> La dictadura de Pinochet se extendió por 17 años, desde el 11 de septiembre de 1973 hasta 1989. Las Fuerzas Armadas y Carabineros, encabezadas por sus generales Augusto Pinochet Ugarte, José Toribio Merino Castro, Gustavo Leigh Guzmán y César Mendoza Durán, se erigen como Junta Militar de Gobierno, tras el bombardeo del edificio de gobierno, Palacio de La Moneda, y la trágica muerte del presidente constitucional, Salvador Allende Gossens, elegido tres años antes. Años más tarde el general del ejército Augusto Pinochet Ugarte se autodenomina Presidente de la República, aun manteniendo una Junta de Gobierno que desde el mismo momento de su asunción comienza a sufrir cambios de integrantes. En 1989, tras haber perdido el plebiscito que votaba SI o NO a la continuación de su mandato y luego de realizarse una elección presidencial en la que también pierde su candidato, Hernán Buchi, quien había sido uno de los llamados "súper ministros" de la dictadura, comienza la transición hacia la democracia bajo la presidencia de Patricio Aylwin. Hoy, Chile vive su segundo gobierno democrático post- dictadura. Hace aproximadamente un año y medio, Augusto Pinochet Ugarte dejó el cargo de General en Jefe de las Fuerzas Armadas y pasó a ocupar un asiento en el senado, como Senador Vitalicio (11-marzo-1998). Desafortunadamente para el nuevo senador, desde el 16 de octubre de 1998 se encuentra detendido en Londres por crímenes de lesa humanidad cometidos durante su dictadura.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn5" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref5" name="_ftn5">[5]</a> En particular, el Canal Nacional de Televisión, principal órgano informativo y concientizador de la dictadura.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn6" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref6" name="_ftn6">[6]</a> Genaro Arriagada, Pinochet. The Politics of Power, Translated by Nancy Morris with Vincent Ercolano and Kristen A. Whitney, London: Unwyn Hyman, 1988.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn7" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref7" name="_ftn7">[7]</a> "El 11 de septiembre de 1973, Chile se vio convulsionado por un violento golpe de estado. Dentro del palacio presidencial sitiado y en llamas, el Presidente Salvador Allende se suicidó. Esta toma del poder por los militares y la inesperada muerte de Allende sacudieron al mundo.<br />El golpe de estado interrumpió dramáticamente la vida institucional en una de las democracias más antiguas y más estables. La democracia chilena había sido una notable excepción al tan repetido modelo de las dictaduras en el mundo en vías de desarrollo. Por casi 150 años, la decencia y civilidad de la política chilena se había ganado un gran respeto international a pesar de su pequeño tamaño (una población de diez millones de habitantes) y de su relativamente débil economía..." (La traducción es mía)<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn8" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref8" name="_ftn8">[8]</a> "... y ese mar que tranquilo te baña/ te promete un futuro esplendor."<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn9" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref9" name="_ftn9">[9]</a> Muchas personas, principalmente jóvenes, se subían a las micros (microbuses) urbanas, principalmente en Santiago, donde, acompañados de una guitarra, un charango o a "capella," cantaban durante el recorrido y solicitaban una colaboración a los pasajeros, la que generalmente no pasaba de unas cuantas monedas.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn10" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref10" name="_ftn10">[10]</a> Segunda Carta.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn11" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref11" name="_ftn11">[11]</a> Se publicaron libros de poesía marcadamente política, de tono sarcástico semejante a la de Lope. Pienso, por ejemplo, en Coplas de Navidad, Antivillancico, de Nicanor Parra, publicado en 1983, pero, obviamente, una obra prácticamente desconocida como era la de Lope no contaba con ningún apoyo editorial.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn12" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref12" name="_ftn12">[12]</a> Si bien ésta es una característica que se repite en todos los planos del quehacer chileno, me parece errado y extemporáneo que siga ocurriendo en relación a los poetas, cuando la mayoría de los grandes vates nacionales han nacido en provincias. A modo de ejemplo valga nombrar a Gabriela Mistral, Pablo de Rokha, Pablo Neruda, Juvencio Valle, Nicanor Parra, Gonzalo Rojas, Miguel Arteche, Jorge Teillier y Jaime Quezada, entre muchos otros.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn13" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref13" name="_ftn13">[13]</a> En otros países se dice gancho o entrada. El "pituto" es una institución nacional en Chile. Si quieres conseguir un trabajo, una beca, un cargo o lo que sea, necesitas tener al menos "un pituto", es decir, una persona que te haga los contactos para conseguirlo o que directamente te lo consiga. De hecho, en Chile hay muchos que pase lo que pase y sin importar los cambios políticos que se produzcan siempre están bien "apitutados".<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn14" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref14" name="_ftn14">[14]</a> Comienzo de la "Epístola satírica y censoria contra las costumbres presentes de los castellanos, escrita a don Gaspar de Guzmán, conde de Olivares, en su valimiento".<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn15" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref15" name="_ftn15">[15]</a> En relación esta parte del libro véase el artículo "Los versos amargos de Lope sin Pega: De la poética del apagón a la crítica del encandilamiento" de Roberto Castillo Sandoval, en Jorge Torres (ed.). Por el territorio de los límites. Propuesta de Lectura de una cierta zona de la poesía chilena. Valdivia: Ediciones Barba de Palo, 1996, pp. 159-166.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn16" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref16" name="_ftn16">[16]</a> En la década de los 80 se seguía hablando de la Junta, aunque ésta dejó de existir como tal, o al menos perdió mucho de su autoridad, cuando Pinochet se autoproclamó Presidente de la República en 1978.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn17" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref17" name="_ftn17">[17]</a> El mismo personaje conocido en otras latitudes como Santa Claus o Papa Noel.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn18" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref18" name="_ftn18">[18]</a> La información es clara, sarcástica y muy directa. El personaje a quien van dirigidos los poemas no es otro que el general Augusto Pinochet. La Moneda es el Palacio de Gobierno, el Melocotón y Lo Curro son dos de los lugares donde Pinochet hizo construir grandes mansiones. La de Lo Curro, una verdadera fortaleza implementada con los más sofisticados mecanismos de seguridad. Los Carapintada, alude a los soldados que para reprimir las protestas como para realizar otras acciones de violencia contra el pueblo se pintaban la cara para no ser reconocidos más tarde. Conde, Duque, Archiduque y Vizconde probablemente apunten a ciertos sueños de nobleza del general. Aunque el mismo Lope lo vea como un señor feudal o un dictatorial dueño de fundo.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn19" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref19" name="_ftn19">[19]</a> Un connotado poeta sureño me contó que el primero de los trípticos le causó encontradas emociones. Por un lado, alegría, porque alguien estaba "atreviéndose a hacer eso", y por otro, temor, puesto que le llegó por correo en los días en que se había producido el atentado contra el general Pinochet, y ése era un momento en el que había que andarse con mucho cuidado, como se describe en la siguiente información: "El reciente atentado de que fue objeto el general Pinochet, el primero del que se da cuenta en todos estos años, hizo que el país pareciera volver a revivir los trágicos momentos que llevaron a la entronización de la dictadura: ocupación militar, encarcelamiento de dirigentes políticos, asesinatos, desapariciones, clausura y control de los medios de prensa..." ("Irela: La Lucha por la Democracia en Chile: Perspectivas y Opciones." De Internet).<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn20" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref20" name="_ftn20">[20]</a> Este terceto se repite en todos los trípticos publicados posterioremente en la década del ochenta y es otro juego paródico. Uno de los poemas más conocidos por los lectores chilenos es "Canción" de Juan Guzmán Cruchaga (1895-1979), Premio Nacional de Literatura en 1962. En dicho poema el primer y último tercetos repiten los versos: "Alma, no me digas nada,/ que para tu voz dormida/ ya está mi puerta cerrada". Valga notar, que una maravillosa jugada de la historia ha hecho algo que ni Lope pudo haber soñado. Hoy, el Ministro de la Corte de Apelaciones, Juan Guzmán Tapia, hijo de poeta Juan Guzmán Cruchaga, es ministro de fuero encargado del caso por numerosas querellas presentadas contra Pinochet.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn21" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref21" name="_ftn21">[21]</a> Los poemas del segundo apéndice, titulado “Directamente desde el wáter de Virginia”, no alcanzaron a ser comentados en estas páginas por haber sido escritos con posterioridad a esta introducción y a la preparación de la presente antología. Sin embargo, he incluido esa serie de poemas en el presente volumen por constituir un adelanto del cierre de una época en la vida política chilena, como también de “adiós” al personaje que se menciona en la gran mayoría de estas páginas.<br /><br /><br /><br /><em>*** Publicado como Introducción del libro <strong>No se engañe nadie, no. Antología de sonetos compuestos por Lope Sin Pega, el Fénix de los Cesantes</strong>, Santiago: Mosquito Editores, 1999, pp. 5-24.</em>Carlos Trujillohttp://www.blogger.com/profile/06524332265007344352noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-1703099032133422636.post-1979550088104967782007-03-07T18:12:00.000-08:002007-03-07T18:49:34.973-08:00Fútbol, mitos e historia en La iluminada circunferencia de Jorge Velásquez.<em></em><br /><em>“Un islote somos<br />Un chalupón forastero en lo invisible.”<br /></em><br />Jorge Velásquez Ruiz (Castro, 1972) se encontró con el bichito de la poesía al llegar al Liceo Politécnico de Castro en marzo de 1986. Dejó la isla de Quenac para seguir sus estudios de enseñanza media y fue uno de los primeros participantes en el taller literario que acababa de fundarse en ese colegio, el que, como informa en la solapa de su libro, muy pronto se transformó en la última promoción del Taller Literario Aumen.<br />Desde la misma portada, el lector intuye los motivos que servirán de columna vertebr<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhR3Uqwv8CFZaUdYuQBJY_Q6rNlbaHQG36YQ0O-326pzGOQoi2M3ns07fJteWJ-F_E4QriiKEtkN_WWLKnk92M3pgnGfQ5_rpNMjjjxN-SC-GrYsHpXdcJVNNbJ-zxreJn-E_SIsjVMblrH/s1600-h/Jorge+V%C3%A9lasquez-2006.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5039371605224379234" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; CURSOR: hand" height="297" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhR3Uqwv8CFZaUdYuQBJY_Q6rNlbaHQG36YQ0O-326pzGOQoi2M3ns07fJteWJ-F_E4QriiKEtkN_WWLKnk92M3pgnGfQ5_rpNMjjjxN-SC-GrYsHpXdcJVNNbJ-zxreJn-E_SIsjVMblrH/s320/Jorge+V%C3%A9lasquez-2006.jpg" width="243" border="0" /></a>al al libro. Si bien el título, <em>La iluminada circunferencia</em>, podría conducir a equivocaciones, la pintura de la cubierta aclara inmediatamente que no se trata de la luna, ni del sol, ni de ninguna otra estrella lejana sino, ni más ni menos, que de una isla, un archipiélago y/o una cancha de fútbol. La vida isleña junto a una serie de historias futboleras constituirán el hilo conductor de este libro que en su secuencia de imágenes y poemas nos paseará por varios momentos significativos de la historia de la isla y de la vida de sus habitantes.<br />El poemario, dividido en cuatro secciones (“Primer tiempo,” “Segundo tiempo,” “Tercer tiempo y “Último tiempo”), intenta estructurarse de acuerdo a los parámetros de un partido de fútbol. Sin embargo, ese intento no resulta completamente exitoso. Pienso, por ejemplo, que habría sido más acertado titular “Tiempos complementarios” a la tercera y cuarta secciones para no abandonar la idea inicial.<br />Sin apartarme del aspecto estructural, la división del libro en cuatro tiempos me parece un tanto forzada puesto que si la secuencia de los poemas de cada sección aludiera a un determinado tiempo histórico, los dos poemas iniciales deberían constituir por sí mismos una suerte de sección introductoria (“Tiempo de encuentro” o “Tiempo de desencuentros” si se quiere) debido a que en un conjunto cuyo hilo conductor está formado por hechos, anécdotas o experiencias ocurridas en el siglo XX, el poema “Primeras jugadas” (7) refiere al encuentro de los conquistadores españoles con los pueblos indígenas (s. XVI); mientras que “Torneo en Mocopulli,” que en el manuscrito se titulaba “Mocopulli 1826,” alude precisamente a esa fecha, cuando el ejército chileno lucha por anexar a su territorio el ‘último reducto español.’<br />En La iluminada circunferencia, Jorge Velásquez nos pasea por los torneos futbolísticos del mundo isleño y rural de Chiloé, y a través de la experiencia de esos partidos, las vivencias de sus protagonistas y los viajes en lancha para jugarlos, nos ofrece una amplia pintura de los sueños, las glorias y las siempre dolorosas derrotas de esos jóvenes campesinos para quienes el domingo es el único día en que se puede tocar el cielo. Pero, como el poeta ha dejado en claro desde los primeros versos, el libro también navegará por las a veces tormentosas aguas de la historia regional y nacional.<br />En sus versos abundan los toponímicos que dan a esta poesía un marcado carácter regional y la sitúan en un preciso lugar del mundo, el Archipiélago de Chiloé (islas Meulín, Teuquelín, Quenac, Llingua, Caguach). El mismo rol cumplen los personajes cuyos nombres muy probablemente pertenecen a seres reales, conocidos por el poeta, habitantes de esas mismas islas: Lelo Vargas, que antes de la llegada de las salmoneras iba a la esquila; el finao Pedro Hueicha y su guitarra; Blanca Leviñanco y David Peranchiguay; así como otros nombrados sólo por sus apodos, como Cocherrayo, Vaina, Chati, Picaleña o Cocheclavo.<br />Las pichangas de niños igual que los torneos de los grandes ocurren en un medio geográfico y cultural que Velásquez va retratando con pluma certera. Verso a verso vamos encontrándonos con elementos religiosos, “hubo aquí un rehue y luego una capilla” (p.7); marítimos, “en nuestra chalupa iba la esperanza junto al timón” (12); míticos y legendarios, “la recta provincia” (18), “el buque de arte” (20), “pero habremos de jugar contra el brujo del arquero” (14); aves y plantas, “bailan en el cielo las bandurrias” (15), “esa cancha llena de espinillo” (8); faenas campesinas, “entonces la maniobra es enganchar las yuntas” (15); y con menciones que recuerdan la importantísima conexión de los campesinos del archipiélago con la Patagonia Argentina, “la pelota venida de Comodoro Rivadavia” (24), “Vivar podía sacar un truco bajo la luna” (25), etc.<br />La pluma del poeta con mano de truquero juega algunas de sus mejores cartas en “Torneo 73” (28) y Torneo 78” (29), años en que la vida chilota se cubre de nuevos miedos que no tienen nada que ver con la naturaleza a veces agreste ni con los poderes de la brujería. En el primero, leemos: “Tadeo Velásquez, central del Tricolor/ Y Amadeo Millán Manquilepi, del San Luis de Lin Lin/ Jugaron su propio partido en Achao/ Los cruzaron en la cancha más oscura y sin faroles/ Podían intuirse hasta los descuentos.” En esos primeros versos, el poeta nos adelanta que el partido aquel no fue un partido cualquiera. El verso “Los cruzaron en la cancha más oscura y sin faroles” es una especie de anticlímax que nos previene de la tragedia que pintarán los versos siguientes: “Habían metido un gol dicen, afuera del partido/ Aunque nunca en su bendita inocencia gritaron por la UP [ … ] Estuvieron me cuentan frente a un arco vacío/ esperando una o dos tarjetas/ más rojas que el horizonte.” Por otro lado, en “Torneo 78” leemos: “Los aviones pasaban a ras de cancha/ Usaban el color de las camisetas de nuestros enemigos/ En la única TV jugaban Argentina y Holanda/ Afuera disputaban Meulín con Tocoihue a penales [ … ] Los aviones pasaban por la línea/ que hizo Dios al amanecer...”<br />Uno de los grandes aciertos de este libro es el de reunir en sus poemas historias y anécdotas de los torneos de fútbol de las islas de Chiloé, con pasajes de la vida diaria de los isleños y del acontecer histórico del archipiélago y del país. El triunfo o la derrota del domingo o el recuerdo de las pichangas que jugaba de niño, pintados con una variedad de tonos entre los que no escasea el de la nostalgia, le permiten al poeta llevar al lector a otras experiencias y tiempos como la Batalla de Mocopulli en 1826; el golpe de estado de 1973; el conato de guerra con Argentina y el mundial de fútbol en ese mismo país en 1978; las faenas de la esquila en la Patagonia a donde los padres acostumbraban a llevar a sus hijos adolescentes para que se convirtieran en adultos,<br />Un buen primer libro aunque no consigue mantener el mismo nivel de comienzo a fin. Pienso que para una segunda edición, sería necesario repensar si es necesaria la inclusión de los textos en prosa “Crónica de una cornada” y “Un condenado a respirar más allá de las paredes”, puesto que desde un punto de vista puramente estético no me parece que signifiquen un aporte al conjunto.<br />Concluyendo, La iluminada circunferencia de Jorge Velásquez es un libro en el que no escasean los poemas lúcidos y bellos que adentrarán a los lectores en un trozo de realidad que para unos tal vez sea conocida sólo de oídas, y para la mayoría, una realidad ignorada por completo.<br /><br /><br /><strong>Carlos Trujillo</strong><br /><em>Villanova University</em><br /><br /><em></em>Carlos Trujillohttp://www.blogger.com/profile/06524332265007344352noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1703099032133422636.post-55460759222669327132007-03-07T17:20:00.000-08:002007-03-07T17:37:51.435-08:00Tradición y modernidad en Los palafitos… del paisaje de Mario García Álvarez<div></div><br /><div>El breve poemario Los Palafitos… del paisaje del autor chileno Mario García Álvarez es una caja de sorpresas, una especie de caja china que al abrirse nos ofrece otra no menos bella y perfecta en su interior. La portada azul marina con trazos negros y borde color verde agua, es sólo el inicio de las sorpresas. La portada (pintura de Alejandro Barrientos) presenta un fondo color mar; de un mar oscurecido por un cielo completamente cubierto. La opacidad de los tonos, más las huellas de humedad y descascaramiento dan una idea de las señeras marcas que ha dejado en ese espacio el paso del tiempo. En mitad de la portada se observan unos trazos más oscuros, como de noche o tiempo o humedad (o todo eso junto) que esbozan apenas la figura de un palafito. Unos cuantos trazos negros, traspasados por la oscuridad, por el mar, por la lluvia y el frío, imaginamos. Aunque la figura central de ese palafito apenas reconocible también evoca la imagen de una ventana apenas visible, a través de la cual se filtra un débil atisbo de luz, pese a la oscuridad que impide ver con exactitud lo que hay allí. </div><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh0Pv1GPCdzZMA4KQy6HJsVI_450of9KKJg5xa_CFmIdnljl07iKWsXZaa4G_OB9_NJ57bd2tyq0iK17ZHcIdok7kZfShCKsmBUfjt4jDEp6r4clctuEM7fH1vXzmakLomjBkYNc9milzec/s1600-h/Mario+Garc%C3%ADa.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5039361138389078866" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; CURSOR: hand" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh0Pv1GPCdzZMA4KQy6HJsVI_450of9KKJg5xa_CFmIdnljl07iKWsXZaa4G_OB9_NJ57bd2tyq0iK17ZHcIdok7kZfShCKsmBUfjt4jDEp6r4clctuEM7fH1vXzmakLomjBkYNc9milzec/s320/Mario+Garc%C3%ADa.jpg" border="0" /></a><br /><div>En la contraportada del libro, es decir de la pintura dual que le sirve de cubierta, predominan tonos grises y verdeoscuros, sombríos y fríos, como las noches de invierno del archipiélago sureño. En la parte inferior se ve la figura de un canoero, un indio nativo de las islas chiloenses, remando solo, en otro tiempo; enfrentándose a ese mar con todo el cuerpo, parado con firmeza frente al viento, al frío, a la historia (o al frío de la historia); acercándose a una costa apenas señalada por una línea azul que cruza de lado a lado la parte superior. La pintura dual nos adelanta un título dual.<br />En la cubierta se lee <em>Los Palafitos… </em>de Mario García Alvarez, título de gran sencillez, formado por un artículo y un sustantivo, que nos remite directamente a la peculiar imagen de esas casas de madera, cuyas largas patas flacas, completamente visibles en las mareas bajas, son cubiertas casi por completo por el mar en las mareas altas, lo que les da esa pintoresca imagen de casas flotantes, de lanchones cuadrados humeantes e inmóviles, recubiertos de tejuelas de ciprés, de alerce o de la más moderna y sonora plancha de zinc. Pero ese no es todo el título, puesto que recién en la parte inferior de la contraportada se completa el: <em>Los palafitos... del paisaje</em>. Es recién aquí cuando descubrimos que el título no apunta simple y llanamente a unos palafitos que el lector entenderá como referencia a esas construcciones del borde marino chilote que abundan en postales, calendarios y revistas de promoción turística. La segunda parte de la frase (...Del paisaje) obliga a inquirir el porqué de tal puntualización. ¿Querrá apuntar a los palafitos como una imagen icónica del sur, al servicio de los intereses del turismo? ¿A los éstos como parte de un paisaje exterior (físico/geográfico/publicitario)? ¿A un paisaje interior (el de la identidad isleña, su espíritu, su cultura; la conexión del ser humano con el lugar que habita y ayuda a formar)? ¿O apunta a todo eso y algo más? Lo cierto es que desde la portada/ contraportada el autor nos ha enganchado con su anzuelo de pescador avezado, puesto que para cualquier lector es evidente que ese título binario no es producto de una simple casualidad.<br />Para adentrarnos en el referente del libro cito las palabras iniciales del excelente e iluminador prólogo de Sergio Mansilla Torres: “¿Qué son los famosos palafitos de Castro, Chiloé? Por una parte, material predilecto de postales, vitrina de lo "típicamente chilote" para deleite de turistas y, acaso, para las luminosas páginas del <em>National Geographic</em>: puro "simulacro" de realidad, resultado de la deliberada manipulación del paisaje de las cosas para convertirlo en mercancía de consumo cultural destinada a satisfacer la necesidad de exotismo de una modernidad (sobre)saturada de sí misma. Por otra, un sitio de marginalidad: orilleros de la tierra y del mar son sus moradores; pescadores u obreros pobres la mayoría, viviendo en casas de madera desvencijadas que carecen de servicios higiénicos conectados al sistema de alcantarillado, sin espacios para la recreación de los niños. Lo cierto es que los palafitos vienen a ser la implacable metonimia de lo que se ha solido llamar la "cultura de bordemar" de Chiloé.<a title="" style="mso-footnote-id: ftn1" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn1" name="_ftnref1">[1]</a>” (3-4)<br />Apunta bien Mansilla, gran conocedor del mundo sureño chileno/chilote --poeta y chilote, él mismo-- cuando pregunta: “Qué son los famosos palafitos de Castro, Chiloé?” Y su respuesta, que indica precisamente la dualidad del tema, no podría haber sido más acertada. Por un lado, los palafitos son material predilecto de postales, vitrina de lo que es "típicamente chilote" según el ojo del turista, "puro simulacro de realidad." A estas alturas (primeras líneas) del prólogo, queda claro que los palafitos no son una sola cosa ni pueden ser definidos en dos palabras porque no es lo mismo el ojo de quien vive, suda y sufre en ellos que el de aquél que los ve a través de los espectaculares colores conseguidos por una cámara digital mientras se sueña (frente al televisor) visitando esa isla maravillosa que se le ofrece. Con medida rabia dice Mansilla: “Deliberada manipulación del paisaje de las cosas para convertirlo en mercancía de consumo cultural destinada a satisfacer la necesidad de exotismo de una modernidad (sobre)saturada de sí misma.” Así las cosas, el campo visual que nos ofrecen estos palafitos de Mario García Álvarez es mucho mayor que aquel que imaginamos al leer en la portada la primera parte del título nombrada por un artículo y un sustantivo.<br />Los palafitos tienen otra cara --la principal y, paradójicamente, la que no se ve--, la que no ven más que esos marginales de la tierra y del mar cuyo hábitat marginal, que es centro de su vida y su quehacer, también se vuelve centro (mentiroso y ficticio) en los grandes carteles de turismo o en las fotografías multicolores de revistas internacionales interesadas sólo en lo pintoresco de esas construcciones bordemarinas. La gente que las habita y las construye no importa nada, puesto que nada hay de exotismo en ellos ni en sus vidas, y según sabemos, eso no es buena publicidad para el turismo ni para el sistema del libremercado.</div><br /><div><br /><em>Intrahistoria del libro</em><br /></div><br /><div>Aprovechando una visita del poeta a Estados Unidos en diciembre del año 2000 --de paso, tras seis semanas disfrutando de una pasantía para docentes en España otorgada por el gobierno chileno-- tuve la oportunidad de hablar con el poeta sobre la flamante nueva publicación que traía bajo el brazo: Los Palafitos… Del Paisaje. La parte que transcribimos a continuación es aquella en que García se refiere al proceso de escritura del libro, así como a la contingencia en la cual se escribió y a la prolongada tardanza de su publicación.<br />CT: ¿Cuándo comenzaste a escribir <em>Los Palafitos</em>?<br />MG: Los palafitos tiene que ver fundamentalmente con mi salida de Chiloé. Estoy hablando del 83, es decir hace 17 años o tal vez un poco más. Ya estaba trabajando la idea desde el año 82<a title="" style="mso-footnote-id: ftn2" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn2" name="_ftnref2">[2]</a>. Tenía muy pocos poemas porque fundamentalmente tenía una visión muy estrecha de Chiloé. Lo que impulsa y desarrolla una idea más completa y le da cuerpo al libro es mi salida de la isla, cuando empiezo a ver la isla desde afuera, desde Santiago, cuando me voy a La Ciudad del Niño<a title="" style="mso-footnote-id: ftn3" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn3" name="_ftnref3">[3]</a>, y posteriormente a La Serena.<br />CT: Me dices que comenzaste a escribir este libro en 1982 por lo que imagino que la idea tal vez habrá surgido un tiempo antes. Entonces mi pregunta es ¿por qué antes que publicaste dos libros antes que <em>Los Palafitos…</em> que fue tu primer poemario concebido como tal? ¿Por qué postergaste su publicación?<br />MG: Eso fue por problemas económicos. Este texto debió haberse publicado mucho antes, cuando ganó el Concurso Regional de Poesía de la IV Región<a title="" style="mso-footnote-id: ftn4" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn4" name="_ftnref4">[4]</a> en el año 85, un concurso que organizó la Sociedad de Escritores de Chile, Filial Coquimbo. Ellos cumplieron solamente con la mitad del premio, que eran treinta mil pesos, pero nunca cumplieron con la parte más importante que era la publicación del libro ganador. Mis otros libros ganaron un concurso que organizó la Sociedad de Escritores de Chile con dinero aportado por Noruega para apoyar la publicación de escritores inéditos. Con el dinero de ese premio publiqué esos dos libros y no Los palafitos porque en ese instante pensaba que ese libro ya no me satisfacía, o que quizás no era su momento. Recién ahora tuvo su momento este libro que paradójicamente motivó la escritura de los otros dos<a title="" style="mso-footnote-id: ftn5" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn5" name="_ftnref5">[5]</a>.<br />CT: Imagino que los 18 años en que el libro se fue haciendo no pasaron en vano. ¿Qué cambios sufrió el texto desde sus orígenes hasta el momento de llevarlo a la imprenta?<br />MG: Creo que no ha sufrido grandes cambios, pero me parece que los lectores del libro lo han visto y valorado de una manera distinta. El libro se mantiene en un ochenta por ciento en lo que fue su versión original y traté de no meterle más mano fundamentalmente para no perder la esencia del mismo. Incorporé varios poemas que vienen a darle más cuerpo al texto en general y cubren ciertas zonas de ese paisaje que no estaban totalmente elaboradas, es decir, completan ese paisaje. Había algunas cuestiones que no estaban bien desarrolladas, faltaba un poco lo que es la vida, el tiempo tanto cronológico como climático. Eso fue lo que agregué.<br />CT: ¿Por qué la idea de <em>Los palafitos</em>?<br />MG: Se llama <em>Los palafitos… del paisaje</em> por varias razones. La idea surge en mí cuando en tiempos de la dictadura militar, el alcalde designado se empeña en hacer desaparecer los palafitos de toda la orilla de Castro. Él eliminó por lo menos un tercio de ellos. Ése es el hecho concreto que me hace reflexionar, que me hace entender además que los palafitos son una forma de vida, una forma objetiva, concreta, que representa la vida de Chiloé. Como tú sabes, he viajado, me he criado bastante en el mar, en los canales de Chiloé y para mí esa forma de vida (sin haber vivido necesariamente en un palafito) me parece muy completa y además única.<br />CT: Hablando de las vueltas de la fortuna. ¿Te parece mejor haberlo publicado ahora o crees que hubiera sido mejor publicarlo quince años antes?<br />MG: Por algunas razones me habría importado publicarlo mucho antes, cuando efectivamente el libro era importante. Tú me preguntarás por qué y la respuesta es, porque muchos lectores y poetas, ahora pueden decir que yo estoy repitiendo algo que ya está hecho, como es hablar de este lugar, de las particularidades de esta zona. En ese tiempo no había nada, exceptuando el trabajo de Sergio Mansilla, referido exclusivamente a Chiloé. No había nada así. Lo que sí existía --y yo lo desarrollé en mi Tesis de Seminario de Título<a title="" style="mso-footnote-id: ftn6" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn6" name="_ftnref6">[6]</a>-- es que Chiloé estaba presente en los textos de todos los poetas de la zona, pero por una cuestión obvia de experiencia vital, por los referentes humanos de donde uno es, pero no había un trabajo cuya poética, cuya escritura, haya estado intencionadamente pensada a partir de un tema específico de Chiloé y de la identidad del mundo chilote. En tal sentido, el texto habría tenido una valoración distinta si se hubiera publicado en ese tiempo. Ahora en cambio, me parece que el libro puede ser fácil y equivocadamente considerado como algo que se agrega a lo ya existente, en relación, por ejemplo, a <em>Karra Maw'n</em> de Clemente Riedemann, a De Indias de Nelson Torres (es interesante que cuando Toño estaba escribiendo <em>De Indias</em> yo estaba escribiendo <em>Los Palafitos</em>), y a otro montón de textos que hay por ahí; incluso <em>La Heredad del Pasto y el Agua</em> de José Teiguel, y muchos otros libros de escritores mapuches que en ese tiempo no existían o simplemente no se conocían. Es decir, lo que Iván Carrasco llama 'la poesía etnocultural.'<br />CT: ¿A tu parecer, es <em>Los palafitos... del paisaje</em> tu libro más logrado?<br />MG: A mí, mis tres libros me parecen libros logrados. <em>Los palafitos</em> es un libro que me deja satisfecho, pero también me dejan satisfecho <em>Poemas In-Púbicos</em> y <em>(Des)pliegues de papel y follaje</em>. Tal vez dentro de este último libro encuentre yo mayores cosas que me identifican y que he seguido desarrollando. Asimismo, <em>Los palafitos</em> me sigue potenciando otras cosas, por ejemplo, un libro sobre Pedro María Ñancúpel<a title="" style="mso-footnote-id: ftn7" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn7" name="_ftnref7">[7]</a> del que ya tengo más o menos clara la idea de lo que quiero hacer. Yo creo que siempre voy a mantener estas tres líneas: la poesía amorosa-erótica-irónica como los <em>Poemas In-Púbicos</em>; la poesía social-histórica como <em>Los Palafitos</em> y el libro que estoy escribiendo sobre Ñancúpel; y la poesía que reflexiona sobre el oficio existencial-poético como <em>(Des)pliegues de papel y follaje</em> y otro que se va haciendo de a poco y que tiene el título tentativo de <em>Pura poesía</em>.<br />Volviendo a mis títulos anteriores, me parece que los <em>Poemas In-Púbicos</em> es un libro que la gente ha leído muy mal. Ese libro es mucho más que un juego de palabras, es un libro tremendamente intencionado, absolutamente estructurado, un libro filosóficamente armado. Bueno, ahí dejo hartos lectores afuera porque la sección "Alta Filosofía" no se puede entender completamente si no se tiene cierto conocimiento de filosofía. Parece un juego pero requiere de una cierta profundidad de lectura. En <em>Los (des)pliegues…</em> también hay una suerte de juego filosófico (no olvides que mi formación es filosófica también). Y Los palafitos también me deja conforme. Éste es un libro con el cual tuve muchas frustraciones por no poder publicarlo, eso de andar siempre con un libro atragantado, viendo publicados otros libros que no tenían ningún valor. Estuve a punto de quemarlo. Toda esa rabia está dentro de los <em>(Des)pliegues de papel y follaje</em>, cuyo título fue "Canto del poeta inédito" hasta poco antes de su publicación.<br />En <em>Los palafitos</em> hay un elemento estructural que no he visto en otros libros, una cuestión que puede ser accesoria pero que tiene todo un sentido. Cada sección de la unidad tiene títulos que se convierten en los versos del poema final que es el índice. El poema final se llama "Como un índice" y está construido con los títulos de cada sección. Además cada sección en sí misma tiene un sentido. Dentro de Los palafitos hay una travesía que es mi travesía personal. Yo hablo de los palafitos en el norte, en el sur, en el centro y eso tiene que ver con mi viaje y ahí en medio de todo está metido el asunto político del Chile de ese tiempo.</div><br /><div><br /><em>Sembraremos nuestras casas en el mar</em></div><br /><div><br />El poemario está conformado por cinco secciones de extensión desigual, precedidos por un poema sin título que sirve de introducción al volumen y al tema. Es precisamente éste el poema que vamos a comentar en las siguientes páginas: </div><br /><div><br />Sembraremos nuestras casas en el mar<br />Que es tierra fértil y líquida.<br />Aquí habrán de crecer nuestras raíces<br />Juntaránse con las manos de los muertos<br />Que siguen arrastrados por las tormentas<br />De viento y humo que les amanecieron,<br />Serán estos muertos los eternos habitantes<br />De las paredes iluminados por las velas,<br />Serán estos los náufragos intangibles, invisiblemente<br />Manchados de sal blanca como la esperanza;<br />Serán estos cuerpos de madera,<br />Estos pilotes mojados<br />enterrados en la orilla de la historia<br />los únicos puentes<br />que soportarán las otras lluvias<br />y el peso<br />y la llegada de las muchedumbres solitarias<br />que sólo podrán ver nuestras máscaras agitándose<br />en los ojos negros del viento<br />en medio de un sol<br />lleno de algas… (p.11)<br /></div><br /><div>El poeta comienza afirmando la identidad isleña bordemarina de su pueblo, que también debe verse como afirmación de la validez, la importancia y el respeto que merecen todas las culturas marginales. Por lo mismo este poema y todo el libro que precede no debe entenderse sólo como un poema de temática e interés regional sino como un poema en el que se conjugan algunos de los temas y formas más actuales de la poesía. Para el poeta, así como para el pueblo del cual es voz, el mar es su campo, su hábitat natural, su "tierra fértil", plena de vida. La imagen de la Tierra Madre se transforma en la del Mar Madre.<br />Primera parte:<br />El poema que aquí comentamos es el que nos introduce al volumen <em>Los palafitos… del paisaje</em> de Mario García Álvarez. Su localización en el conjunto, precediendo a la primera sección del poemario, más el uso de una tipografía diferente al resto del libro, señala claramente su función de poema introductorio, separado del cuerpo principal, como en sus márgenes, aunque no ajeno a éste. [Probablemente este poema haya sido escrito una vez que todo el resto ya estaba completo, puesto que es una introducción que aparte de presentarnos el tema es también conclusión, en alguna medida].<br />Desde el título intuimos que estos "palafitos del paisaje" no son un libro de poesía paisajista, ni folclórica, ni tradicional. Intuimos que el poemario no será un canto idealizador de una cultura que parece exótica a los ojos ajenos, ni tampoco una alabanza del pintoresquismo de esas cosntrucciones bordemarinas que le sirven de referente. Asimismo, el tono del poema introductorio nos suena a proclama, a grito dolorido, a manifiesto de una identidad que no se quiere perder; a esfuerzo honesto para recuperar los valores culturales de una forma de vida que empieza a diluirse entre tanta carátula colorida; en fin, a defensa de un espacio que quizás no sea el mejor, pero que es el propio y se asume como tal. En síntesis, este poema es un grito contra el atropello y el avasallamiento impulsado por otras culturas económicamente más fuertes. No olvidemos las señales que lanza el autor desde la misma cubierta del volumen en la que el palafito apenas trazado, igual que la figura del indio canoero de la contraportada, es sombra apena, sombra perdida en medio de la oscuridad (noche, lluvia, tempestad, dolores de la historia), diluida si no desaparecida completamente o en rápido proceso de extinción.<br />Por lo mismo (o a causa de eso) este poema o proclama no está escrito en presente (que sería un presente perecedero y bastante improbable) sino en un esperanzador futuro (que como tal no podemos ver ni comprobar, pero sí imaginar, esperar que se haga realidad, aunque la pura esperanza sea su base de sustentación): "Sembraremos nuestras casas en el mar…/ Aquí habrán de crecer nuestras raíces…"<br />Nótese la fuerza de los enunciados en lo que entendemos como el primer apartado del poema (v.1-3). Esa fuerza no reside sólo en los verbos elegidos (sembrar, crecer) sino en el sentido total de la frase poética (en verdad, dos frases). El poeta le tuerce la mano al mundo real que ha tomado de referente. Con mano y poder de creador de mundos hace de los palafitos un producto de la naturaleza. Ya no se construirán palafitos que deterioren y destruyan las inclemencias climáticas sino que estos palafitos "serán sembrados" y como tal siembra se reproducirán una y otra vez llenando de vida y de espacio pleno para la vida toda la costa ribereña.<br />Reitero que el poeta se presenta con rasgos de creador de mundos (transformador del mundo o proclamador de un micromundo diferente) porque, entre otras cosas, no nos habla de las raíces de las que procedemos, de las que somos producto, sino de esas raíces que en el futuro luminoso que se proclama "aquí habrán de crecer", aquí habrán de afirmarse para bien del propio futuro y también del pasado que encontrará cobijo y respeto allí, tras largas temporadas "arrastrados por las tormentas".<br />Los versos 3 a 6 funcionan como nexo entre el primero y el último apartados, que funcionan como introducción y conclusión del poema, respectivamente. Desde el verso 3 ("Aquí habrán de crecer nuestras raíces"), el poeta reafirma la íntima conexión de su gente con el hábitat bordemarino al que alude. Este "aquí", valga la simpleza de mi explicación, se señala y afirma como "lo nuestro, lo propio y auténtico" frente al "allá" que representa "lo otro, lo ajeno, lo impuesto, lo inauténtico." Aquí crecerá y se desarrollará lo nuestro porque aquí está viva (aunque oculta a medias) la memoria de nuestros antepasados. Por eso, aunque las raíces, nuestras raíces, están y han estado aquí por siglos, pareciera que no hay nada de qué partir y fuera necesario crear esas raíces, con poderes de mago. Pero el poema muy pronto precisa que no es así, sino que esas raíces (que quiero entender como la savia de las nuevas generaciones) se fortalecerán al juntarse con "las manos de los muertos/ que siguen arrastrados por las tormentas…", o dicho en simple prosa, las identidad de las nuevas generaciones se hará una sola, grande y fuerte, en el conocimiento y el respeto de la formas culturales, la fe y las creencias de quienes los precedieron.<br />El tercer y más extenso apartado es el final, que comienza en el séptimo verso ("Serán estos muertos los eternos habitantes") y que está marcado estructuralmente por la reiteración de la forma verbal "serán" (aliteración en versos 9 y 11) que constituirá la base de la formulación final. La forma verbal "serán," como veremos más abajo, servirá de verdadero y sólido soporte para la afirmación con la que concluye este poema introductorio: </div><br /><div><br />Serán estos muertos los eternos habitantes<br />de las paredes iluminados por las velas…<br /></div><br /><div>La memoria de los antepasados, aunque negada, atropellada u olvidada, es eterna; es un valor de presencia permanente en las nuevas generaciones; es (o debiera ser) memoria viva y lección permanente.<br />Debe notarse que la mención a "las velas" no es casual, pues estas velas apuntan a dos características de la vida campesina-ribereña del Chiloé tradicional: por un lado, las velas que ofrecen su luz débil en las casas pobres; por otro, las velas votivas, que se encienden para honrar el recuerdo de esos "eternos habitantes" presentes en los hogares chilote-cristianos igual que las imágenes de Jesús y la Virgen, que adornan las paredes. Los antepasados muertos, nos recuerda el poema, nunca dejan de rondar los espacios que una vez fueron suyos, según la tradición isleña.<br /></div><br /><div>Serán estos los náufragos intangibles, invisiblemente<br />manchados de sal blanca como la esperanza;<br /></div><br /><div>La conexión vida-mar se traza una vez más en estos versos. Estos muertos, eternos habitantes de nuestras paredes serán (también) los náufragos intangibles, manchados de sal blanca como la esperanza. Náufragos intangibles. Sin embargo, su naufragio no es pesadumbre ni tragedia ni olvido ni muerte sino esperanza llena de blancura, faro en medio de la tormenta, luz rompiendo en medio del cielo encapotado de la historia presente.<br /></div><br /><div>Serán estos cuerpos de madera,<br />estos pilotes mojados<br /></div><br /><div>La conexión vida-mar completa el círculo de estos poemas del libro del poeta chileno: "Serán estos muertos…(y/o) los náufragos…(y/o) estos cuerpos de madera…", es decir, estos muertos de mar y tierra, o dicho de otro modo, la perpetuación de la memoria y los valores culturales de ese pueblo bordemarino marginal (porque otros han venido a marginarlos en su propio terreno) serán "los únicos puentes/ que soportarán" esas otras lluvias que con diversos nombres, disfraces, propósitos y fachas habrán de llegar a ese territorio donde se juntan la tierra y el mar y que nunca verán el verdadero rostro de ese mundo ni de sus habitantes sino sólo "máscaras agitándose/ en los ojos negros del viento/ en medio de un sol/ lleno de algas…"<br /><br /></div><br /><div><strong>Carlos Trujillo<br /></strong><em>Villanova University</em><br /></div><br /><div></div><br /><div><a title="" style="mso-footnote-id: ftn1" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref1" name="_ftn1">[1]</a> Sergio Mansilla Torres, "Los Palafitos… Del paisaje. Escritura en el bordemar de la historia," texto que sirve de prólogo al libro que aquí comentamos.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn2" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref2" name="_ftn2">[2]</a> Según esta fecha, el poeta habría comenzado escribir este libro a los 18 años de edad.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn3" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref3" name="_ftn3">[3]</a> La Ciudad del Niño era uno de los Centros del Consejo de Defensa del Niño y fue creada por el Presidente Juan Antonio Ríos. Este proyecto era apadrinado por las embajadas extranjeras que existían en el país y consistía em casas diferenciadas en edades y sexo. Era una ciudad con calles, liceo, plaza, escuela, piscina, biblioteca, enfermería, canchas de básquetbol, baby-fútbol, cine, circuito cerrado de televisión, etc. Era una miniciudad, lo que no tenía era comercio, pero aparte de esa excepción había casi de todo. A los hogares de esta institución accedían niños de situación irregular, y además tenían un programa de becas para que los estudiantes más destacados pudieran continuar estudios superiores. Los hogares tenían el nombre de la embajada patrocinante... Luego por ahí por el 84 más o menos un invento de la dictadura llamado el SENAME (Servicio Nacional del Menor) no sólo tomó el control de esta institución, que hasta entonces había sido una organización semi-particular, y se apoderó de La Ciudad del Niño y de los otros centros. Lo último que sé es que el asunto se ha reducido a la más mínima expresión. Incluso vendieron los terrenos, el liceo y la escuela son municipales y de la tal ciudad no queda casi nada." (Me pareció importante incluir esta descripción hecha por el propio poeta de lo que fue una de las instituciones donde él estudió y de lo que pasó con ella como consecuencia de la política de autofinanciamiento impulsada por la dictadura).<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn4" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref4" name="_ftn4">[4]</a> La IV Región, llamada también Región de Coquimbo, está formada por las provincias de Elqui, Limarí y Choapa. La capital regional es La Serena, ubicada 472 kilómetros al norte de Santiago<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn5" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref5" name="_ftn5">[5]</a> (Des)pliegue de papel y follaje y Poemas In-Púbicos. Ambos volúmenes fueronpublicados por Ediciones Barba de Palo, en Valdivia, Chile, julio de 1995.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn6" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref6" name="_ftn6">[6]</a> "Aumen: Poesía contemporánea escrita en Chiloé." Tesis para optar al título de Profesor de Estado en Castellano y Filosofía, Universidad de La Serena, 1989.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn7" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref7" name="_ftn7">[7]</a>Famoso pirata chilote nacido durante el apogeo de las loberías y de la explotación del ciprés de las Guaitecas. Pedro María Ñancúpel Alarcón fue fusilado en Castro en 1888. La literatura oral ha llevado la fama y leyendas de este personaje por toda la zona austral de Chile. A continuación cito la primera estrofa del "Corrido de Pedro Ñancúpel": "¡Oh mi Jesús amoroso!/ ¡Oh mi Dios, Padre Divino!/ Por esta cruz en tus hombros,/ por este amargo camino./ Dadme luz y entendimiento/ a esta torpe pluma y lirio/ para relatar a ustedes/ el caso más peregrino/ del señor Pedro Ñancúpel/ que en Melinka fue cautivo." (Renato Cárdenas Álvarez, Diccionario de la Lengua y de la Cultura de Chiloé, Santiago: Olimpho, 1994, p.160)</div><br /><div></div>Carlos Trujillohttp://www.blogger.com/profile/06524332265007344352noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1703099032133422636.post-35347393284482249722007-03-06T19:06:00.000-08:002007-03-07T16:42:27.669-08:00SON ELLAS, LAS HERMOSAS, LAS ILUMINADAS:[1]<strong><em>Salve Dolorosa</em> y <em>La Santa<br /></em></strong><br />Hasta los seis años habité en una casa ubicada a menos de cien metros de la iglesia y la escuela de las monjas, una casa de madera --bastante pequeña y sumamente maltrata<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiOfpWAO5hCUMSGWKaA2H3V2eLzV9bBMtbItDtu62izqMCt7fl-4Y1wRQYA8k8l_hDB4RXeD-tcjvoMN_dKztGtKGFyyqEV1tCKK1NyQMkZUg8pTZBkHfDmnGqGhwbUWvtdG85Qs0IYSHdB/s1600-h/Rosabetty.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5039015209034628162" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; CURSOR: hand" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiOfpWAO5hCUMSGWKaA2H3V2eLzV9bBMtbItDtu62izqMCt7fl-4Y1wRQYA8k8l_hDB4RXeD-tcjvoMN_dKztGtKGFyyqEV1tCKK1NyQMkZUg8pTZBkHfDmnGqGhwbUWvtdG85Qs0IYSHdB/s320/Rosabetty.jpg" border="0" /></a>da por los años-- que arrendábamos a las monjitas. Mis padres, muy creyentes y muy chilotes, me acostumbraron desde pequeño a la asistencia a misa todos los domingos, festivos y fiestas de guardar, además de la obligada compañía a novenarios y velatorios de parientes, amigos y vecinos de la familia. De manera que los primeros textos literarios que fueron archivándose en mi memoria deben haber sido las oraciones del rito católico bien rezadas y mal aprendidas porque mi oído poco aguzado en ese tiempo (y menos entendido en honduras religiosas) me hacía repetir lo que oía, y oía mal, como vendría a darme cuenta varios años más tarde.<br />En la introducción de Juan Francisco Zabaleta al libro de su madre, la poeta Sonia Caicheo, hay una frase que golpeó mi memoria motivándome a escribir estas líneas. Dice el prologuista: "le ruega a la madre divina en letanía de 'Salve Dolorosa', un antiguo rito cristiano que sobrevive entre las penínsulas del sur, y que llama a la Mujer-Madre a acunar el llanto que se transforma en escarcha o lluvia entre los desterrados hijos de Eva." La frase que he puesto en bastardilla remeció mi memoria llevándome al instante en que descubrí lo que esa misma frase (tantas veces repetida mecánicamente en mis oraciones) quería decir. De niño me pasé repitiendo la oración como hilo mágico/ maravilloso que me conectaba a la esfera de lo celestial sin entender, ni tratar de entender, qué es lo que decía eso de "los desterrados y josdevas." Nunca tampoco pregunté a nadie qué significaba esa palabra, josdevas, tan maravillosamente extraña, que no estaba en mis libros (mi conocimiento, digo) ni se la usaba en ningún otro contexto. Quizás haya tenido la idea de que nadie podría develar ese misterio, quizás tuviera temor a preguntar o tal vez simplemente no se me ocurrió preguntarle a nadie porque para el niño que era entonces las cosas de la religión eran así como esa palabra que sin significar nada probablemente lo significara todo.<br />Algunas décadas más tarde, en tarea de investigador de la cultura chilota, llegué a numerosas islas y poblados del archipiélago a la siga de las festividades religiosas tradicionales. Una vez en Caguach, en un frío agosto de Caguach, hallándome en las alturas del coro de su iglesia para tomar unas fotos y hacer unas grabaciones, volví a sentirme igual a ese niño de antaño, sobrecogido como ante una tormenta sobrenatural por la tremenda fe de ese pueblo reunido allí para cantarle y suplicarle a su Jesús Nazareno. Al suyo, reitero, es decir a la imagen --con cabello natural y vestidura de seda morada-- de Jesús Nazareno (el Santo de Caguach) que albergan en su templo, que no a otra imagen ni a Jesús mismo, según imagino. De la vivencia de esa fe primordial, ciega como toda fe, y sin necesidad de explicaciones ni lugar para la duda --ni siquiera para descubrir el significado de las palabras-- salto a comentar dos libros de poesía de reciente data, dos libros escritos por mujeres que, por cristianas y chilotas, también han compartido las vivencias de ese mundo que pinto en estas líneas.<br /><br /><em>1. Poesía como oración</em><br /><br />Para muchos de los poetas actuales originarios de Chiloé la poesía tiene un carácter oracional. El poeta ha sido puesto en esa posición (voz personal y voz de los suyos) y su palabra es algo más que herramienta para nombrar, es un instrumento sagrado y poderoso que le fue dado para hacer el mejor uso que de él pueda, ya denunciando, suplicando, orando, cantando, rescatando o dejando testimonio, pero siempre creando, iluminando, siendo voz pública.<br />Mario Contreras, en una entrevista reciente, señala: "Y escribo porque me fue dada la orden, antes de nacer, supongo, y ya nacido, aquel lejano pero siempre presente aciago día en que el mundo se nos dio vueltas, se nos puso patas arriba. Antes de nacer, claro, el Gran Espíritu, como dicen que dicen los valerosos Sioux, me tenía predestinado, y yo mismo me le ofrecí al cumplir los doce años. Al parecer, él no me necesita todavía, o si me necesita no es para ser Gran Jefe o Sacerdote sino para combatir en tareas más humanas y leves."<br />Sergio Mansilla, en el texto inicial de <em>El sol y los acorralados danzantes</em>, señala: "En 1986 publiqué mi primer libro: Noche de agua, Santiago, Rumbos; pero siento que fue la primera palabra de una oración (en el sentido religioso) que no sé cuándo ni donde terminará." (p. 5)<br />En una entrevista que hice a Rosabetty Muñoz en 1992, al preguntarle sobre su poesía y su condición de poeta, me respondió lo que sigue: "Creo que me dio un lugar muy especial en el mundo, un lugar que no tenía antes de la poesía. Fue como encontrar la verdadera vocación, así de fundamental. Yo fui profesora por accidente, porque lo que quería era escribir literatura. Yo me considero como una poeta contenta de serlo y como que es una elección. Yo creo que hay algo de divino en esto. A uno la eligen. Yo me considero una elegida y creo que encontré justo, justo, el camino que necesitaba como para ir más cerquita de la felicidad."<br />En Sonia Caicheo, el título de su libro más reciente, <em>Salve Dolorosa</em>, nos ahorra mayores comentarios.<br /><br /><em>2. Dios Te Salve Reina y Madre…</em><br /><br /><em>Salve Dolorosa</em> es un libro compuesto por 37 poemas, organizado en cuatro partes cuyos títulos son fragmentos secuenciales de la oración cristiana del mismo nombre (I. Dios Te Salve Reina y Madre, Madre de Misericordia; II. Dios Te Salve, a Ti clamamos los desterrados hijos de Eva; III. A Ti suspiramos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas; IV. ¡Ea!, pues Señora, Abogada Nuestra…), que da a todo el libro el carácter de una sola oración en el mismo sentido en que Mansilla se refiere a au propia poesía. El volumen se cierra no sin antes adosar un glosario de tres páginas del vocabulario típicamente chilote utilizado en el libro, bajo el título "Palabras nuestras de cada día" que vienen a ser el verdadero cierre del volumen y corolario de la oración, ampliando su sentido, puesto que dichas palabras son "El pan nuestro de cada día" para la poeta que escribe y para la gente sobre y para la cual, en primer lugar, escribe. La oración (que es ruego, súplica y cuestionamiento) se hace desde Chiloé y en el lenguaje propio de allí. Quiero creer que el glosario va dirigido solamente a los lectores (humanos) no chilotes, excluyendo, por lo tanto, a la Virgen María, que sería la destinataria final y definitiva de esta tan cristiana y humana oración Si me equivoco, y el glosario también es para la Virgen y Dios, por su intermedio, todo el volumen y el sentido del texto adquiere un tono de mucho mayor agresividad en su denuncia al presumir que la marginalidad de estos seres es tal que hasta la Virgen y Dios necesitan de esa ayuda para comprender sus dolores. La marginalidad de esta gente sería total y aquello de "los desterrados hijos de Eva" dejaría de entenderse en el nivel metafórico concretizándose con toda su violencia en el plano de la realidad.<br />Este poemario de Caicheo no es un libro de poesía religiosa a la manera tradicional --que no encontramos a la hablante sufriente, sumisa y aceptadora del dolor--; tampoco es puramente religiosa la anécdota de los poemas. O tal vez sí sea puramente religiosa, totalmente religiosa, y ahí esté la originalidad del libro porque lo religioso --para la autora y para los poemas-- no es sólo aquello conectado directamente a la iglesia, a los sacramentos y a los ritos, sino que lo religioso (y hasta lo místico) está presente en todo lo que existe, desde la misma idea de Dios hasta el ser más abandonado y pecador, que todo es creación Suya. Así, no es casual que en el primer poema, "Entresueño" (7), igual que en los restantes, no percibamos el tono ni la forma característicos de las oraciones canónicas, aunque poco a poco vayamos descubriendo que el libro es una ininterrumpida letanía de dolores.<br />No es la relación mujer-Dios ni devota-Virgen María, la que nos ofrece "Entresueño" sino la relación mujer-hombre, amada-amado o, para mayor precisión, desamada-amado-no-merecedor-del-amor. "Tiró mi nombre bajo la puerta/ Dijo agua y se lavó las manos." El amado no es Dios sino un hombre señalado por su indiferencia y hasta por la traición. Como Poncio Pilatos, "Dijo agua y se lavó las manos." Todo --es decir, la vida-- parece ocurrir entresueño; ni la presencia de Dios o los demás seres celestiales es más real; "Ángeles de guarda caminan dormidos/ debajo de la lluvia/ A punto de enfermar." (7)<br />El mundo que se nos pinta en los poemas no está para celebraciones, "Subió el azúcar el pan la yerbamate" (9), "Con el agua hasta el miedo/ Se levanta" (11), "Y tú y yo/ tan sin encuentros" (13), "Hemos bebido natri<a title="" style="mso-footnote-id: ftn2" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn2" name="_ftnref2">[2]</a>" (15), "Este día se llama eclipse" (27), "Mañana es un frío que se cuela/ hasta azular los huesos" (43). Vemos que no es nueva ni pasajera la infausta condición de estos seres. Ellas (que son mujeres las que predominan en los textos), principalmente, son los desterrados hijos de Eva, las desterradas, las condenadas a la miseria, al dolor, a la ingratitud y al abandono. Y para la poeta no es condición nueva ésta, es una situación sin vuelta, permanente y reiterativa como la letanía. De allí el uso de los tiempos pasados, ya en situaciones puntuales ("Tiró mi nombre") ya en otras repetidas ("Hemos bebido natri"); del presente ("Este día se llama eclipse", "el miedo se levanta"); pero el dolor golpea más duramente cuando al futuro tampoco se le ve trazas de cambiar ("Mañana es un frío que se cuela/ hasta azular los huesos"). Hasta los dolores (fríos) de mañana (el futuro) llegan a sumarse a los del presente, en el presente.<br />Pero no se crea que la voz lírica de <em>Salve Dolorosa</em> se queda en el lamento o la aceptación sumisa de todos los dolores. En la sección titulada "Romanceras", de la tercera parte del volumen, esta desterrada hija de Eva levanta su voz denunciando una importante causa de sus dolores, uno que nada tiene que ver con el amado, ni el destino, ni el castigo de Dios.<br /><br />Los cipresales los talan con motosierra<br />Y en los mares se multiplican las balsas<br />Nadie debe tirar sus redes. Nadie su anzuelo<br /><br />Prohibido cruzar las aguas<br /><br />El progreso llegó a la isla. El progreso<br /><br />¿Por qué estaremos, cada día, más tristes? (73)<br /><br />En una entrevista que le hice en 1992, Sonia Caicheo expresó: "[Mi poesía] intenta rescatar y recrear los seres y el entorno, toda esa nebulosa y magia que envuelve el archipiélago; intertextualizar decires, cantos, versos de la tradición, siempre con un ritmo como la lluvia en las tejuelas de alerce o el viento remeciendo cipresales, condoliéndose con la tala indiscriminada o la extinción de la fauna, o los fríos que cuelan los huesos y los sueños." Tal como afirma en la entrevista recién citada, la vemos en el poema "condoliéndose con la tala indiscriminada o la extinción de la fauna", pero no levanta la voz sólo por afán ecologista (ni mucho menos porque alguna moda lo aconseje) sino que lo hace, principalmente, como denuncia consciente a la invasión del archipiélago por los nuevos colonizadores que han llegado a arrasar con las riquezas naturales, rompiendo el equilibrio ecológico, las formas tradicionales de vida y la libertad del isleño para hacer uso de sus costas y sus mares. Es un grito de denuncia y defensa contra esas formas descaradas de agresión e intromisión que han dado en llamarse "progreso", cuya ferocidad queda tan bien retratada en los verbos antitéticos del poema (talar y multiplicar) que hacen del uno efecto del otro, es decir, que en la misma proporción que el bosque se tala (destrucción, muerte y pobreza para los isleños) se multiplican las balsas (los centros de producción de riqueza para los recién llegados invasores). El progreso es negación al ser comunitario, al hecho de servir y compartir lo que la naturaleza da ("Nadie debe tirar sus redes. Nadie su anzuelo"), prohibición a hacer uso de lo que siempre les ha sido propio, inmovilidad y marginación para el isleño ("Prohibido cruzar las aguas").<br />El libro aquí nos transporta a un nuevo nivel de comprensión donde la súplica o el relato de los pesares a Nuestra Madre se vuelve denuncia, poniéndola a Ella en una posición de Juez. El dolor --según el libro-- siempre ha estado allí y no es posible liberarse de él (somos los expulsados del paraíso, según el cristianismo). Eso no tiene remedio, al menos, en esta vida. Pero, a ese dolor que acarreamos por el pecado original, se ha venido a sumar este otro que el poema llama peyorativamente "el progreso."<a title="" style="mso-footnote-id: ftn3" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn3" name="_ftnref3">[3]</a><br />Sin embargo, el dolor humano, sean cuales fueren sus causas, no impide la existencia de la hermosura "en este valle de lágrimas". Al menos, eso es lo que afirma el poema "Siempre hermosa" (81) según el cual la belleza alcanza para todas en el entramado de mujeres tomadas de la realidad (ya generalizadas, ya con nombre y apellido), de la literatura, del corrillo o de la mitología, "La que madruga sonriendo con sus lunas de insomnio/ La otra, del poema/ La pura y casta de los cuentos/ La viuda de Santos Díaz/ La emergente del pozo y ni una marca/ La maga de Cortázar/ La Voladora. La Fiura. La Pincoya / La Rosario Gallardo," hasta la inclusión de la destinataria (es decir, la Virgen) y la mujer que profiere el discurso (la poeta), nombradas simplemente como "Tú y yo" en el verso final de la primera parte del poema,<br />No obstante, este poema que cierra la tercera parte del volumen no termina sin antes poner las cosas en su lugar, mencionando (ahora en prosa) todo eso a pesar de lo cual sigue manteniéndose la hermosura, y datándolo como si se tratara de un testamento o algún documento judicial:<br />Las compresas de hielo en nuestros sueños. Los rituales del dolor, sin aspirinas ni analgésicos, ni valium diez siquiera que aliviane estas señales, mil novecientos noventa y nueve, en las puertas del siglo venidero, Amén.<br />La última parte del poemario ("Ea! Pues Señora, Abogada Nuestra") viene a darle el tono definitivo a todo el conjunto no por romper con el sentido ni la propuesta de lo anterior sino porque lo amplía, lo hace más humanamente doloroso y filial, y más femeninamente contemporáneo al exigirle apasionadamente a la Virgen Madre (así como Gabriela Mistral a su Hijo en "Ruego" y "Los sonetos de la muerte") que abogue por sus hermanas caídas. En esta sección ya no aparece la madre y esposa sufriente, ni la que ha perdido al hijo, ni la maltratada en el hogar. Poemas como "Ese nombre", "Farolito azul", "La rubia Mireya" y "En el puerto" retratan a aquéllas en las cuales "hirvió la malasuerte" (85), a la de "boca roja y tacos altos" (87), a la rubia Mireya (igual que la del tango) "falda abierta hacia la lluvia/ casi tango el taconeo" (89) hacia la muerte, a Marlene que en el puerto "Gira y gira. Ríe, Aúlla/ (Niebla oeste cruza un barco)/ Valium Cinco" (91)<br />Entonces, cómo no va a ser acertado cerrar la última sección de poemas y el libro con el poema "Abogada Nuestra" que empieza repitiendo (como implorando) parte de la oración que da título al libro: "¡Ea pues Señora! Abogada nuestra/ Vuelve a nosotros esos tus ojos", vuelve a NOSOTROS esos tus ojos, vuélvelos a TODOS NOSOTROS pero como, según dicen, los últimos serán los primeros ¡comienza por volver tus ojos a éstas que recién te acabo de presentar!<br /><br /><em>3. La Santa / Las Santas </em><br /><em><br /></em>El último poemario de Rosabetty Muñoz, <em>La Santa. Historia de su Elevación</em>, nos ha llegado en un volumen bellamente impreso, con una cubierta morada en la que destacan dos reproducciones (una en blanco y negro, la otra en colores); la primera, del rostro; la segunda, una parte del vestido y la mano derecha de una 'santa' de madera policromada<a title="" style="mso-footnote-id: ftn4" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn4" name="_ftnref4">[4]</a> de esas que todavía es posible ver en algunas iglesias rurales de Chiloé.<br />El volumen está conformado por 46 poemas breves separados en cuatro secciones, de las cuales, las tres primeras tienen una extensión bastante regular (14, 15 y 12 poemas respectivamente), mientras que la sección final cuenta sólo con 4 textos. Las secciones se denominan: "Primera Estación", "Segunda Estación", "Tercera Estación" y "Finales".<br />A la primera mirada, este libro con título de connotación definitivamente religiosa nos ofrece un segundo detalle que enfatiza tal carácter: el sustantivo estación<a title="" style="mso-footnote-id: ftn5" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn5" name="_ftnref5">[5]</a>, repetido en el título de las tres primeras secciones. Como señala RAE, en su cuarta acepción, esta palabra significa 'visita a las iglesias o los altares deteniéndose a orar delante del Santísimo Sacramento' (oración/plegaria/súplica/diálogo con el Ser Supremo), a lo que agrega 'principalmente en los días Jueves y Viernes Santo'. Así, la palabra estación no sólo hace del poemario un diálogo con Dios (más bien, una exhortación a Dios), sino que además, su conexión con los días más intensamente tristes del calendario cristiano (Delación, Enjuiciamiento, Crucifixión y Muerte de Jesucristo) nos predispone a los dolores y la angustia que encontraremos más adelante. La quinta acepción, por otra parte, 'cierto número de padrenuestros y avemarías que se rezan', ilumina el sentido penitencial del libro, evidenciado en su secuencia oracional/litúrgica (Primera, Segunda y Tercera Estación) y en la vasta descripción de los dolores y angustias de la protagonista, repitiéndose como una letanía, a través de todo el corpus.<br />La "Primera Estación" se abre bruscamente con un epígrafe que en nada se conecta con santas, vírgenes ni otros seres del mundo celestial. El lenguaje no es tampoco culto ni sacro. Contradiciendo las expectativas del lector, el tal epígrafe no nos remite a la Biblia ni a ninguna hagiografía sino que, por el contrario, es una cita --probablemente textual-- de una frase oída por la poeta o leída en alguna de esas crónicas rojas que abundan en los diarios para ocupar el espacio que de otro modo quedaría en blanco. Evidentemente no se trata de una frase dicha por ninguna de esas santas milagrosas y beatificadas a las que los creyentes veneran y suplican con fervor, sino por una mujer común y corriente, o nada de común y corriente, a no ser que se entienda como hecho corriente en nuestra sociedad la figura de la mujer abusada, recibiendo golpizas del esposo o conviviente como si ése fuera el pan suyo de cada día.<br />"La preferencia d'él era pegarme/ pa' las Pascuas y los dieciochos," reza el epígrafe. Con esta frase la poeta revela su interés de concretar las circunstancias de los hechos que sirven de tema a todo el poemario. La frase citada atribuye a la mujer que la profiere inmediata y definida nacionalidad --lo que no resta nada a la universalidad del tema y de la mujer retratada en esa frase--, al mismo tiempo que la ubica señaladamente en el grupo social de las más desposeídas.<br />Digo que le señala nacionalidad porque esas Pascuas y dieciochos aluden a dos de las más importantes festividades chilenas. Estas Pascuas no nos remiten a la Pascua de Resurrección o Domingo de Gloria (fecha en que culmina la Semana Santa con la alegría de la Resurrección, el comienzo de una nueva vida y el triunfo sobre la muerte) sino a la Navidad, que así es como se la nombra en Chile. El dieciocho es, claro, el dieciocho de septiembre, día de la independencia nacional, cuando las calles del país se llenan de banderas y de la alegría primaveral que comienza a llegar. Cita textual o simple fruto de la agudeza poética de Muñoz, la terrible denuncia que encierra la frase no nos golpearía con la misma intensidad si no fuera por la conexión entre el castigo sufrido y las fechas en que acostumbraba a producirse. La antítesis entre la fecha de fiesta y alegría y el castigo traumático monumentaliza el horror y el dolor de la víctima. Aquí mismo comienza a pintarse con vivos trazos la idea de santidad que irá creciendo y afirmándose en el resto del libro.<br />Su condición social es patente por el idiolecto utilizado en el epígrafe: "La preferencia d'él era pegarme pa' las Pascuas", y así se confirmará en los poemas que siguen, como también la pertenencia a una zona específica del país, el archipiélago de Chiloé, como queda claro en la mención del toponímico Caucahué (41) y de "las murras" (99), expresión con la que se nombra a la planta y el fruto de la zarzamora en esa zona<br />La poeta, como ya habremos observado, no hace ninguna complacencia a ningún tipo de romanticismo como tampoco muestra ninguna intención de idealizar el mundo que retrata. La poesía de Muñoz nos tiene acostumbrados a su opción por la verdad --por el tratamiento de temas de la realidad en sus libros más que a la pura proyección de una subjetividad frente a situaciones intuidas o imaginadas-- al desmenuzamiento de ciertas zonas de la realidad para que sobre ellas se haga la luz.<br />Desde "Primera Estación" se hace evidente para el lector la medida proporción que hay entre espontaneidad y elaboración en todo el poemario. Admitamos que la frase del epígrafe haya funcionado como el motor que generó la escritura de los poemas. Sin embargo, a ese chispazo instantáneo de la idea iluminando la conciencia de la poeta sigue inmediatamente el proceso de elaboración artística que en esta sección es un verdadero trabajo de joyería, a pesar de la aparente sencillez con la que nos engaña el uso de un lenguaje sencillo que, como es sabido, no está ausente de artificio ni de hondura.<br />La sección está constituida por 14 poemas de breve factura. El más extenso, de 14 versos (Los vi a través de las mantas, 25) y el más breve, de sólo 3 (La culpa, 27), son los poemas décimo y undécimo del libro.<br />Como en todo el volumen, en la primera sección hay poemas en los cuales la subjetividad del personaje (la mujer) fluye por el cauce directo de la primera persona, mientras que en otros la poeta opta por la forma de la enunciación, mediante el uso de la tercera persona. Esta urdimbre, claro, no tendría nada de original ni novedoso, puesto que es usual en mucho libros poesía encontrarnos con ambas formas y hasta con algunas más. Sin embargo, en el libro que estudiamos aquí, la organización interna de los poemas en primera y en tercera persona ha sido hábilmente tramada de acuerdo a un muy estudiado plan o, al menos, eso es lo que parece.<br /><br />Veamos el siguiente gráfico:<br /><br />Poemas en tercera persona: 1 - 2 - - 4 - 5 - - 7 - 8 - - 13 - 14 -<br />Poemas en primera persona: - 3 - - 6 - - 9 - 10 - 11 - 12 -<br /><br />El gráfico nos aclara la urdimbre paralelística de la primera sección, el diálogo que se da entre los poemas en tercera persona y los en primera persona. En los primeros ocho poemas (que para efecto de explicación del sistema consideraremos la primera parte de la sección) hay seis poemas en tercera persona y sólo dos en primera persona, diestramente intercalados (dos-uno-dos-uno-dos). En la segunda parte de la sección, poemas 9 al 14, se da el movimiento opuesto, hay sólo dos poemas en tercera persona y cuatro poemas en primera. Además debemos notar que la sección se inicia y se cierra en la voz de la tercera persona. Veamos ahora cuál es la función que cumple esta especial disposición de los poemas en el libro.<br />En la primera parte de la sección, los poemas en tercera persona tienen como objetivo especial retratar, desde la distancia y con la objetividad que permite el uso de la forma enunciativa, la figura femenina que será protagonista, tema y voz de todo el poemario. La forma enunciativa es el vehículo apropiado para pintar la miserable condición de la mujer y describir su entorno y las causas de su tragedia, es decir, una presentación escalonada de la misma ("La santa orillada y lacrimosa/ en un rincón de la mediagua" (1)<a title="" style="mso-footnote-id: ftn6" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn6" name="_ftnref6">[6]</a>, "La santa ardió por los costados" (2), La santa contrae las carnes (4), La santa arrojaba papeles por la ventana/ Inmundicias" (5), Acomete/ Húmeda en ojos y manos" (7)", Esto es un castigo de Dios --le susurra a los niños" (8). De esta forma, el lector se entera de la horrible situación sobre la que la poeta (y el lector con ella) ha volcado su atención y su rabia. Al mismo tiempo la idea de esta inédita forma de santidad o santificación (más bien sufrida, que ganada, en el diario martirio) va cimentándose poema a poema a través de la reiteración de la voz "santa" como el sujeto del enunciado. Igualmente, la tercera persona va develando verso a verso las causales de santidad de este ser sufriente y marginal pero en ningún caso santo de acuerdo a los valores tradicionales.<br />Así va despejándose la idea de que es precisamente su condición marginal y sufriente (el aislamiento, la falta de apoyo y la incomprensión de la sociedad, serían los verdaderos culpables de su desgracia) la que empieza a cubrir con un especial velo de santidad a esta mujer "orillada y lacrimosa" que vive y sufre "en un rincón de la mediagua./ Enloquecida por el olor penetrante/ de la miseria" (7); a esta santa ardida ya no por el amor a Dios ni "por el fuego del infierno" sino por "el cigarro de un cliente/ en la mesa de noche." (9). "Ella misma…/ desorbitada/ insuperable en la desgracia." (13)<br />Los dos escasos poemas que, en la primera sub-sección, fluyen directamente de la primera persona dan luz a otros elementos que acentúan los amargos trazos de la tragedia: su condición de madre o, para mayor precisión, la espantosa miseria en que vivían sus hijos, como también la conciencia de ese hecho ominoso y gratuito que la transporta a un estado de locura ("Hace tiempo mis hijos/ sufrían de hambre./ Secos mis ojos/ mechones arranqué de sus cabezas" [3]).<br />Más grave y punzante se le vuelve el dolor al no poder apartar el pensamiento de sentirse criatura pecadora, aunque le sea bien claro que el pecado le llega desde afuera, de "las indecentes salpicaduras de sus faltas" que no son otras que las de la sociedad que no le ha dado cobija ni amparo.<br /><br />Imperdonable lo sucia<br />que me han dejado<br />mascullaba<br />Indecentes las salpicaduras de sus faltas<br />Cómo me presentaré ahora.<br />Mi pureza en tela de juicio. (6)<br /><br />El verso final del poema en boca de la mujer la vuelve un personaje tan desdichado como aquellos de la tragedia antigua, porque ese dios indiferente que es la sociedad no ha vuelto sus ojos hacia ella. El sentido del verso "Mi pureza en tela de juicio" se desborda por todos lados, ahogando por igual el dolor físico y la angustia de vivir, la vergüenza a mostrarse ante esa sociedad que la niega y la vergüenza del alma manchada que no pasará inadvertida a los ojos de Dios. Como vemos, el elemento místico no es ajeno a este libro de tema tan tremenda y brutalmente terreno.<br />En la segunda subsección, es la primera persona la que sostiene primordialmente la palabra. No se necesita más presentación, la poeta ya ha puesto todas las cartas sobre la mesa, de modo que será la mujer/hablante/personaje quien por sí misma, desde lo más íntimo y profundo de su dolor que es también ira y odio, irá entregando su confesión que es terrible denuncia, puesto que, aunque de gravedad extrema, su caso no es ni único ni aislado. "Soy una más de las que arrean/ entorpecida por la ceguera de odiar" (9), es lo que dice. "Una más" de la manada de bestias (o sea, de seres bestializados por otros), según subraya el uso del verbo arrear, su sufrimiento sólose compara al de las bestias llevadas al sacrificio.<br />La confesión que es penitencia a la vez que herramienta de purificación, la azota y nos hiere con la vehemencia del cilicio: "Vi a los niños acostados en sus camas/ …/ pero no eran ellos" (10), "La culpa. La culpa./ Nos enseñan a hervir en su caldo" (11), "Que la ira se derrame/ …/ Para que no sedimente en mí/ La Podredumbre." El texto poético en su conjunto golpea sin pausa al lector encaminándolo a los poemas en tercera persona que cierran la subsección, el primero de los cuales arroja al rostro (y a la conciencia sensibilizada) del lector toda la violencia de la humanidad que aquí se pinta, como en un grotesco fragmento de relato o pintura naturalista, no obstante La Santa es un texto eminentemente poético y es precisamente, con la fuerza de su lirismo y de su denuncia con la que nos azota.<br /><br />Reunió a sus hijos<br />con enorme dulzura.<br />Entre todos amarraron la cuerda<br />alrededor de la viga<br />y acomodaron el cuello paterno. (13)<br /><br />La poeta de forma concentrada nos presenta un mundo horriblemente cruel y violento que --como deja claro-- no es sólo este trocito de texto.<br />A la espera quedan las tres secciones siguientes que seguramente habrán de ser objeto de un estudio mayor.<br /><br /><em>A manera de conclusión, por ahora</em><br /><br />En el estudio parcial de los dos poemarios más recientes de Sonia Caicheo y Rosabetty Muñoz nos encontramos, ya sin sorpresa, ante dos voces maduras que por distintas vías y mediante lenguajes distintos han avanzado con andar seguro hacia el acendramiento de una poesía de voz propia, inconfundible, en la poesía chilena de estos días. El presente ensayo, sin profundizar en todos los aspectos de ambos libros, ni siquiera en la explicación de la totalidad de los poemas, creo que demuestra con claridad que Salve Dolorosa y La Santa no son libros armados ni organizados al azar, por la conexión temática o por simple fecha de escritura. Es evidente que en ambos volúmenes nada sobra, muy por el contrario, cada poema es una pieza engastada perfectamente en el conjunto. No es éste tampoco (particularmente el caso de La Santa) el tipo de poemario que puede leerse parcialmente, tomando los poemas por separado o apartándolos del contexto general. Cada poema es parte del todo y es precisamente como parte del conjunto donde halla su sentido completo.<br />Ambos libros pintan, denuncian y se conduelen por la miseria de una sociedad que cada día se vuelve más individualista e injusta, una sociedad que no quiere admitir cuál es su verdadero rostro aunque a cada día y en cada sitio "los desterrados hijos de Eva" estén condenados a verla y sufrirla. Velos, atuendos, abalorios de los que por el estropicio de los años y la indiferencia sólo queda la pura, desnuda y triste realidad. Madera podrida, interiores de alambre y jirones de vestiduras a la espera de los restauradores que, en este caso, vengan a poner un poco de verdad sobre esta gran mentira. La realidad con toda su violencia y sin concesiones de ningún tipo en la poesía de estas dos mujeres, en esta larga oración iniciada en sus primeros poemas extendiéndose libro tras libro mientras siga existiendo la palabra.<br />Bien dice Clemente Riedemann en la contraportada de <em>La Santa</em> en cuanto a la madurez, profundidad, singularidad y violencia de la poesía de Muñoz: "Aquí está la poeta Rosabetty Muñoz, una que sabe escribir desde el margen, para contar la firme sobre el descalabro que corroe por dentro la santería recuperada para el ojos del transeúnte pálido por el humo y la neblina." Me parece que mucho de lo dicho por Riedemann también vale para el último poemario de Caicheo por el que ronda el mismo mundo, los mismos dolores y los mismos fantasmas, aunque el entramado y los matices del libro encuentren por otros flancos su singularidad.<br /><br />Carlos Trujillo Ampuero<br />Villanova University<br /><br /><br /><br /><br /><br /><br />BIBLIOGRAFÍA<br /><br />Caicheo, Sonia. 1999, Salve Dolorosa. Valdivia: Ediciones La Minga.<br />Cárdenas, Renato. 1994. Diccionario de la Lengua y de la Cultura de Chiloé. Santiago: Olimpho.<br />Carrasco, Iván. 1996. "El invasor en Baile de Señoritas de Rosabetty Muñoz." En Actas IX Congreso Internacional de Estudios Literarios, Sochel. Valdivia: Universidad Austral de Chile, 52-55.<br />Mansilla, Sergio. 1991. El sol y los acorralados danzantes. Valdivia: Paginadura Ediciones.<br />Muñoz, Rosabetty. 1998. La Santa. Historia de su Elevación. Santiago: Lom Ediciones.<br />RAE. 1970. Diccionario de la Lengua Española. Madrid: Espasa-Calpe.<br />Riedemann, Clemente. 1998. Texto de la contraportada. La Santa. Historia de su Elevación. Santiago: Lom.<br />Trujillo, Carlos. 2000. Entrevista a Mario Contreras. (Inédita)<br />-----, 1992. "Diálogos con la poesía del sur: Entrevista a Sonia Caicheo. El Llanquihue, Puerto Montt.<br />-----, 1992. "Diálogos con la poesía del sur: Entrevista a Rosabetty Muñoz". El Llanquihue, Puerto Montt, 8 de agosto: A17 (primera parte); 15 de agosto: A20 (segunda parte); 22 de agosto: A18 (tercera parte).<br />-----, 1998. " Rosabetty Muñoz: La poesía, la identidad sureña y el milagro de vivir". Entrevista inédita (realizada en Havertown, Pensilvania).<br />-----, 2000. Entrevista a Rosabetty Muñoz (especial para el libro en preparación Ocho Poetas del Contragolpe).<br /><br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn1" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref1" name="_ftn1">[1]</a> Verso de "Mujeres desmenuzando el sol", poema en prosa de Sergio Mansilla.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn2" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref2" name="_ftn2">[2]</a> Natre: m.bot. (Solanum gayanum) Solanácea cuya corteza y tronco es usado, en infusión, para bajar la fiebre. Las hojas, además, tienen virtudes purgativas, sudoríficas y eméticas [vomitivas] y aplicadas en emplastos sobre tumores acelera su desarrollo. //2. El símil "amargo/ malo como natre"pondera lo amargo y lo malo o de mala calidad, respectivamente. //3. Adj.fig. Se dice de lo que repele por algún defecto, como la fealdad, actitud o torpeza, etc. (Cárdenas, 155)<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn3" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref3" name="_ftn3">[3]</a> Véase mi artículo "Perspectivismo, ensueño y denuncia: Entre ayes y pájaros de Mario Contreras Vega", en Textos. Creación y Crítica, Vol.5, No 1, University of South Carolina, 1997, pp. 38-43.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn4" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref4" name="_ftn4">[4]</a> "Las fotografías de portada son de Mariana Matthews, escaneadas y pintadas a mano entre Ricardo Mendoza y ella. Además, el color de portada que eligió Silvia Aguilera (de LOM) es el mismo que usa el Santo Nazareno de Caguach en su vestimenta, lo que para mí es altamente significativo. Se lo comenté a Silvia y ella me dijo que fue puro azar." (Entrevista. 2000)<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn5" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref5" name="_ftn5">[5]</a> estación. (Del lat. statio, -õnis.) f. 4. Visita que se hace por devoción a las iglesias o altares, deteniéndose allí algún tiempo a orar delante del Santísimo Sacramento, principalmente en los días Jueves y Viernes Santo. 5. Cierto número de padrenuestros y avemarías que se rezan visitando al Santísimo Sacramento. (RAE. 1970)<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn6" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref6" name="_ftn6">[6]</a> La numeración en este párrafo corresponde al orden de los poemas (igual que en el gráfico), no al número de página.Carlos Trujillohttp://www.blogger.com/profile/06524332265007344352noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1703099032133422636.post-84654996413305183372007-03-06T19:00:00.000-08:002007-03-06T19:03:38.157-08:00Y EL VERBO SE HIZO HOMBRE:<div><strong>Borradores del Nazareno de Manuel Mauricio Zúñiga<br /></strong><br />Yo te consagro Dios, porque amas tanto;<br />porque jamás sonríes; porque siempre<br />debe dolerte mucho el corazón.<br />(“Dios,” César Vallejo)<br /><br />Estamos ante un libro poderoso tallado dolorosamente en la palabra, a navaja de buen santero, como la imagen del Nazareno que da aliento, voz y vida a todo el volumen. La fe (o la necesidad de fe) ha sido elemento fecundador, y primordial, de muchísima poesía en nues<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhaAP1TbjPu6rYgzUmgq7UqhCSAbVZnrij82_BOeOXcT5MdWFTPn6x5MefqCkiUAX3XAz3duBfpbjHNCTxSw09NoF7aylEEvqo-E35o8XvpjE0Kbndeo9jvAxDvXJm9_A_8YLj0c-3vJKi-/s1600-h/Manuel+Mauricio+Z%C3%BA%C3%B1iga.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5039012593399544882" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; CURSOR: hand" height="259" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhaAP1TbjPu6rYgzUmgq7UqhCSAbVZnrij82_BOeOXcT5MdWFTPn6x5MefqCkiUAX3XAz3duBfpbjHNCTxSw09NoF7aylEEvqo-E35o8XvpjE0Kbndeo9jvAxDvXJm9_A_8YLj0c-3vJKi-/s320/Manuel+Mauricio+Z%C3%BA%C3%B1iga.jpg" width="231" border="0" /></a>tro largo Chile desde antes de la llegada de los españoles. Poemas que a primera vista parecieran no tener ninguna connotación religiosa la tienen en grado sumo, aunque a veces ni el propio poeta se haya percatado de tales conexiones, como atinadamente apuntan Miguel Arteche y Rodrigo Cánovas en su magnífica Antología de la Poesía Religiosa Chilena (Ediciones Universidad Católica de Chile, 1989). Evidentemente, no es éste el caso.<br />Borradores del Nazareno es un libro de poesía abierto a múltiples lecturas en cualquier horizonte del planeta, mas, lo hermoso de esto es que siendo un poemario empapado de universalidad es al mismo tiempo un libro tremendamente chilote por el mundo y las formas de fe cristiana/pagana que recrea, por los topónimos nombrados y por su lenguaje enraizado fuertemente en el archipiélago sureño.<br /><br />Desde el primer verso, la voz poética que nos conduce por las páginas de estos Borradores, nos informa, “Hecho soy a imagen y semejanza del Nazareno,” es decir, avisa al lector que no caiga en la confusión de creerlo el verdadero Nazareno –Dios e Hijo de Dios-- quien nos habla desde el texto sino una copia de Él. Inmediatamente, y a modo de confesión, agrega, “De la madera es salido este cuerpo sin costilla/ De una mano y una cuchilla emergió mi vida.” La referencia bíblica al origen de la raza humana son nítidas; “cuerpo sin costilla,” nos remite a Adán, de cuya costilla habría creado Dios a la mujer. Es decir, este ser sería humano, propiamente humano, uno más de la raza de los expulsados del Paraíso, si no fuera que ‘su carne’ no es carne y su dios-padre no es Dios sino un ser humano con nombre y apellido: Dolorindo Calisto Oyarzo, santero de oficio y, asumimos que, chilote de nacimiento. La voz lírica, por lo tanto, no es voz sagrada por derecho propio, sino que se ha vuelto sagrada o divina “por fe y no por la carne.” Por la fe de la comunidad que lo venera. Sin embargo, este ser de palo, hecho por las manos de un santero isleño, tiene muy claro que, siendo hermano de tantos otros santos que pueblan los altares del archipiélago, no es más que copia e ícono, simple y pura representación de Aquél a quien se dirigen los devotos. “Algo falla en lo escrito,” dice nuestro Nazareno, “cuando me piden que vele por los difuntos/ que picotean los cangrejos/ en el fondo de las aguas.” Algo falla, algo falta, algo no funciona en ese ritual, porque él no es el que se elevó al Cielo, sino un pobre y sufriente ser de palo, madera tallada por manos de artesano simple y humanizada por su diario contacto con el dolor humano, que le ha hecho sabio en los avatares de la vida y la muerte, de la esperanza y el sufrimiento, de la frustración y el amor, en fin, del acontecer humano e isleño con sus lluvias, sus inviernos y sus escarchas y sus brotes.<br />Ese conocimiento y ese amor (debería decir esa solidaridad con los sufrientes seres de carne y hueso) será precisamente la razón que lo llevará a metamorfosearse en humano y vivir una vida semejante a las de sus devotos para conocer de primera mano los dolores, las alegrías y el dolor de esas tragedias personales.<br />Con plena conciencia de sí mismo (cuerpo de palo / sentimientos humanos), desde el segundo poema --este Dios no es Dios sino para quienes lo han convertido en imagen de Aquél-- inicia un viaje para conocer el especíco pedazo de mundo que lo rodea, como también para reconocerse y entender su rol en la vida de la comunidad que lo acoge y lo venera. “Perdido el olor a viruta de mi génesis/ desciendo de este cajón cubierto con mi capa./ Tomo entonces tu cuerpo y tus temores/ Tus soledades asumo/ ... / salgo de los cirios y de las velas;/ cambio esta cara de tanta tristeza/ me pongo un jokey de los Bulls/ cruzo la plaza recién llovida de Castro/ y entro al Otto Shop.” El Nazareno de palo, tallado por Dolorindo Calisto Oyarzo, se ha hecho Hombre y habita entre sus fieles. Pero él Nazareno nos recuerda que no se ha hecho Hombre por mandato de su padre (un sencillo tallador isleño) sino por mandato de su propio y humanísimo dolor nacido del descubrimiento del dolor humano que ha conocido su cuerpo de madera desde su privilegiado sitio en el altar en la iglesia castreña. Este Nazareno, al contrario de Jesús de Galilea, Hijo de Dios, no se nos presenta como un ser especial, y por eso se decide pasar por uno más: “cambio esta cara de tristeza/ me pongo un jokey de los Bulls/ ... / y entro al Otto Shop” (“Nazareno en Fuga Mayor”). Asimismo, como un chilote más, toma chicha caliente con los muchachos, y la chicha caliente le da confianza y le suelta lengua, como a cualquier mortal nacido de madre y padre. Es así como para conocer la vida de los otros, de los hombres de carne y hueso, el Nazareno se enamora de una morena densa con labios de sandía, fuma en los bancos de la plaza, y hasta piensa ponerse un aro en la oreja y aprender a silbar una canción de Phill Collins, en su proceso, ya no de identificación con la comunidad a la que se integra sino en un proceso total de humanización. El Nazareno se hace Hombre, y en misión de humanidad, habita entre los hombres y convive con los que sufren en las calles y en los hospitales, con los desamparados de todo pelaje; se entera de los sueños de los humildes y hasta acude a bares de mala reputación donde comparte con otros, “hechizados todos/ por los traseros más generosos de Castro.”<br />En maravillosa lección, divina y humana, nuestro Nazareno no se conforma con el conocimiento de oídas sino que asume vivir la experiencia concreta y directa de la vida, alegre y dolorosa, esperanzadora y trágica, del ser humano, sin importar que ese derrotero lo lleve de la cima a la sima.<br />Con mano maestra de artesano, fino tallador de la palabra poética, Zúñiga nos lleva de la mano por la humanísima búsqueda existencial de este Nazareno tan divino y tan humano, tan trágicamente vallejiano y tan chilote, que se va divinizando en cada verso a costa de ese tremendo amor por los desamparados que ha visto arrodillados en el templo “ahítos de hambre/ y [que ha visto salir de allí] tal como entran.” Ese hondo y humanísimo dolor que lo ha empujado a hacer “temblar de rabia el templo” es la razón por la que este divinizado Nazareno ha decidido vivir vida de hombre y pasar por uno más entre todos.<br />Son innegables la libertad y el desenfado del lenguage poético de este libro de Zúñiga, pero nadie podrá decir que se trata de un libro antirreligioso porque, muy por el contrario, se trata de un libro profundamente religioso, en el más puro sentido de la palabra; un libro que, finalmente, viene a darle, y con toda propiedad, a la poesía sobre los Nazarenos de las iglesias del archipiélago de Chiloé, esa imagen mítico-pagana-religiosa, que de tan verdadera en el espíritu más profundo de la fe chilota aún no había llegado a hacerse palabra y poesía. Borradores del Nazareno nos ofrece una poesía cargada de cristianismo y fe, cuando vemos que la voz lírica nunca niega su verdad y su origen: “Cristo me llaman en el templo/ Nazareno no más, cara de palo./ No soy Aquél que tiene/ las llaves del Cielo.” Este ser sabe quién es, explica quién es, y no quiere dejar ninguna duda de que él no es el Nazareno original sino una pobre copia de Madera, divinizada por la fe de un pueblo creyente. Igualmente, movido por su sinceridad y la pureza de los sentimiento de su corazón de palo, no niega que en la confusión y tradición de la fe campesina su pobre figura de madera tallada se vuelve el Nazareno y no simple y pequeña representación de Él. Por eso, él ve obligado a asumir su papel de figura divina, como cuando expresa: “Estoy presente/ incluso en los escritos/ … en puertas y muros de los bares de Castro.” Sin embargo. él, hombre de palo y nada más, se ha hecho dueño de un corazón y una compasión tan grandes como los de Aquél a quien representa: “Algunos dicen que hasta se cagan en mí./ Y no los abandono carajos” (“Del abandono”).<br />El Nazareno de estos Borradores es un ser hondamente trágico, tremendamente contemporáneo y sufriente, puesto que assume y sufre el dolor de los otros y transformado en representación viva del Nazareno de verdad, sufre también los Dolores de Aquél en su presente castreño. Saliendo de una borrachera, “adormilado/ en la escala de El Pochón./ Me he soñado otra vez/ clavado en la cruz./ Como durmientes de tren eran los clavos.” De tanto ser El Otro, pura imagen del Otro, talladura hecha a la mala, cuchillo en mano, se vuelve el Otro, es decir el Uno, y se sueña otra vez en el momento más difícil de su vida, su crucifixion y agonía en el Monte de los Olivos.<br />El Nazareno ya no es sólo figura de palo sino que es también el propio Jesucristo. Martirizado y clavado en la Cruz. Sin embargo, verlo a nuestro Nazareno solamente en la imagen de Jesucristo clavado en la Cruz, sería falsear su realidad, o pecar de agura myopia, puesto que es también el hombre, el ser humano arrojado a este mundo por castigo divino, no solo una alegórica representación del hombre. El Nazareno es todos los hombres, en este mundo donde encuentran hogar sus profecías. Así es como, e “Profecía IX,” afirma, “Sólo un Paraíso nos queda/ y es este mismo lleno de pájaros.” Doliente Dios-hombre que admite que éste, el de la tierra, es el único Paraíso que nos queda, “Lo otro: mito no más” (“Mito”), como un llamado a disfrutar de los que se tiene y a conservar la belleza y los bienes naturals que nos ha entregado el Creador.<br />Canto de amor a la humanidad, a los oficios, a los desamparados, a los hambrientos, a los creyentes y a los carentes de fe. Canto a los que a pura fe crean sus esperanzas y su cobijo: “Enaltecido el cargador de muelles/ El amanecido transformador de harinas/… / Los fiscales guardianes de la fe/…/ El pescador y sus redes/ …/ aquel que murió en el mar/ cantando cuecas/ etc., etc., etc. Canto de amor a la fe, a la necesidad de la fe, a la particular forma de fe de los chilotes, a la historia de un pueblo, a su tradición y a su futuro que no puede construirse en el olvido de lo que fue.<br />Canto de fe, a pesar de que, a ratos, ésta parezca deteriorarse, olvidarse o perderse por completo en la re-visión de la desgracia humana, pero cuyo aliento sobrevuela todo el texto y reaparece hecha fe, hecha leyenda y hecha mito en el último poema del volumen. Reaparece la fe con toda una arrebatadora fuerza mítica en el hermoso y conmovedor poema final titulado “Narración de despedida,” donde una nueva voz asume la enunciación lírica para decirnos “Que [el Nazareno] embarcado en un bote remó mar adentro y se perdió/ Que se le vio tomando chicha y comiendo milcaos en Achao/…/ Que de jokey y blue jeans entrando al templo nuevamente lo avistaron/ [Que] Os dejo mañana afirman que dijo una noche en el Happy Nights.” Parece no haber ningún sitio en toda la comunidad, ni en el sentimiento y las esperanzas de ella, donde su presencia no haya dejado una hondísima huella. “Sólo y fumando un cigarro lo vieron caminando por Huillinco/ Que no, que se enganchó como tripulante por Quellón/ Que se unió a la comparsa de Chonchi a la Patagonia.”<br />Extraño y hasta inaceptable puede parecer el recorrido del Nazareno a un lector no chilote. ¿Cómo es que el Nazareno vivo, revivido, sólo recorre sitios de ese lluvioso archipiélago lejano cuando su mundo es todo el mundo y sus fieles todos sus fieles desparramados por todo el planeta? Para ellos habría que hacer una última clarificación. El Nazareno de estos Borradores de Manuel Mauricio Zúñiga no es el Nazareno en abstracto al que el fiel de cualquier lugar del mundo dirige sus oraciones, sino un Nazareno de carne y hueso, perdón, de palo y más palo, que reside en Caguach, en Castro o en cualquier otra iglesia chilota y que por lo mismo no sería extraño que un día se le viera (o tal vez, ya se le vio) subiendo “al cielo desde la Punta de Tentén/…/ latiendo su corazón de madera,”<br /><br />* * *<br /><br />Hace unas dos décadas, una hermosa tarde verano en casa de don Pancho Mansilla, Francisco Coloane nos dijo a un grupo de incipientes poetas, “ustedes, los jóvenes escritores de esta tierra, deben asumir la tarea de escribir la gran novela de Chiloé.” Los que allí estábamos, oímos en silencio y agachamos nuestras cabezas hechas más para el verso que para la narración. Hasta hoy, pareciera que aún no se ha escrito la gran novela de Chiloé, y se pensará que los poetas del archipiélago siguen en deuda con Chiloé y con Coloane. Al contrario, yo quiero afirmar que no es así, porque creo que la gran ‘novela’ de Chiloé sí la están escribiendo los poetas y los cronistas y los antropólogos y los lingüistas y los historiadores; armándola a trozos, organizándola, puliéndola, parchando los destrozos --acarreados por el tiempo y el progreso-- con mano de sastre. Cómo no ver que los Caicheo, los Cárdenas, los Contreras, los García, los Mansilla y los Mancilla, los Muñoz, los Velásquez, los Véliz y todos los poetas del archipiélago han ido rearmando la novela y la historia de esta tierra junto a los Cárdenas, los Gómez, los Montiel, los Uribe, los Urbina y tantos otros. Es que Chiloé es novela de la misma manera que es mito, historia y leyenda, y todos esos fragmentos van, puntada a puntada, dato a dato, emoción a emoción, redescubriendo, recreando, reasumiendo y fortaleciendo el sentido de la historia, de la vida y de la especialísima visión de mundo del habitante de Chiloé.</div>Carlos Trujillohttp://www.blogger.com/profile/06524332265007344352noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-1703099032133422636.post-18533017448338336942007-03-06T18:42:00.000-08:002007-03-07T17:12:53.684-08:00POESÍA EN LOS TIEMPOS MALOS<div align="center"><span style="color:#ffffff;">nnnnn</span></div><p><br /><br /></p><p><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh-67EGyup6Oc24Jg6ylrjnKxmPl8P1P2MUjC03nf52MNCq1c-uxO_W2een4Jxdud_pALrwVQ_jWEh5SUHS9EIhIp5HyPk_1NQQIE6TM8qP-t-kIHy9wlr7NK5Yufo9LMmuSm838nhwj88D/s1600-h/Aumen+1984.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5039008496000744482" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh-67EGyup6Oc24Jg6ylrjnKxmPl8P1P2MUjC03nf52MNCq1c-uxO_W2een4Jxdud_pALrwVQ_jWEh5SUHS9EIhIp5HyPk_1NQQIE6TM8qP-t-kIHy9wlr7NK5Yufo9LMmuSm838nhwj88D/s320/Aumen+1984.jpg" border="0" /></a><br /><br /><strong>Talleres de Poesía en Chile entre 1974 y 1979</strong> </p><p></p><p>Se puede afirmar que si hubo en la literatura chilena una institución importante, vital, y extendida por todo el país durante la dictadura, ésa fue la de los talleres literarios. Imaginamos que para los especialistas en la poesía chilena de ese período ésta es una verdad innegable. Sin embargo, hasta hoy, poco o nada se ha escrito sobre los talleres que surgieron en Chile durante ese período, y menos aún sobre el enorme rol que jugaron en esos años de extrema dificultad para los creadores y la creación literaria<a title="" style="mso-footnote-id: ftn1" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn1" name="_ftnref1">[1]</a>.<br />La institución de este tipo de talleres no es nueva en nuestra historia literaria. Bastaría recordar la labor formadora de los organizados por Gonzalo Rojas en la Universidad de Concepción a fines de los cincuenta<a title="" style="mso-footnote-id: ftn2" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn2" name="_ftnref2">[2]</a>, o la de otros grupos que, sin ser talleres propiamente tales, cumplieron un rol de gran importancia para el desarrollo de la poesía en varias zonas del país. Esos grupos ofrecieron a los nuevos poetas espacios públicos nuevos, y extendieron, al mismo tiempo, el mapa de la poesía chilena más allá de los límites del reducido corral santiaguino. Pensamos en los ya míticos grupos Tebaida, de Arica; Arúspice, de Concepción, y Trilce, de Valdivia, que cumplieron una labor fundacional creando espacios y dándole un nuevo aire a la poesía nacional. Esos grupos surgieron y desarrollaron su actividad en ciudades universitarias, amparados por dichas instituciones y, a menudo, subvencionados por ellas<a title="" style="mso-footnote-id: ftn3" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn3" name="_ftnref3">[3]</a>.<br />Pero, ¿qué pasó con esos grupos y otros similares a partir del 11 de septiembre de 1973 cuando toda la institucionalidad chilena se hizo pedazos? En rigor, tras esa fecha, y por un buen tiempo, no se dieron las condiciones para la existencia de grupos, talleres, ni nada que oliera a organización artística o cultural. Se acabó el apoyo de las universidades y, junto a eso, el espacio para reunirse. En medio de esa situación signada por la inseguridad poco se sabía del paradero de los poetas, escritores y artistas en general, y hasta era mejor así, por razones de seguridad.<br />Ciertamente, los meses y años posteriores al golpe no fueron los más apropiados para dedicarse a escribir poemas ni organizar reuniones literarias. No caeremos en la inocente afirmación de que en ese tiempo no se escribió literatura. No nos cabe duda de que se escribió muchísimo, pero, en ese tiempo, la escritura se volvió un oficio secreto, creado a escondidas, en el cuarto, en la mesa de la cocina, entre las paredes de una celda o en un trozo de papel conseguido y oculto entre las ropas en una cárcel o un campo de detención<a title="" style="mso-footnote-id: ftn4" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn4" name="_ftnref4">[4]</a>. Se escribía, pero se escribía para uno mismo. Se escribía para denunciar calladamente, paradentro. Se escribía para gritar o lamentar, y también para liberarse de los demonios internos y externos. Pero las urgencias del poeta eran otras y eran urgentes de verdad.<br />En medio de ese estado de cosas, que pronto ganaría el nombre de apagón cultural, un año o año y medio después del golpe de estado empezaron a aparecer tímidamente los primeros talleres literarios y agrupaciones de escritores jóvenes, fenómeno que en la década de 1980 se extendería por todo el país.<br /></p><p><em>Razones de los los talleres literarios durante la dictadura</em> </p><p>El desarrollo de los talleres literarios a mediados de los setenta se debió básicamente a la necesidad de los escritores más jóvenes de encontrarse y conocerse. Existían la necesidad y el deseo de reunirse en torno a ese interés común, pero la inseguridad y el temor a la represión no hacía seguro ni conveniente juntarse con desconocidos, pues podría ocurrir que tras la fachada de joven intelectual hubiera un informante o soplón de la dictadura. Así las cosas, por un lado, la dictadura prohibía el derecho a reunión y, por otro, lo dificultaba el temor de ser acusado a la autoridad militar por subversivo.<br />No debe olvidarse que la junta militar quemó y destruyó millares de libros y discos, y estableció el temor a todo lo que sonara discrepante a las ideas del gobierno. El país se vio inmerso en una persecución horrible, se elaboró una extensa lista de libros prohibidos, se sacó a numerosos autores de los programas de educación, las bibliotecas de los colegios fueron asoladas y hasta se borró de los diccionarios un buen número de términos. La palabra “político” se volvió ofensiva y peligrosa.<br />Bajo ese clima de inseguridad, frustración, y orfandad cultural e informativa, recién en 1974 surgió la primera agrupación literaria, a la que seguirían otras el año siguiente. Dichas agrupaciones nacieron amparadas o, al menos, ligadas nominalmente a instituciones culturales, educacionales, sindicales, de derechos humanos, o de iglesia. Del 1975, sólo sabemos de otros dos talleres. Sin embargo, en 1976 ya existía un buen número de grupos de escritores jóvenes en provincia y en la capital<a title="" style="mso-footnote-id: ftn5" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn5" name="_ftnref5">[5]</a>. </p><p><em>Los primeros talleres</em> </p><p>No se sabe con exactitud la fecha de inicio del primer taller literario o de la primera agrupación de escritores jóvenes después del golpe militar debido a las condiciones de ese tiempo<a title="" style="mso-footnote-id: ftn6" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn6" name="_ftnref6">[6]</a>. Los talleres que hayan existido --si es que los hubo en el periodo inmediato al golpe de estado-- por el solo hecho de estar relacionados con la literatura y el desarrollo del pensamiento libre, no habrían tenido ninguna posibilidad ser aceptados por el régimen militar. De modo que no era posible, apropiado, ni urgente para nadie dar cuenta de esas actividades a través de la prensa. Cualquier actividad cultural realizada al margen del oficialismo era entendida como fachada de una organización política por la dictadura. Por lo tanto, no era prudente hacerlas públicas.<br />El primer taller literario del que tenemos antecedentes comenzó a funcionar en 1974. Se trata del Taller Literario de la Biblioteca Municipal de Temuco, dirigido por Víctor Molina Neira. No hemos encontrado ninguna publicación de ellos de 1974 ni 1975. Hemos tomado el dato de la presentación del cuadernillo Los pasajeros de lo que nunca hemos dicho de José María Memet. Fue publicado en octubre de 1976 y es el cuarto de la serie “Cuadernos de Poesía.” Parece que el seudónimo, José María Memet, ya adoptado entonces por el poeta sureño, era muy reciente, puesto que ni el maestro ni el poeta mismo se acostumbraban a él. En la presentación de Víctor Molina Neira, leemos: “Hay una trayectoria de permanente superación en la poesía de Pedro Segundo Ortiz (José María Memet).” Y a renglón seguido, aparece el dato que nos importa: “Hemos podido seguir esta trayectoria casi paso a paso desde que el poeta se incorporó al Taller Literario de la Biblioteca Municipal, en 1974.” Por ahora, basta ese dato para considerarlo el primer taller literario surgido en Chile durante la dictadura. Igual de importante, y casi increíble a la luz de la historia, es que este taller haya encontrado amparo en una institución oficial, la Biblioteca Municipal de Temuco.<br />Del año 1975 sabemos de otros dos talleres que, además de dedicarse a su quehacer interno, sirvieron de motivación a muchos otros jóvenes a través de sus publicaciones y/o certámenes literarios abiertos a todo participante. Se trata del Taller Literario Aumen de Castro<a title="" style="mso-footnote-id: ftn7" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn7" name="_ftnref7">[7]</a> y el Taller de Letras Ariel, de Santiago. </p><p><em>Breve nota sobre los tres primeros talleres</em> </p><p>Podría pensarse que la importancia del Taller de la Biblioteca Municipal de Temuco, así como la de Aumen de Castro, y Ariel de Santiago es sólo la de dato de historia literaria, es decir, el de iniciadores de una actividad literaria y cultural que, más adelante, se desarrollaría con una enorme vitalidad en todo el país. Para evitar confusiones e indiferencias, es bueno precisar que su importancia supera largamente la frialdad del dato histórico. Para probarlo, intentaremos un breve listado de las actividades de esos tres talleres, así como de sus publicaciones y de los jóvenes que empezaron en ellos su trabajo creativo. </p><p><strong>a. Taller Literario de la Biblioteca Municipal de Temuco</strong> </p><p>En primer lugar, el Taller Literario de la Biblioteca Municipal de Temuco ofreció a los poetas un espacio tradicional y de gran prestigio que, por un lado, les daba cierta seguridad y, por otro, aportaba el papel, la tinta y el mimeógrafo para sus publicaciones.<br />En segundo lugar, la imagen pública del taller - su director, Víctor Molina Neira - era una figura muy respetada en el medio intelectual y artístico temuquense, en su doble condición de poeta y profesor de filosofía de la sede local de la Universidad de Chile.<a title="" style="mso-footnote-id: ftn8" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn8" name="_ftnref8">[8]</a> No nos cabe duda que participar el grupo de Molina Neira en la Biblioteca Municipal les daba a esos poetas una seguridad que no habrían tenido en otra parte.<br />En tercer lugar, en los primeros años del taller participaron, entre otros, los jóvenes poetas Gustavo Adolfo Becerra, Farid Hidd, José María Memet y Nelson Vásquez<a title="" style="mso-footnote-id: ftn9" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn9" name="_ftnref9">[9]</a>. Los cuatro, en 1977 ya se proyectaban entre los más importantes poetas jóvenes del país<a title="" style="mso-footnote-id: ftn10" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn10" name="_ftnref10">[10]</a>. En agosto de ese año la Universidad Austral de Chile (Valdivia) organizó el Primer Encuentro de Poesía Joven de la Zona Sur. Un jurado seleccionó a diez poetas residentes entre Concepción y Chiloé, entre los que quedaron Becerra, Hidd, Memet y Vásquez. Como resultado de ese encuentro se publicó un volumen titulado Poesía Joven del Sur de Chile, que ofrece una buena muestra de la creación poética de esos años y de esa generación.<br />En cuarto lugar, el taller mantuvo una serie de publicaciones, precarias en calidad de papel e impresión pero hermosas muestras de la vitalidad del quehacer poético de esos años en el sur de Chile. Eran ediciones pequeñas en papel roneo, mimeografiadas y grapadas, por lo que hoy es casi imposible conseguirlas o hacer un registro completo de ellas. Afortunadamente, contamos con tres de esos cuadernillos: José María Memet, Los pasajeros de lo que nunca hemos dicho, Cuadernos de Poesía de la Biblioteca Municipal de Temuco, N° 4, octubre de 1976 (en cuya dedicatoria, el autor todavía firma "Pedro"). Gustavo Adolfo Becerra, Expedición al corazón del hombre, Cuadernos de Poesía de la Biblioteca Municipal de Temuco, N° 5, junio de 1977. Y, Farid Hidd, Los rostros del silencio, Cuadernos de Poesía de la Biblioteca Municipal de Temuco, N° 8, junio de 1978.<br />Memet, por otro lado, fue uno de los primeros poetas jóvenes cuya obra alcanzó cierta resonancia y algún reconocimiento de la crítica nacional a fines de los setenta. Esto, dicho sea de paso, luego de trasladarse a Santiago, donde algunos poetas y académicos se interesan en su creación,<a title="" style="mso-footnote-id: ftn11" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn11" name="_ftnref11">[11]</a> al mismo tiempo que lo estimulan y lo promueven. La altura alcanzada por Memet en el alicaído medio literario de ese momento, se debió principalmente a la publicación de Bajo amenaza, en agosto de 1979, precedido por un elogioso prólogo de Hugo Montes,<a title="" style="mso-footnote-id: ftn12" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn12" name="_ftnref12">[12]</a> editado por la Editorial Aconcagua en su Colección Mistral. Un libro con todas las de la ley, publicado por una editorial prestigiosa y en una tirada de 1500 ejemplares. Algo bastante inusual en ese tiempo. </p><p><strong>b. Taller Literario "Aumen" de Castro</strong> </p><p>El Taller Literario "Aumen" de Castro inició un trabajo inédito en la provincia de Chiloé. Tal vez por esa razón, se ganó casi inmediatamente el interés y la atención de los estudiantes secundarios de la zona y, en breve plazo, de toda la comunidad. Sus directores, Renato Cárdenas y Carlos Trujillo, eran profesores recién egresados y sin publicaciones, de modo que, aparte de su experiencia y su mayor contacto con los libros no había ninguna brecha entre ellos y los talleristas.<br />En segundo lugar, las reuniones de cada lunes y jueves, así como las presentaciones públicas y demás actividades se realizaban en el Liceo Coeducacional, de modo que --en un principio-- la comunidad veía ese trabajo como una simple actividad extraescolar. El uso de ese espacio público daba a los participantes una seguridad que no hallarían en otro lugar, al mismo tiempo que les permitía reunirse sin solicitar permiso a la autoridad. En los dos primeros años, el liceo también les facilitó papel, tinta y mimeógrafo para sus publicaciones.<br />En tercer lugar, sin perder su condición de formador de nuevos poetas, Aumen fue transformándose en un centro generador de actividades culturales y artísticas. Desde 1976, y por más de una década, fue el verdadero motor de la actividad artística y cultural alternativa en Castro y Chiloé. En ese periodo se realizaron recitales de poesía, de música folclórica, canto, teatro, títeres, cine, y charlas sobre arte, literatura, arquitectura, ecología y patrimonio cultural. En agosto de 1978, organizó el Primer Encuentro de Escritores en Chiloé<a title="" style="mso-footnote-id: ftn13" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn13" name="_ftnref13">[13]</a> que se reunió aproximadamente a cincuenta participantes entre poetas, académicos y críticos literarios. Este evento consiguió estructurar una red comunicacional entre los poetas jóvenes del sur y sus pares de la capital.<br />En cuarto lugar, valga mencionar algunos poetas que se formaron en Aumen o que participaron en él durante un tiempo importante: Sonia Caicheo, Renato Cárdenas, Víctor Hugo Cárdenas, Mario Contreras, Óscar Galindo, Aristóteles España, Luis Mancilla, Sergio Mansilla, Jaime Márquez, Rosabetty Muñoz, José Teiguel, Nelson Torres, Carlos Alberto Trujillo, Jorge Velásquez y Héctor Véliz Pérez-Millán, entre muchos otros.<br />En quinto lugar, en sus primeros diez años, Aumen mantuvo una revista, pequeña y de escaso tiraje, en la que publicó a poetas del taller y de todo el país. Mención especial les corresponde a los diarios El Correo de Castro y La Cruz del Sur de Ancud, que desde el inicio del taller abrieron sus páginas a su poesía y sus informaciones<a title="" style="mso-footnote-id: ftn14" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn14" name="_ftnref14">[14]</a>.<br />Por último, fue importantísima la labor de Aumen como reproductor de la idea de los talleres en toda la Décima Región<a title="" style="mso-footnote-id: ftn15" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn15" name="_ftnref15">[15]</a>. Como ejemplo de esto, hay que recordar que en Valdivia, tras la desaparición de Trilce, no existió otro grupo literario hasta la aparición de Índice<a title="" style="mso-footnote-id: ftn16" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn16" name="_ftnref16">[16]</a>, en 1980. Este grupo estuvo formado mayoritariamente por miembros del taller chilote que estudiaban en la Universidad Austral de Valdivia.<a title="" style="mso-footnote-id: ftn17" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn17" name="_ftnref17">[17]</a> Igualmente, desde comienzos de los ochenta, poetas de Aumen, recién egresados de la universidad crearon talleres para los estudiantes de sus nuevos colegios.<a title="" style="mso-footnote-id: ftn18" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn18" name="_ftnref18">[18]</a></p><p><strong>c. Taller de Letras "Ariel"</strong> </p><p>El Taller de Letras Ariel de Santiago, fue un tanto diferentes a los anteriores por el tipo de integrantes que tenía, por las inquietudes que los unían y por su forma de proyección a nivel nacional. Lo dirigía Luis Alejandro Iglesias, quien, con gran vitalidad y entusiasmo, por un buen número de años, mantuvo este grupo formado por adultos, poetas o en vías de serlo<a title="" style="mso-footnote-id: ftn19" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn19" name="_ftnref19">[19]</a>.<br />Dicha condición -grupo formado por personas adultas, con trabajo y sueldo- permitió la relativa continuidad de sus publicaciones. Publicaban las revistas <em>Ariel </em>y <em>Voces</em>, además de hojas literarias, en ediciones a mimeógrafo o fotocopiadas, que hoy son casi imposibles de leer por lo precario de las fotocopias de aquellos años.<br />Igual que en los otros talleres, en Ariel existía un gran espíritu solidario. Así fue como dieron espacio en sus publicaciones a poetas jóvenes de todo el país. Cuando vemos cómo se ha perdido ese espíritu solidario entre los poetas y creadores chilenos no puede negarse cuánto se echa de menos. En esos años, Ariel dedicó dos publicaciones completas a autores chilotes: un tríptico dedicado a Sergio Mansilla y la primera edición, mimeografiada, por cierto, de <em>Canto de una oveja del rebaño</em>, de Rosabetty Muñoz.<br />Sin embargo, una de las tareas de mayor proyección del grupo santiaguino fue su Certamen Nacional para Poetas Inéditos. La primera versión del certamen, que fue el primer certamen de ese tipo después del golpe de estado, se realizó a fines de 1975. Fue, precisamente, ese llamado a los nuevos creadores -dispersos y desconectados- inserto en algunos diarios de cobertura nacional el que lo convirtió en un punto de encuentro para los poetas de la generación más joven. Podría decirse que los concursos literarios, y más aún, concursos de poetas jóvenes premiando a otros poetas jóvenes, no tienen mayor importancia. Y hasta es posible que la afirmación sea correcta. Pero al considerar la situación de entonces -inactividad literaria y artística, censura, carencia de estímulos para los creadores, vacío total en el plano editorial- ese concurso fue motivación e imán para la generación de poetas que estaba emergiendo.<br />El certamen de Ariel no ofrecía mucho más que el honor de ganarlo. Si el ganador vivía en provincia tenía que pagarse los pasajes y gastos de estada en Santiago para darse el gusto de recibir el premio y conocer a otros poetas. Pero era un estímulo importante y así lo entendieron los poetas. En los primeros años fueron premiados Gustavo Adolfo Becerra, Mario Contreras Vega, Eduardo Llanos Melussa, José María Memet, Jorge Montealegre, Rosabetty Muñoz, Jorge Torres y Carlos Alberto Trujillo, entre otros. Todos nombres que en los años siguientes se ganaron un espacio en la poesía de su generación y más allá.<br />Lo anterior nos demuestra que aunque nos basáramos sólo en la importancia de su Certamen Nacional de Poetas Inéditos como descubridor y difusor de los nuevos poetas, el Taller de Letras Ariel se merece un importante lugar en la historia de la poesía chilena de esos años. </p><p><strong>Otros talleres, publicaciones y actividades</strong> </p><p>Imaginamos que los talleres recién descritos no son todos los que existieron en esos años. Seguramente existieron otros de los que, hasta ahora, no hay noticia. Sin embargo, no es errado afirmar que si los recién presentados no son los tres primeros en surgir después del golpe de estado, deben ser parte de un número no mayor de cinco en todo el país a mediados de 1975.<br />Según nuestra información, 1976 fue el año de despegue de estos grupos. Ese año se habría fundado el Grupo Pala de Osorno, que muy pronto inició la publicación de la revista Más que el Silencio, que siguió apareciendo con cierta frecuencia durante algunos años<a title="" style="mso-footnote-id: ftn20" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn20" name="_ftnref20">[20]</a>. Pala publicó también una serie de cuadernillos individuales de Gabriel Venegas, Raúl Césped y otros. Varios de sus miembros, entre ellos Gabriel Venegas, su director y profesor de la Universidad de Chile de Osorno, participaron en el primer Encuentro de Escritores de Chiloé, realizado en Castro en agosto de 1978.<br />El mismo año, Mario Contreras Vega, que ya había comenzado a gestionar con los directores de Aumen la posibilidad de extender la actividad de ese grupo a Ancud, organiza en esta ciudad el Grupo Chaicura, que funcionará en el museo, y contará con el apoyo de su director, el padre Audelio Bórquez Canobra.<a title="" style="mso-footnote-id: ftn21" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn21" name="_ftnref21">[21]</a> Entre sus integrantes estaban Contreras, Roberto Barría (Esteban Barruel), Milagros Mimica, la estudiante liceana Rosa Betty Muñoz Serón, Julio César Ojeda, Amado Mansilla del Valle, Julio Norambuena, Clarisa Cárdenas y Elena Vera Guerrero. Este grupo realizó un concurso regional de cuento y poesía durante dos años consecutivos; publicó a los ganadores del primer concurso en un boletín titulado Reseñas; realizó una exposición de poesía ilustrada y publicó un número de la revista Andrómeda.<a title="" style="mso-footnote-id: ftn22" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn22" name="_ftnref22">[22]</a> Muñoz y Contreras obtuvieron menciones honrosas en el Segundo Certamen de Poetas Inéditos del Taller Ariel, en 1976; el mismo año en que también fueron premiados los temuquenses Becerra y Memet. El Grupo Chaicura desapareció a fines de 1979<a title="" style="mso-footnote-id: ftn23" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn23" name="_ftnref23">[23]</a>.<br />También en 1976, se organiza en Santiago la Unión de Escritores Jóvenes (UEJ) que, al año siguiente, publica la antología Poesía para el camino. Según Bianchi, esa agrupación tal vez “haya sido la que alcanzó más realce y mayor extensión en el país ya que contaba con filiales en algunas provincias, además de juntar a colectivos como los “Talleres Gráficos y Literarios del Mar”, “La Botica”, la “Agrupación Santa Marta” (Bianchi, definir cita). Esta organización que contó entre sus integrantes a Gregory Cohen, Bárbara Délano, Antonio Gil, Erick Polhammer, Jorge Ramírez, Armando Rubio y Ricardo Wilson, fue dirigida primeramente por este último y, más tarde, por un colectivo. En 1978, la UEJ organiza el Concurso Nacional de Poesía Joven “Residencia en la tierra” en tres categorías: laboral, estudiantil y profesional, cuyos primeros premios fueron para Raúl Fernando Reyes, Esteban Navarro y José María Memet, respectivamente<a title="" style="mso-footnote-id: ftn24" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn24" name="_ftnref24">[24]</a>. Pese a su gran proyección y vitalidad la UEJ, se silencia definitivamente en 1980.<br />En la sureña Concepción, ciudad universitaria por excelencia, y dueña de una larga tradición literaria, aparece un tríptico de poesía titulado Envés, “que después de cinco números, año 76, desaparece del mapa de la poesía penquista. Pero dos de sus integrantes, Nicolás Miquea y Carlos Cociña, siguen ligados a ella. El año 79, el primero de ellos formará, junto a Osvaldo Caro, Carlos Decap y Tomás Harris, el grupo Punto Próximo (…). Al año siguiente, 80 de la centuria, Punto Próximo deja paso para que aparezca, por primera vez, después de Arúspice, una revista de poesía penquista: Postdata (El espíritu del Valle, N° 2-3, 1987, p.111)<a title="" style="mso-footnote-id: ftn25" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn25" name="_ftnref25">[25]</a>.” (Triviños, 64). Sin embargo, el artículo de Triviños, aunque extenso y bien informado, no explica si “Envés” fue también un taller o sólo una publicación independiente.<br />En 1977 surge en Santiago la Agrupación Cultural Universitaria (ACU) que intenta conectar el trabajo de los grupos que funcionaban en las diferentes escuelas y facultades universitarias<a title="" style="mso-footnote-id: ftn26" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn26" name="_ftnref26">[26]</a>. Aunque, según Bianchi, “no siempre se trabaja[ba] unido y no siempre en proximidad de los centros de estudio. En Santiago, por ejemplo, aparecen los siete ‘Talleres Andamio’, que funcionan en poblaciones.” Más tarde se desarrollará también un importante trabajo de talleres literarios para presas políticas. Los talleres se extienden por todo el país uniéndose en ellos, aunque con variantes, el trabajo creativo y la acción política.<br />En 1978 ya existe el Grupo Polígono, en Puerto Montt que, contaba entre sus integrantes a Marlene Böhle, Víctor Caico, Víctor Henríquez, Mónica Jensen, Jorge Loncón, Nelson Navarro Cendoya, Antonieta Rodríguez París y Yuri Subiabre. En octubre publican el número 2 de la revista Polígono, que incluye a doce poetas puertomontinos y al chilote Mario Contreras Vega. Esa edición ofrece también una sección de “Libros y revistas recibidos” cuya información resulta valiosísima para saber lo que se publicaba en esos días.<a title="" style="mso-footnote-id: ftn27" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn27" name="_ftnref27">[27]</a><br />El primer Boletín de la ACU, fechado en 1978, informa de un encuentro llamado “Presencia Cultural Universitaria”, realizado en diciembre de 1977. Según el boletín, ese encuentro “reunió al ballet, la música, la artesanía, la poesía, la fotografía, el teatro, la pintura y la arquitectura” (2); mostró la diversidad de disciplinas culturales que existían dentro de la agrupación germinal (Agrupación Folclórica Universitaria, AFU), y los motivó a rebautizarla como Agrupación Cultural Universitaria (ACU) en 1978. Ese mismo año, la rama de literatura de la ACU organiza el Concurso Nacional de Poesía “Palabras para el Hombre.” El boletín mencionado menciona, además, los talleres literarios “Oruga” y “Oreja” de Pedagogía en Filosofía, que también eran parte de la agrupación.<br />De agosto de 1978 data también el Centro de Escritores Jóvenes de Magallanes que se organizó durante el Congreso de Escritores Jóvenes realizado en Punta Arenas en esa fecha. Esta agrupación, que promovió un cambio de actitud en los escritores magallánicos y marcó nuevos rumbos para la poesía escrita en esa zona, estuvo formada por Luis Alberto Barría, Aristóteles España y Eugenio Mimica Barassi, entre otros, y mantuvo por varios años la Revista Momentos.<br />En 1979, en San Fernando, bajo el alero de la Casa de la Cultura, surge el Taller Literario “Fragua” dirigido por Bernardo Rebolledo Silva. Este grupo fue, además, un dinamizador de la actividad cultural y artística sanfernandina según se señala en Fragua, N° 8, año 1982, que hace un recuento de actividades desarrolladas en su tres primeros años de existencia<a title="" style="mso-footnote-id: ftn28" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn28" name="_ftnref28">[28]</a>. </p><p><em>Cierre a medias</em> </p><p>El Chile fracturado de entonces nos ha dejado, como una herida/herencia abierta, un enorme vacío de información y documentación de las actividades desarrolladas en esos años, que sólo será posible ir llenando/reconstruyendo a través del diálogo directo (conversaciones, cartas, correo electrónico) con los protagonistas. Una tarea imprescindible para completar la historia de los primeros pasos de una generación de poetas que se formó en una orfandad total e inédita hasta entonces en la literatura del país.<br />Otro capítulo, no menos extenso ni menos importante aunque, tal vez, más fácil de escribir y completar es el de los grupos y talleres literarios nacidos en los setenta en un montón de patrias lejanas que año tras año se fueron haciendo más propias y más entrañables para esos chilenos que tuvieron que escribir, dolorosamente y a la mala, en una tierra que no era la suya<a title="" style="mso-footnote-id: ftn29" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn29" name="_ftnref29">[29]</a>.<br />Entiéndase el presente ensayo como un primer aunque extenso paso en el intento de reconstrucción de esa parte de la historia literaria de Chile en la que, a pesar de la censura y la represión, o, tal vez, a causa de ellas, se activó enormemente el movimiento cultural y la producción literaria de los jóvenes.<br /></p><p>Havertown, octubre de 2003<br /><br /><strong>Carlos Alberto Trujillo</strong><br /><em>Villanova University<br /></em></p><p> </p><p>BIBLIOGRAFÍA PRIMARIA </p><p>Alonso, Mestre, Rodríguez y Triviños. <em>Las plumas del colibrí. Quince años de poesía en Concepción (1973-1988).</em> Estudio y antología. Santiago: Improde-Cesoc, 1989.<br />Anónimo, "Tiempo de talleres." <em>Simpson Siete</em>, Revista de la Sociedad de Escritores de Chile. 1 (Primer semestre 1992): 157-72.<br />Bianchi, Soledad. <em>Entre la lluvia y el arcoiris</em>. (Antología de jóvenes poetas chilenos). Barcelona: Ediciones del Instituto para el Nuevo Chile, 1983.<br />---. <em>La Memoria: Modelo para armar</em>. Santiago: Dirección de Bibliotecas Archivos y Museos, 1995.<br />---. "Notar y anotar márgenes." Simpson Siete, Revista de la Sociedad de Escritores de Chile. 1 (Primer semestre 1992): 88-101.<br />Brooks, Zelda Irene. <em>Carlos Alberto Trujillo. Un poeta del Sur de Sudamérica</em>. Potomac: Scrypta Humanistica, 1992.<br />Calderón, Teresa, Mili Fischer, Álvaro Inostroza, Natasha Valdés y otros. <em>Uno por uno. Algunos poetas jóvenes de Santiago</em>. Santiago: Editorial Nascimento, 1979.<br />Carrasco Muñoz, Iván. “Aumen en la Poesía Chilena.” <em>Aumen: Antología Poética (1975-1988).</em><br />Compilador y editor, Carlos A. Trujillo. Valdivia: Ediciones Aumen, 2001. 233-42.<br />Coddou, Marcelo. <em>Poética de la poesía activa</em>. Madrid-Concepción: Ediciones LAR, 1984.<br />Díaz Eterovic, Ramón. “De revistas, encuentros y otras utopías.” <em>Simpson Siete</em>, Revista de la Sociedad de Escritores de Chile. 5 (Primer semestre 1994): 93-97<br />España, Aristóteles. <em>Poesía Chilena. La Generación N.N. (1973-1991).</em> Punta Arenas: Ediciones la Pata de Liebre, 1993.<br />Galindo, Óscar. “Escritura, Historia, Identidad: Poesía Actual del Sur de Chile." <em>Poetas actuales<br />del sur de Chile</em>. Comp. y ed. Óscar Galindo y David Miralles. Valdivia: Paginadura Ediciones, 1993.<br />García, Mario. “Viaje a la memoria: Producción y contexto del Taller Literario Aumen.” Inédito.<br />Hoeffler, Walter. “Notas prologales." Revista de Poesía (sin nombre). Valdivia: Facultad de Letras y Educación, Escuela de Castellano y Dirección de Asuntos Estudiantiles de la Universidad Austral de Chile, 1977.<br />Mansilla Torres, Sergio. <em>El Paraíso Vedado. Ensayos sobre poesía chilena del contragolpe (1975-1995)</em>. Fucecchio: European Academic Press Publishing, 2002.<br />Martínez Fernández, José, ed. <em>La más nueva poesía chilena. Breve antología</em>. Arica, 1978.<br />Montealegre, Jorge. “Un Trozo de Historia.” <em>Simpson Siete</em>, Revista de la Sociedad de Escritores de Chile. 5 (Primer semestre 1994): 87-92.<br />Muñoz Valenzuela, Diego. “Apuntes para una historia: Auge y fulgor del Colectivo de Escritores<br />Jóvenes.” <em>Simpson Siete</em>, Revista de la Sociedad de Escritores de Chile. 7 (Primer semestre 1995): 24-34.<br />Triviños, Gilberto. “El Regreso.” <em>Las plumas del colibrí. Quince años de poesía en Concepción (1973-1988).</em> Estudio y antología. Comp. y ed. Alonso, Mestre, Rodríguez y Triviños. Santiago: Improde-Cesoc, 1989: 53-107.<br />Trujillo, Carlos Alberto. “Aumen: Veinte años de poesía.” <em>Aumen: Antología poética (1975-1988).</em> Valdivia: Ediciones Aumen, 2001: 5-24.<br />---. “Entrevista a Mario Contreras Vega.” Realizada en Castro el 22 de julio de 1992. Publicada por El Llanquihue, en tres domingos consecutivos como parte de una serie titulada "Conversaciones con la Poesía del Sur.”<br />Villegas, Juan. “El nuevo discurso lírico femenino chileno.” <em>La poesía chilena actual (1960-1984) y la crítica</em>. Ed. Ricardo Yamal. Santiago: Ediciones LAR, 1988: 138.<br /></p><p><br />BIBLIOGRAFÍA SECUNDARIA </p><p><em>Algunos poetas del Grupo Salar. 2</em>. Antofagasta (1980).<br /><em>Boletín ACU</em>, 1. Agrupación Cultural Universitaria, Santiago (1977).<br /><em>Fragua,</em> N° 8. Revista del Grupo Fragua de San Fernando. Ed. Bernardo Rebolledo. (1979-1982). Más que el silencio. Revista del Grupo “Pala” de Osorno. 3 (1976) y 5 (1978).<br /><em>Nueva Línea, Revista de poesía y teoría poética.</em> Santiago. 1 (1976), 2 (1977).<br /><em>Polígono.</em> Revista del Grupo Polígono de Puerto Montt. 2. (1978).<br /><em>Poesía Joven del Sur de Chile</em>, Instituto de Literatura Universal e Iberoamericana de la Facultad de Letras y Educación, Universidad Austral de Valdivia, 1978.<br /><em>Poetas chilenos de hoy</em>. Eds. Daisy Bennet y Ariel Fernández. Santiago: Ediciones Tamarugal,<br />1977.<br /><em>Poetas Jóvenes del Norte</em>. Publicación del Grupo “Salar.” Ed. Arturo Volantines. Antofagasta. 1<br />(1980). </p><p> </p><p><br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn1" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref1" name="_ftn1">[1]</a> Juan Villegas admite esto en su ensayo sobre “El nuevo discurso lírico femenino chileno,” publicado a fines de los ochenta, al afirmar: “La poesía chilena joven de los últimos años se ha producido predominantemente en relación a Talleres Literarios.” (Nota 4, p. 138) Él, claro está, piensa principalmente en talleres profesionales, pagados o subvencionados por alguna institución, como los de Miguel Arteche y Jaime Quezada, pero en el presente ensayo se confirmará esta aseveración al ver los nombres de un buen número de poetas que formaron parte y se formaron en algunos de los talleres no profesionales que fueron los primeros en organizarse tras el golpe de estado y, por lo mismo, los que sirven de base al presente ensayo.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn2" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref2" name="_ftn2">[2]</a> “Tiempo de talleres,” Simpson Siete, Vol. I, Revista de la Sociedad de Escritores de Chile, Primer Semestre 1992, Santiago p.157.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn3" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref3" name="_ftn3">[3]</a> Para una historia completa de las agrupaciones literarias de los sesenta, véase Soledad Bianchi, La Memoria: Modelo para armar.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn4" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref4" name="_ftn4">[4]</a> El poeta Jorge Montealegre nos ofrece el recuerdo siguiente: “Alejados del infierno que había sido el Estadio y de lo que seguramente era la cotidianeidad de quienes estaban “libres”, en Chacabuco nos dimos ciertos lujos que no dejaban de ser autoirónicos: teníamos un Consejo de Ancianos (la cúpula de los presos) que organizó un concurso de poesía y canciones. Como el de Viña, también se llamó Festival y tuvo una gaviota por símbolo. Premios, a repartir: diplomas hechos a mano, un nescafé chico y unas lonjas de turín tipo jamón. Era el Festival de la Poesía y la Canción de Chacabuco. Participaron ciencuenta poemas, de los cuales fueron seleccionados diez ganadores. El jurado: Franklin Quevedo, Mario Céspedes y Vicente Sota. El de música estaba presidido por Ángel Parra.” (Montealegre 88)<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn5" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref5" name="_ftn5">[5]</a> No tengo certeza de cuando comenzó el Taller Literario de la Universidad Católica de Temuco, pero, tal vez ya existiera en 1976. Gustavo Adolfo Becerra, que participaba tanto en éste como en el Taller Literario de la Biblioteca Municipal de Temuco me ha entregado la siguiente información vía correo electrónico: “Había otro en la Universidad Católica, donde también daban vueltas (eran satélites) dos mayores: Marco Antonio Puga, experto en Neruda, gran conocedor la literatura anglo-sajona y latinoamericana, profesor de castellano (a partir de una tesis elaborada por él, en relación con la obra de Neruda, fue contratado por la Universidad de Washington, pero no pudo irse por problemas familiares) y Eugenia Toledo (una bellísima persona, de grandes conocimientos y de un profundo análisis -sobre todo del boom latinoamericano- que sí se fue y que entiendo, sigue en alguna Universidad gringa), también la crítica de Rulfo (“El lenguaje literario de Rulfo en su perspectiva cinematográfica,” ¡qué tremendo ensayo!). Rosa Heck y María Alicia Astudillo (una poeta que tenía una pena enorme) y yo. Cumplían funciones de asesoramiento los hermanos Carrasco (Iván y Hugo), también Yosuke Kuramochi (quien nos introdujo al hai-kú). Este Taller, el de la Universidad Católica (funcionaba en calle Vicuña Mackenna, en Temuco), era un poco más abierto y de mayor contenido, también tenían los integrantes [un] sentido social que se traducía en compromisos personales (orgánicos), y era también parte complementaria en nuestra formación el Club de Cine.” (1 de octubre de 2003)<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn6" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref6" name="_ftn6">[6]</a> Una investigación en el terreno, que hasta ahora no se ha hecho, daría la posibilidad de seguir el rastro de los primeros talleres literarios a partir de la información directa de gente ligada al medio artístico cultural de ese tiempo.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn7" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref7" name="_ftn7">[7]</a> Para una historia completa de los inicios e historia del Taller Literario Aumen, véanse Carlos Alberto Trujillo: Un poeta del sur de Sudamérica, de Zelda Irene Brooks, Scrypta Humanistica, 1992, y/o “El Taller Literario Aumen: Veinte años de poesía,” introducción a Aumen. Antología Poética (1975-1988), Ediciones “Aumen”, 2001.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn8" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref8" name="_ftn8">[8]</a> Nota del autor: Víctor Molina Neira fue mi Profesor de Filosofía en mi primer año en la Universidad de Chile, sede Temuco, en 1969. Mis compañeros de curso, originarios de la zona, lo conocían por sus poesías publicadas en textos escolares. Esa sede universitaria es actualmente la Universidad de la Frontera.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn9" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref9" name="_ftn9">[9]</a> Becerra y Memet eran de Temuco; Hidd, de Santiago, y Vásquez, de Puerto Montt.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn10" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref10" name="_ftn10">[10]</a> “También estaba un poeta, muy llamativo (en la línea de Venancio Lisboa, por ahí) que se llama Provoste (profesor), otro que se llamaba Luis Urra Bidart (era como Pablo de Rokha y con una belleza en sus escritos que sólo podía contener su corazón. Era, en ese entonces, quién más llamaba mi atención junto a Jorge Neira) y otro que se llamaba Claudio González (eléctrico: un poco más de cobre), También un enorme poeta que se llamaba Jorge Neira (tenía una voz muy propia y un background cultural vastísimo). Circulaba también Bernardo Reyes, el sobrino-nieto de Pablo Neruda. Hubo una serie de muchachos jóvenes. Aunque no era visible (ni siquiera para muchos integrantes del taller). Habían ahí cabos de resistencia política. (Información dada por Gustavo Adolfo Becerra, 2 de octubre de 2003)<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn11" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref11" name="_ftn11">[11]</a> Hugo Montes y Roque Esteban Scarpa, entre otros.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn12" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref12" name="_ftn12">[12]</a> Entre otros juicios de Montes, encontramos los siguientes "Hay que decirlo claramente: José María es el poeta del Chile más joven. Deudor de todos los anteriores, tiene una voz que no se confunde con la de ninguno." (7) "¡Espectro amplio, rico, definido, admirable en un poeta de algo más de veinte años! Memet ha recorrido en muy poco tiempo el itinerario que para otros duró una vida. ¿Qué vendrá después? ¿Qué tonos faltan al de la vociferación, la denuncia y la ternura? Si todo fututo es imprevisible, el de un poeta como José María Memet resulta hermético del todo, sellado, aun para el más imaginativo de los críticos. Fácil, en cambio, es el anuncio de que seguirá creciendo en poesía y humanidad y que le espera un destino de excepción. (El subrayado es mío)<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn13" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref13" name="_ftn13">[13]</a> Hay que señalar que los primeros encuentros importantes de poetas jóvenes realizados en Chile tras el golpe de estado se llevaron a cabo en el sur. El Encuentro de Poetas Jóvenes del Sur de Chile (Valdivia, 1997), y el Primer Encuentro de Escritores en Chiloé (Castro, 1978). Sólo seis años más tarde, se realiza algo similar, aunque de mayor magnitud, en Santiago. El Primer Encuentro de Escritores Jóvenes, que organizó el Colectivo de Escritores Jóvenes coordinado por Carmen Berenguer, Ramón Díaz Eterovic, Jorge Montealegre, Diego Muñoz y Aristóteles España (19, 20 y 21 de mayo de 1984).<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn14" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref14" name="_ftn14">[14]</a> En ese momento se dio la notable casualidad de que Renato Cárdenas, de Aumen, trabajaba para el primero, y Mario Contreras, de Chaicura, trabajaba para el segundo de los diarios mencionados. Gracias a la información publicada en ambos diarios se puede seguir día a día las actividades del Primer Encuentro de Escritores en Chiloé, como también entender la importancia que tuvo dicho evento en el tiempo en que ocurrió.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn15" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref15" name="_ftn15">[15]</a> Formada por las provincias de Valdivia, Osorno, Llanquihue, Chiloé y Palena.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn16" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref16" name="_ftn16">[16]</a> Eso no quiere decir que hubiera actividad literaria o cultural. Sergio Mansilla, activo participante en el ambiente cultural valdiviano de esos años me ha dado los siguientes datos: “Cuando llegué a Valdivia en marzo de 1976 existía un grupo denominado “Quasar,” formado por estudiantes de castellano y liderados, al menos para fines públicos, por Pedro Jara. La única actividad pública que tenían era la publicación de un diario mural en uno de los pasillos de la UACH, que se renovaba permanentemente. Ahí publiqué mi primer poema en Valdivia […] “Matra,” (médula del hueso” en mapudungun) que existió de 1978 a 1979, fue un feliz invento de Pedro Jara. “Matra” era un grupo de amigos cuya finalidad principal fue la organización y sostenimiento de “Los Martes de la Poesía.” No hicimos reuniones de taller en el sentido estrictamente técnico del término (como se hacía en “Aumen” y más tarde en “Indice”). Nos reuníamos de manera informal y conversábamos mucho sobre literatura y política, pero no eran sesiones programadas de taller.” (Email del 6 de octubre de 2003). Según Óscar Galindo “Matra publicó también una Antología Mínima de tiraje restringido.” El grupo estuvo formado por Clemente Riedemann, Jermaín Flores, Hans Schuster, Pedro Guillermo Jara, Maha Vial (Magali Segura), Rubén González, Jorge Torrijos, David Miralles y Jorge Ojeda, junto a Miguel Gallardo y Sergio Mansilla, provenientes del Taller Literario “Aumen” de Castro [también el artista plástico Roberto Arroyo].” (Galindo, 213) También en agosto de 1977 se publicó en Valdivia una revista de poesía, sin nombre, en una edición miemeografiada de sólo cincuenta ejemplares, con el auspicio de la Facultad de Letras y Educación, la Escuela de Castellano y la Dirección de Asuntos Estudiantiles de la Universidad Austral. Dicha revista trae unas “Notas prologales” de Walter Hoeffler (profesor de la UACH) y no parece representar a un grupo organizado sino simplemente a los estudiantes de castellano que escriben poesía. Afirmo esto porque cuando Hoeffler alude a Sergio Mansilla y a Miguel Gallardo, los describe como “miembros activos del Taller Literario “Aumen” de Castro,” lo que indica que los poetas publicados no forman parte de ningún taller en la universidad. Según Mansila, dicha revista se publicó también gracias al empeño de Pedro Jara.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn17" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref17" name="_ftn17">[17]</a> Sus integrantes fueron Miguel Gallardo, Oscar Galindo, Rosabetty Muñoz, José Teiguel, Nelson Antonio Torres, Luis Ernesto Cárcamo, César Díaz, David Miralles y Jamadier Provoste. Los cinco primeros pertenecían a Aumen.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn18" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref18" name="_ftn18">[18]</a> Oscar Galindo, en Valdivia; Sergio Mansilla, en Osorno; José Teiguel, en Fresia; Jaime Márquez, en Ancud; Rosabetty Muñoz en Quemchi y Ancud; Ramón Mansilla, en Achao; Carlos Trujillo, Nelson Torres y Mario García, en Castro.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn19" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref19" name="_ftn19">[19]</a> Rosabetty Muñoz, quien mantiene un buen número de ejemplares de las revistas Ariel y Voces, me ha mencionado los siguientes nombres que formaron parte de "Ariel": Luis Alejandro Iglesias, Raúl Hermosilla Muñoz, Baccio Salvo, Ricardo San Martín López, Ana Iglesias, Amelia Salinas Arévalo, Huencho Alarcón, José Francisco Carrión Canales y Pedro Mardones Lemebel.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn20" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref20" name="_ftn20">[20]</a> El N°3, fue publicado en abril de 1978.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn21" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref21" name="_ftn21">[21]</a> Cito parte de una entrevista hecha a Mario Contreras en 1992. “Trujillo: … me interesa que me hables del trabajo que por esos años empezaste a desarrollar en Ancud con el Grupo Chaicura. Contreras: Bueno, pero si no lo olvidas, eso fue también una insinuación tuya porque lo conversamos acá (en Castro) ese verano de 1976. Yo había salido recién de la cárcel en diciembre del 75. […] En febrero del 76 o tal vez en el mismo diciembre del 75 iniciamos estas conversaciones fundamentalmente para levantar de alguna manera el desarrollo de la poesía en Chiloé y para ve la posibilidad de repetir una experiencia muy interesante que estaba surgiendo en Castro y que era el Taller Literario Aumen. […]”<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn22" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref22" name="_ftn22">[22]</a> Posteriormente Contreras publicará un número de la revista Archipiélago (1982) y nueve trípticos de poesía y cuento como suplementos de la revista, pero se trató de un esfuerzo personal. No fueron publicaciones de un grupo.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn23" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref23" name="_ftn23">[23]</a> “Chaicura nació en julio del 76 y duró hasta finales del 79, oportunidad en que me retiré del diario La Cruz del Sur, donde trabajaba, y me dediqué por mi cuenta a manejar un camión y a salir de la provincia todas las semanas y ya no hubo forma de poder continuar con el trabajo del taller literario.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn24" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref24" name="_ftn24">[24]</a> La antología con los poemas premiados se publicó en 1980, dos años después de fallado el concurso.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn25" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref25" name="_ftn25">[25]</a> El ensayo de Triviños informa también de la publicación en la capital penquista de varios números de la revista Vértice entre 1976 y 1877. Dichos números incluyen poemas de Patricio Oyaneder, Marco Antonio Allendes, Jorge Salgado, Edgardo Jiménez y Jorge Mendoza, pero el ensayo no menciona que esos poetas formaran un grupo organizado. (Triviños, 65)<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn26" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref26" name="_ftn26">[26]</a> Ramón Díaz Eterovic afirma que la ACU en su rama literaria llegó a reunir más de cuarenta talleres. (Díaz Eterovic, 94)<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn27" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref27" name="_ftn27">[27]</a> Menciona los siguientes libros de poesía recibidos y su lugar de publicación: Cantos, de José Miguel Vicuña (Santiago); Poemas Sinfónicos, de Federico Tatter (Osorno); Alguien hablará por mi silencio, de Juan Antonio Massone (Santiago); Las musas desvaídas, de Carlos Alberto Trujillo (Quillota); Raíces, de Mario Contreras Vega (Ancud), Vienes o vas, de Raúl Césped (Osorno); Palabras en desuso, de Jorge Torres (Valdivia); Sol invisible, de Francisco Medina Cárdenas (Santiago); Una casa en la lluvia, de Astrid Fugellie (Santiago); la antología Poesía Décima Región, compilada por Gabriel Venegas (Osorno); Cartas desde España y Cartas desde Puerto Montt, de Antonieta Rodríguez París (Puerto Montt).<br />Entre las revistas recibidas nombra, Nueva Línea, Santiago, director Francisco Medina Cárdenas, N° 1, 2, 3, 4 y Suplemento Aniversario; Aumen, Castro, directores Carlos Alberto Trujillo y Renato Cárdenas; Más que el silencio, Osorno, director Gabriel Venegas; Erratas, Valdivia, director Jermaín Flores; Casuars (sic), Valdivia; Suplemento Cultural, Río Bueno, directora Graciela Morales Bousa, y Boletín Literario Caicura, director Mario Contreras.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn28" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref28" name="_ftn28">[28]</a> Se señalan presentaciones del actor y declamador Roberto Parada, de los cantautores y payadores Pedro Yáñez y Eduardo Peralta, de los poetas Jonás y José María Memet, de los Talleres Andamio, la cantante Capri, el Conjunto Folclórico “Yaguarcoya”, la Compañía de Teatro “Tierra” de Rancagua, etc.<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn29" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref29" name="_ftn29">[29]</a> Este ensayo no ha considerado los talleres literarios profesionales, es decir, en los que se pagaba por participar, en primero lugar, por constituir entidades puramente literarias sin ninguna conexión, como grupos, con el quehacer político y, en segundo lugar, porque surgieron con bastante posterioridad a los talleres nacidos al margen de la institucionalidad oficial y que jugaron un importante e imprescindible papel en la actividad política de sus comunidades.</p><p> </p>Carlos Trujillohttp://www.blogger.com/profile/06524332265007344352noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1703099032133422636.post-31682616257676706132007-03-06T18:24:00.000-08:002007-03-06T18:34:21.884-08:00LA LLAVE QUE NADIE HA PERDIDO:ELICURA CHIHUAILAF, POESÍA, RITO Y MEMORIA.<br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh0on50o6pNs547vG7y_tFQTE9r6m7SwNjSWZs1NIXZYLCBLr1fm1qzGbXtOBWDy6H3f7BUnn_t6yY7NJiBJjjDO_TBmswFTdyAVbB10-OA2OoJgx0pPveINZEaC3mLeJVDj6Kd4HRnMZ3n/s1600-h/Elicura.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5039003655572601874" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 236px; CURSOR: hand; HEIGHT: 288px" height="301" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh0on50o6pNs547vG7y_tFQTE9r6m7SwNjSWZs1NIXZYLCBLr1fm1qzGbXtOBWDy6H3f7BUnn_t6yY7NJiBJjjDO_TBmswFTdyAVbB10-OA2OoJgx0pPveINZEaC3mLeJVDj6Kd4HRnMZ3n/s320/Elicura.jpg" width="241" border="0" /></a>Elicura Chihuailaf Nahuelpán<a title="" style="mso-footnote-id: ftn1" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn1" name="_ftnref1">[1]</a>, nacido en Quechurewe, Región de la Araucanía, Chile, en 1952; obstetra de profesión, docente universitario y Secretario General de la Agrupación de Escritores Indígenas, forma parte --junto a Jaime Huenún, Bernardo Colipán, Leonel Lienlaf y otros-- de un notable grupo de poetas mapuche que desde la década recién pasada ha obligado (es un decir, por supuesto) a la crítica académica y al lector chileno a 'descubrir' así como Colón (es decir, a ver como insólitamente nuevo algo que siempre había estado allí) ese importante sector de la creación literaria nacional que había sido hasta entonces prácticamente desconocido o simplemente negado.<br />A saber, hasta el momento de la escritura de este artículo, Chihuailaf había publicado cuatro volúmenes de poesía (El invierno y su imagen, En el país de la memoria, A orillas de un sueño azul, El invierno su imagen y otros poemas azules) y, más recientemente, un libro testimonial, en prosa, titulado Recado confidencial a los chilenos. Un "recado confidencial –al decir del poeta—lleno de voces que me 'avalen' ante la suspicacia que el peso de la cultura dominante ha puesto sobre nosotros." (Chihuailaf. 1999: 11<br />Toda la obra de Elicura Chihuailaf, como la de los demás poetas mapuche y parte de la producción de otros poetas chilenos no mapuche principalmente localizados en el sur del país han producido la eclosión de una nueva tendencia dentro de la poesía chilena, tendencia a la cual Iván Carrasco ha denominado poesía etnocultural, la que –según el académico valdiviano-- sería "un tipo de poesía fundado en la experiencia de la interacción de culturas indígenas, europeas y mestizas.[…] Para expresar en forma consecuente esta situación, los poetas han necesitado recordar, aprender, modificar y mezclar distintos lenguajes, códigos y tipos de discurso, tales como las lenguas indígenas, sobre todo el mapudungun, el español standard y sus dialectos, en particular, el de Chiloé, los discursos cronísticos, históricos, de las ciencias sociales, de la comunicación de masas, etc." (Carrasco. 1995: 58-59)<br />La coexistencia de elementos culturales y lingüísticos, descrita por Carrasco, es evidente en El invierno su imagen y otros poemas azules, en cuya segunda parte, "A orillas de un sueño azul"/ "Ina Kajfv Pewma Mew", el autor ha optado por presentarnos sus poemas en español y en mapudungun, como para enfatizar que esa poesía es la creación de un hablante bilingüe, al mismo tiempo que el deseo de ser leído y entendido en ambas lenguas y por ambas culturas, como señala al final de la introducción: "Escribo para las hijas y los hijos de mis hijas que --en el campo y la ciudad-- leerán quizás mis poemas en mapudungun y en castellano, y reconocerán el lenguaje, el gesto, que media entre ambas versiones." (Chihuailaf. 1991: 7)<br />El deseo de que sus textos lleguen al lector por la doble vía del mapudungun y el español nace básicamente del objetivo que el poeta le otorga a su poesía: ser un vehículo para la comprensión del otro basado en el conocimiento y la aceptación de la diferencia. En lo anterior hay plena coincidencia con Galindo, quien manifiesta que los textos de Elicura Chihuailaf y Leonel Lienlaf "constituyen específicamente propuestas desde las cuales se explora en el problema de la identidad y la marginación desde la noción misma de la diferencia. En este sentido sus textos enfatizan un carácter ritual y vivencial de la escritura." (Galindo. 1993: 226)<br />Pero entremos de una vez al tema que nos ocupa en este ensayo, es decir, al comentario del poema "La llave que nadie ha perdido", que transcribimos completo a continuación:<br /><br />LA LLAVE QUE NADIE HA PERDIDO<br /><br />La poesía no sirve para nada, me dicen<br />Y en el bosque los árboles se acarician<br />con sus raíces azules y agitan sus ramas<br />el aire, saludando con pájaros la Cruz del Sur<br />La poesía es el hondo susurro de los asesinados<br />el rumor de hojas en el otoño, la tristeza<br />por el muchacho que conserva la lengua<br />pero ha perdido el alma<br />La poesía, la poesía, es un gesto, el paisaje<br />tus ojos y mis ojos muchacha, oídos corazón<br />la misma música. Y no digo más, porque<br />nadie encontrará la llave que nadie ha perdido<br />Y poesía es el canto de mis antepasados<br />el día de invierno que arde y apaga<br />esta melancolía tan personal.<br /><br /><br />Comentario del poema<br /><br />"La llave que nadie ha perdido" se titula el poema que abre el cuarto libro de Elicura Chihuailaf, El invierno su imagen y otros poemas azules. El título de este poema, que es una metáfora de la poesía, resulta clave para la comprensión total del texto, aunque lleguemos a descubrirlo recién en el verso 11, cuando la metáfora se repite completa y sin ninguna alteración al final de una frase poética más extensa. La estructura, el tono y la atmósfera que crea el título podrían resultar engañosos para un conocedor de la poesía chilena que, sin aviso, pudiera relacionarlo inconscientemente a otros de Jorge Teillier, por ejemplo. Pienso en poemas como "En memoria de una casa cerrada", "En la secreta casa de la noche" o "Los dominios perdidos", sólo por nombrar algunos de los poemas de Teillier con los que comparte cierta similaridad fónico-sintáctica y que además crean una atmósfera poética muy parecida. De modo que, en una primera lectura, el título podría funcionar como una llave tramposa que nos podría hacer imaginar unas puertas que nunca traspasaremos, por lo menos en el poema que aquí se comenta.<br />El primer verso del poema nos golpea con una aseveración negativa, fuertemente descalificadora de la poesía misma tanto como de su valor e importancia para el ser humano: "La poesía no sirve para nada." Pero el poeta prontamente señala que tal descalificación no procede de él sino que viene de más lejos, de otros que "me dicen." Entendemos, entonces, que esta descalificación no es pasajera frase de un momento, ni de una situación específica, como también que no es frase emitida por una voz singular. Por el contrario, esta afirmación es una frase proferida y escuchada de continuo, razó por la cual, para el oído del poeta suena como un insulto personal, como una agresión desleal, tan injusta como gratuita. El poeta --así lo vemos-- siente el golpe de los agresores como un agravio o una bofetada en pleno rostro de la amada y del suyo propio. Me dirán que este comentario ha perdido el camino confundiendo peras con manzanas y que el tono romántico que percibo no está por ninguna parte en el poema. Discúlpenme, pero es así como entiendo la reacción del poeta, al menos en los versos 2-4. El poeta, cual caballero andante, defensor de la belleza y de los débiles, se pone la armadura, monta en su corcel de palabras y arremete contra quienes descalifican a la poesía y le niegan su importancia.<br />Los versos 2-4 parecen una simple descripción del paisaje, una pintura idealizada, eglógica, del mundo natural que rodea al poeta o que éste rememora. Sin embargo, ese "y en el bosque" que nos suena como 'mientras en el bosque', afirma que cada vez (es decir, siempre) que "esos otros" (metáfora de la ignorancia e inconsciencia humanas) desacreditan a la poesía, "en el bosque (mundo natural e incorrupto) los árboles se acarician" y "el aire saluda(ndo) con pájaros la Cruz del Sur." En los cuatro primeros versos el poeta establece claramente el conflicto que ha motivado la escritura del poema.<br />Nada nuevo bajo el sol, dirá alguien. El poeta ofendido por la descalificación de su oficio (la creación poética) evita responder a los agresores y prefiere sumergirse en el solaz que le produce la visión o rememoración de la naturaleza magnífica, pero, el poeta, que no es nada evasivo, va más lejos. En esos tres versos, por medio de la palabra poética, toma posesión de su entorno natural, ese entorno que --como veremos-- es suyo y de los suyos, a quienes pertenece de la misma manera como ellos pertenecen al entorno con el cual forman un todo indivisible.<br />La descripción del paisaje (su paisaje) le permite también identificarse, decir ’éste soy yo, así soy, aquí vivo’, en este espacio de mundo. Por eso, no vemos ni una sola referencia al medio urbano, tampoco a otras personas, tan sólo elementos de la prodigiosa Madre Natura: bosque, árboles, raíces, ramas, aire, pájaros. Pero entendamos que no se trata de árboles ni bosques de cualquier sitio del planeta. Son los bosques del sur del mundo, del sur de Sudamérica, específicamente del sur de Chile, de la tierra mapuche como indica la alusión a la Cruz del Sur (elemento cósmico), ni menos se trata de cualquier persona este poeta/hablante/defensor del importante papel que cumplen la poesía y el medio natural en la vida humana. Tampoco se trata de un joven poeta embarcado de pavo y por error en la descascarada nave del modernismo. Nada de eso. Esas "raíces azules<a title="" style="mso-footnote-id: ftn2" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn2" name="_ftnref2">[2]</a>" del tercer verso nada tienen que ver con el simbolismo del color azul del modernismo rubendariano sino con algo que le es mucho más propio, más personal, íntimo, vivo e identificador de su condición: es un poeta mapuche, es un poeta de ese pueblo que se llama a sí mismo gente de la tierra.<br />Entonces los versos 2-4 no son un simple apartado ni una acotación evasiva, sino que, por el contrario, reafirman el posicionamiento del poeta en su mundo íntimo (el de un mapuche sensible conectado íntimamente con la naturaleza) y en su mundo cósmico (que abarca desde las azules raíces de los árboles--no menos que las de esos otros árboles que son sus antepasados<a title="" style="mso-footnote-id: ftn3" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn3" name="_ftnref3">[3]</a>-- hasta la estelar Cruz del Sur). Este posicionamiento en su lugar natural y en las creencias y la tradición de sus mayores (que ya es una defensa de la poesía, entendida como valoración de las raíces íntimas del ser) le permite hallar la fuerza necesaria para iniciar su propia defensa de la poesía, una defensa frente a los agresores, esos otros que "me dicen," esos plurales otros que no son algunos, ni unos pocos, ni un pequeño sector de la sociedad sino todo ese conglomerado humano, ciego a la belleza del medio natural y de los mundos de la intimidad, que ha dado vida a una época cegada por el consumismo y los vicios con los que nos ha atropellado la modernidad.<br />De esta manera, mientras “esos otros” critican, descalifican y rechazan la poesía y el valor de la belleza de lo simple, el mundo natural sigue siendo bello, es belleza en sí mismo, a la vez que es el creador de una belleza que al poeta le gustaría ver repetida en la sociedad. Los gestos de amor y de afecto no se ven en estos versos en la relación humana sino en esos árboles de raíces azules que se acarician protegidos por la capa del suelo nutricio y el aire que saluda con pájaros a la lejana Cruz del Sur. Afecto frente a indiferencia, naturaleza frente a sociedad.<br />El resto del poema (versos 5-15) es la defensa directa que el poeta hace de la poesía, a través de una extensa serie de metáforas que parcialmente la definen y describen. Si ordenamos la serie, veremos que la poesía es:<br />1. el hondo susurro de los asesinados<br />2. el rumor de hojas en el otoño<br />3. la tristeza/ por el muchacho que conserva la lengua/ pero ha perdido el alma<br />4. un gesto<br />5. el paisaje<br />6. tus ojos y mis ojos muchacha<br />7. (el) oído(s)<br />8. (el) corazón<br />9. la misma música<br />10. el canto de mis antepasados<br />11. el día de invierno que arde y apaga<br />12. esta melancolía tan personal.<br />Hemos ordenado la serie de metáforas para facilitar su visualización y la elaboración de estas notas, sin por eso perder de vista que esta serie de parciales definiciones no ha sido presentada como un todo continuo por el poeta, quien hábilmente corta la secuencia en el verso 9 para retomarla en el verso 11. Entre ambas partes de la serie de metáforas el poeta manifiesta enfáticamente: "Y no digo más, porque/ nadie encontrará la llave que nadie ha perdido," como si con esa frase diera por terminada la reflexión que es su defensa de la poesía y, con la misma, concluyera también el poema. Sin embargo, tras ese instante de aparente recogimiento y silencio, llegan hasta la memoria del hablante/poeta otros elementos imprescindibles para completar su definición de la poesía. Este hecho agrega tres nuevos elementos a la serie metafórica. Tras esta acotación, volvamos a dicha serie.<br />Para Chihuailaf la poesía es (y está en) el mundo natural, la memoria, la valoración de los antepasados y su cultura, los sentimientos (el amor, en particular), el milagro de vivir y, al mismo tiempo, es el instrumento o herramienta para la perpetuación de todo eso. La poesía es memoria permanente que prohíbe la intromisión del olvido allí donde no debe: "es el hondo susurro de los asesinados," "el canto de mis antepasados." Pero no se piense que el poeta se abstrae de la contingencia. El "susurro de los asesinados" es metáfora del silencio que pesa sobre los muertos, de la imposibilidad de recordarlos a viva voz, de la prohibición total de su recuerdo. Y no se limite a entender ese susurro como el de los muertos por la dictadura sino a todos los muertos del pueblo mapuche en quinientos años de acosamiento winka.<br />La poesía es (y está en) la naturaleza que persiste en su diaria lucha por la vida, ante la continua agresión del winka (otra vez), es decir que es la misma fuerza destructora e inconsciente la que golpea a la naturaleza y la que golpea al pueblo mapuche. Así, la naturaleza y el pueblo mapuche sufren el mismo acosamiento, las mismas vejaciones, son lo mismo, unidad plena. Pero, digamos también que la poesía es conciencia de su raza, dolor ante la pérdida de identidad por el alejamiento y el olvido de las raíces, a la vez que, conciencia de los peligros que acometen a las nuevas generaciones de su pueblo. De allí que la poesía sea también "la tristeza/ por el muchacho que conserva la lengua/ pero ha perdido el alma," es decir, el joven mapuche que vive confundido a causa de la pérdida de su identidad (obligado muchas veces), de la pérdida de su cultura y de la comprensión del mundo de la manera en que siempre lo han visto y comprendido los suyos.<br />La poesía es un gesto, es decir, una señal de deseo de comunicación, un acto --por mínimo que sea-- que indica un cambio, una marca que viene a alterar la rígida monotonía. La poesía es (y está en) el ser humano y en su capacidad sensorial (ojos, oídos, corazón, entendido como sentimiento), en la relación humana, en el amor de la pareja, "tus ojos y mis ojos muchacha", que crean, interpretan y son la misma música. Y es aquí, precisamente, en mitad del verso 11, donde el poeta juega su carta maestra, aquella que a lo largo de todo el poema ha mantenido oculta bajo la manga (aunque la haya mencionado en el título). El flujo del discurso se detiene inesperadamente en mitad del verso, "Y no digo más," como diciéndonos "¡basta con eso!, ¡no más explicaciones!, a buen entendedor pocas palabras." Pero detengámonos –nosotros, lectores-- en este punto, que no es eso lo que dice el poeta, quien prontamente explica que no dice más "porque/ nadie encontrará la llave que nadie ha perdido."<br />¿Qué misterio es ése? ¿A qué llave alude el poema? Este verso, clave de verdad, resemantiza todo el poema y, en particular, la serie de definiciones ofrecidas hasta ese preciso punto. De esa extensa serie de descripciones que apuntaban a igual número de temas o motivos poéticos (hechos, cosas concretas, emociones, etc.) pasa a una metáfora breve, definidora y sentenciosa como el saber de esos antiguos a los que ha venido aludiendo todo el texto. La poesía es, ni más ni menos, una llave maestra. No es la llave huidobriana que abre mil puertas a lo desconocido e inesperado, esa llave que sólo unos pocos elegidos pueden manejar sino una llave más universal, presente en todos y en cada uno de los seres humanos, en todas y cada una de las cosas con las que convivimos, en cada elemento del universo sin límites. La poesía es "la llave que nadie ha perdido." ¿Deberemos entender entonces que esa llave está en todos, que habita en todos? ¿Iremos por el camino correcto? Como ocurre a menudo en la lectura de un poema, seguramente vamos por uno de los varios caminos posibles, porque, a nuestro entender, el verso "nadie encontrará la llave que nadie ha perdido" sugiere que si nadie la ha perdido y todos la han tenido siempre, esa llave que es la poesía debería estar en cada ser humano desde el origen hasta la ceniza, como diría Neruda. Sólo que hay que descubrirla y, por lo visto y leído, no todos parecen poseer la habilidad ni el interés de hacerlo como remarca el poema. Vive en todos, está en cada uno, pero, queda establecido que no es fácil descubrirla si se ha necesitado buscar tantas fórmulas para dar a entender eso que está en todos.<br />Y que quede claro que esto no es sólo afán interpretativo o deseo de comprobar la propuesta que hemos esbozado hasta aquí porque inesperadamente en el antepenúltimo verso (13), cuando el poema parece haberse cerrado, con llave puesta y más, pues todo ha sido dicho y aclarado con esa sentencia tan abstracta como definitiva; el poeta recapacita y decide poner unos ladrillos más a la justificación de que la poesía está allí, presente en todo, no para servir como un utensilio de barro o de madera sino para expresar el sentir y la cultura de los humanos así como el interminable rotar de las células en todo lo existente o de los astros en el cosmos eterno, porque poesía es también:<br />10) el canto de mis antepasados<br />11) el día de invierno que arde y apaga (y)<br />12) esta melancolía tan personal.<br />En una perfecta gradación descendente el poema nos conduce de lo amplio y eterno a lo mínimo y pasajero, del canto de los antepasados (canto, cuento, historia, memoria viva, perpetuación de la cultura propia en esos días de invierno<a title="" style="mso-footnote-id: ftn4" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn4" name="_ftnref4">[4]</a>, en ese siempre invierno del sur, en esos quinientos y tantos años de prolongado invierno sin ver nunca el advenimiento de una primavera de libertad, hermandad, plenitud y contento), pasando por el día de invierno que arde y apaga igual que el ciclo de la vida, hasta ese soberbio --en su minimalidad-- verso final.<br />La poesía, nos ha dicho y le ha dicho primeramente a su pueblo el poeta chileno- mapuche Elicura Chihuailaf, es y está en todo elemento que es parte del universo, desde la maravillosa Cruz del Sur parpadeando eterna en las noches de ese hemisferio (la naturaleza, el amor, la vida misma) hasta "esta melancolía tan personal" sin la cual seguramente este poema no se hubiera escrito nunca.<br /><br />BIBLIOGRAFÍA<br />Carrasco Muñoz, Hugo. 2000. “Introducción a la poesía mapuche”, Pentukun 10-11: 17-26.<br />Carrasco, Iván. 1991. "Textos poéticos chilenos de doble registro", Revista Chilena de Literatura 37: 114-122.<br />-----, "Literatura etnocultural en Hispanoamérica: Concepto y precursores", Revista Chilena de Literatura 42: 65-72.<br />-----, 1995. "Las voces étnicas en la poesía chilena actual", Revista Chilena de Literatura 47: 57-70.<br />Chihuailaf, Elicura. 1990, El invierno su imagen y otros poemas azules. Temuco: Ediciones Literatura Alternativa.<br />-----, 1999. Recado confidencial a los chilenos. Santiago: LOM Ediciones.<br />Galindo, Óscar. 1993. "Escritura, historia, identidad: Poesía actual del sur de Chile." Óscar Galindo y David Miralles: Poetas actuales del sur de Chile, Antología-Crítica. Valdivia: Paginadura Ediciones.<br />González Cangas. 1999. Héroes Civiles & Santos Laicos. Palabra y Periferia: Trece Entrevistas a Escritores del Sur de Chile. Valdivia: Barba de Palo.<br />Yilorm Barrientos, Yasna. 1998. "Elicura Chihuailaf: El niño soñante en busca de la doncella celestial", Documentos Lingüísticos y Literarios 21: 42-47. Valdivia: Instituto de Literatura y Lingüística de la Universidad Austral de Chile.<br /><br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn1" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref1" name="_ftn1">[1]</a> Refiriéndose al simbolismo de los nombres en la cultura mapuche, el poeta dice refiriéndose al suyo: "Demasiada tarea me dieron a mí por Elicura, que significa "piedra transparente"... y mi apellido Chihuailaf, que significa "neblina extendida sobre un lago" (González. 1999:75)<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn2" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref2" name="_ftn2">[2]</a> La importancia que tiene el color azul en la cultura mapuche y, en particular, para Elicura Chihuailaf es extensamente explicada por el poeta en una entrevista con Yanko González Cangas: "Ese azul tiene que ver con nuestra historia, es el origen de la vida mapuche. Hay dos relatos que son fundamentales en nosotros. Uno, que se confunde con el origen, que es ten ten cai cai, que en definitiva es un relato que tiene que ver con el surgimiento permanente de la vida mapuche […] El otro, ten tepu can cai, que dice que el primer espíritu mapuche vino desde el azul, pero no desde cualquier azul, desde el azul del oriente. De allí que el semicírculo en la ceremonia nguillatún está dirigido hacia el oriente , el círculo se completa en el azul. Este azul existe en el espíritu de cada uno de nosotros; pertenece a este cuerpo perecible, de lo breve, que en definitiva se llama vida y su estancia en el nag mapu, en la superficie, en la tierra. La casa donde yo nací, era azul por dentro y por fuera, un país azul. Esto es lo que se ha constituido en la columna vertebral que mueve mi poesía, por eso mi insistencia sobre el azul." (González Cangas,:1999 :76)<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn3" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref3" name="_ftn3">[3]</a> Véase la cita de Papay Marivl que Chihuailaf pone de epígrafe en su Recado confidencial a los chilenos: "Folil aliwen taiñ namun/Mvpv vñvm rupalelu niey taiñ Piwke"/ "Raíces de árboles son nuestros pies/ Alas de ave de paso tiene nuestro Corazón."<br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn4" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref4" name="_ftn4">[4]</a> "Sentado en las rodillas de mi abuela oí las primeras historias de árboles y piedras que dialogan entre sí, con los animales y con la gente. Nada más, me decía, hay que aprender a interpretar sus signos y a percibir sus sonidos que suelen esconderse en el viento." (Chihuailaf. 1999: 17)Carlos Trujillohttp://www.blogger.com/profile/06524332265007344352noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1703099032133422636.post-89830745629012702772007-03-06T18:07:00.000-08:002007-03-06T18:39:46.481-08:00DEL HORROR A LA ESPERANZA:NOTAS SOBRE UN POEMA DE SERGIO MANSILLA<br /><br /><br />POEMAS ENTERRADOS<br />(Sergio Mansilla)<br /><br />Vinieron los peores días de represión, <a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg5j3roi-2uJJgRcUDKL7B-G9zhz0yeTQnspgMRm5SwY0nEshaWV9PTlb9ssmyJcWK6srlsIloZv9SGOlU9dJsp4y0FMiMo05JNXy3gqWMODnI2SVQYLOr-N4g0S8QcQgfRLcD2qE1bYeAh/s1600-h/Sergio+Mansilla+Torres.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5039001903225945090" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 205px; CURSOR: hand; HEIGHT: 293px" height="310" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg5j3roi-2uJJgRcUDKL7B-G9zhz0yeTQnspgMRm5SwY0nEshaWV9PTlb9ssmyJcWK6srlsIloZv9SGOlU9dJsp4y0FMiMo05JNXy3gqWMODnI2SVQYLOr-N4g0S8QcQgfRLcD2qE1bYeAh/s320/Sergio+Mansilla+Torres.jpg" width="215" border="0" /></a><br />cuando hasta el aire estaba embrujado<br />y no maduraban las siembras<br />ni había comercio en las ferias.<br />Entonces tuve que enterrar unos cuantos<br />poemas para el futuro.<br />Tal vez ya hayan germinado y crecido.<br />Tal vez todavía estén esperando las primeras<br />lluvias para levantar su índice al cielo.<br />En alguna parte del pasado<br />han de estar ahora,<br />en alguna quebrada vivirán ocultos<br />como monstruos de sueño.<br />Y estos Poemas son los que deambulan<br />por los montes, los verdaderos<br />prófugos de las verdaderas prisiones;<br />éstos que un día sembré bajo la tierra<br />para el futuro.<br /><br />El texto que comentamos es un breve poema de Sergio Mansilla publicado primeramente en Noche de agua (1986) y vuelto a incluir en El sol y los acorralados danzantes (1991). Es pues un poema entrañable para su autor puesto que también acaba de seleccionarlo para un volumen antológico de poetas chilenos de próxima publicación. Ambos libros fueron escritos durante los años de la dictadura militar en Chile y éste poema, en particular, apunta directamente a la represión, a los temores que llegaron y se mantuvieron por casi dos décadas en la sociedad chilena los años de la dictadura y principalmente al valor del testimonio poético como herramienta contra el olvido. El poema en sí tiene el tono elegíaco típico de mucha de la poesía contestataria escrita en el sur de Chile en esos años. Cierto es que no falta al final del texto un débil tono de esperanza, pero a decir verdad se trata de una esperanza a medias puesto que el poeta/hablante no la ve realizable en un futuro cercano. Este poema es, indudablemente, un buen ejemplo de lo que podríamos clasificar como parte de la poesía política testimonial de la contingencia histórico-social chilena escrita por Mansilla durante la dictadura; sin olvidar que en ésta también se entrecruzan varios elementos de lo que Iván Carrasco ha denominado 'poesía etnocultural.'<br />A nuestro parecer, Sergio Mansilla Torres (1958), es uno de los poetas mejor dotados entre sus pares chilenos de la generación que empezó a escribir y/o a publicar con posterioridad al golpe de estado de 1973. El autor de Noche de agua ha sabido interpretar como pocos el espíritu de sus contemporáneos, la angustia de esos años mortificada diariamente por los hechos, la sensibilidad atormentada por la inminencia de la represión, la imagen de la muerte como un horrible maleficio, vivo y omnipresente, al mismo tiempo que la marginalidad de la minoría socio-cultural que habita en el archipiélago de Chiloé. No debe pasarse por alto que en ambos libros este poema forma parte de la sección titulada "Mito-Historia." Así, en el poema que comentamos, la pluma de Mansilla --sin apartarse un ápice de la visión de mundo isleña-- apunta con precisión sobre los principales temores que durante la dictadura militar aquejaban a los chilenos, temores nada de distintos a los que debe sufrir cualquier otro pueblo oprimido y aterrorizado por un régimen de facto.<br />El tema es sencillo, pero poderosamente dramático en su sencillez (Mansilla, en general, no opta por la originalidad de los temas sino por la belleza y la pulcritud de su tratamiento artístico). El título ya lo señala, son esos "Poemas enterrados" por el poeta, quien por ese conducto intenta dejar un testimonio de esa historia de horror y angustia que otros quieren borrar de una plumada, suprimirlo para siempre de la memoria de todos. Por eso, el poeta --en este caso la persona que habla en el texto-- decide ocultar sus poemas bajo tierra (por temor a la represión y a los millones de ojos que ésta posee) con el propósito de dejar su versión de ese tiempo para que otros puedan conocerla cuando la normalidad vuelva a su cauce en su país.<br />"Poemas enterrados" (título plural que sugiere un testimonio in extenso) es un poema breve, compuesto por 18 versos de métrica irregular, verso libre y sin rima. Esta estructura atiende en primera instancia al propósito de presentar el texto como una evocación libre y emotiva de un tiempo amargo--quizás el más amargo--de su vida personal, así como también de la historia de su país. La sencillez del lenguaje es la apropiada a la persona del poeta/hablante quien mira/ve/sufre el mundo desde sus ojos de campesino (campesino chilote, debería agregarse), como es fácil deducir por sus alusiones a brujos, siembras, ferias, germinación, lluvias y a todo ese ambiente mítico-realista (de "Mito-Historia") que pinta magistralmente el texto.<br />La materia del tema se reparte en cinco apartados fácilmente identificables. Se abre el poema con la remembranza del tiempo del horror, "Vinieron los peores días de represión" (versos 1-4); el apartado b) comprende los versos 5-6 y expone la reacción del poeta ante el riesgo en que vive (y con él la memoria histórica) y expresa su propósito; en el apartado c) versos 7-9, se manifiesta la esperanza (el deseo, más bien) de que se mantenga viva la memoria atesorada en los poemas; el apartado d) versos 10-13, el temor a que esos poemas se encuentren presos en la cárcel del pasado (cárcel temporal, no física) y, finalmente, los últimos cinco versos, apartado e) la revelación de que ese tiempo de horror aún persiste puesto que esos Poemas escritos para el futuro viven todavía ocultos en los montes, temerosos a la poderosa garra de las fuerzas del mal (la legalidad vigente).<br />El hecho que el poema se abra intempestivamente con el recuerdo acongojado de los días de represión señala que ése es un tiempo presente permanentemente, un tiempo paradójicamente vivo, inmóvil e inamovible, congelado para siempre en la memoria del hablante. El verbo que abre el poema ("Vinieron") parece indicar la llegada de personas (son las personas generalmente quienes vienen o van). De este modo, el tiempo de la represión se vuelve una presencia física, palpable, antropomorfa, aunque bestial. Fue ése un tiempo prolongado--según se sugiere--, pero no todo ese periodo nos retrata el poema sino un lapso muy preciso y claramente identificado: el de "los peores días de represión." Es entonces --y a causa de ese aire amenazante-- cuando ese específico espacio de mundo y de historia se vuelve un microcosmos gobernado por la maldición de los brujos malos ("hasta el aire estaba embrujado") que atizonó las tierras, el comercio y la vida en general ("no maduraban las siembras/ ni había comercio en las ferias"). Fija el poeta atentamente la mirada en las notas que definen y marcan la hondura del dolor y la tenacidad de la fuerza maligna. Los elementos ponderativos y descriptivos se van sumando en una serie de alusiones de distinto orden (el aire embrujado, la improductividad de los campos, la falta de comercio). La maldición o castigo había caído sobre todos (en el macromundo, Chile, y) en el micromundo, sector rural de Chiloé, desde el cual observa, siente y sufre la persona que nos habla en este poema --rasgo característico de los dos primeros libros Mansilla-- como es posible notar por las referencias de la vida rural, la superstición y el mundo mítico.<br />El recuerdo del poeta/hablante se intensifica, precisa e ilumina en un momento de ese pasado: "Entonces tuve que enterrar unos cuantos/ poemas para el futuro." La aflicción del poeta y el deber/misión que le corresponde cumplir son trazados con precisión al reconstruir este detalle: "Entonces tuve que enterrar unos cuantos poemas." Sorprende la elección del verbo. No se trata de esconder, ocultar ni guardar los poemas sino de enterrarlos igual como se hace con los muertos, lo que nos inclina a conectar estos poemas que se entierran con las personas muertas y enterradas como consecuencia de la represión<a title="" style="mso-footnote-id: ftn1" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftn1" name="_ftnref1">[1]</a>. Entendido así, estos "Poemas enterrados," y humanizados por ese acto, vienen a ser otras víctimas de la represión militar. Sin embargo, el final de la frase poética desliza el objetivo de su acción. El poeta ha decidido enterrar "unos cuantos/ poemas para el futuro." Este elemento, que no es un detalle casual ni aledaño, otorga al poema que estamos leyendo y a los poemas enterrados (de los que nos enteramos por el poema que leemos) una nueva dimensión, la dimensión de la esperanza, la noción de que no hay mal que sea eterno y que el poeta, a través de su escritura y de la tremenda obstinación que lo mueve, puede y debe dejar testimonio de su tiempo (este tiempo de crisis), por si hubiera un futuro distinto en el que las condiciones permitieran a sus eventuales lectores desenterrar los poemas y descubrir el testimonio que encierran. Decimos que gracias a ese elemento ("para el futuro") fluye un nuevo sentido en el entramado poético pues la factibilidad de ese hecho (desentierro de los poemas y revelación de la historia escondida/ acallada) abona la factibilidad de una esperanza a partir del desentierro y descubrimiento de estos poemas (palabras de fe en un futuro mejor) que en la conciencia del lector traerán aparejada la idea de un descubrimiento análogo, tal vez, junto con la historia verdadera, los cuerpos de los desaparecidos, enterrados "por malas manos" con un propósito completamente opuesto.<br />En los versos 7-9 el oleaje del poema cambia la perspectiva. El poeta se aparta temporalmente de ese recuerdo amargo, abandona el uso de las formas verbales en tiempos pasados (vinieron-estaba-maduraban-había) y opta por diversas formas del subjuntivo (hayan germinado-estén esperando), por la impersonalidad del infinitivo (levantar), la forma compuesta "han de estar" y el futuro de probabilidad ("vivirán") con el objeto de retratar un presente (el suyo y el de los poemas) marcado por el signo de la eventualidad, que en este contexto es otra forma de decir de pura incertidumbre. A las formas verbales se suman la reiteración anafórica del adverbio de duda "tal vez" que contribuye igualmente a remarcar lo hipotético de la realización de su deseo o esperanza.<br />Si en los primeros versos dominaba el recuerdo agobiador de los días ominosos de la represión como una condena sobre el estado anímico del hablante, aquí (versos 7-9) la esperanza se asienta en el conciencia del poeta. Tal vez el riesgo corrido en esos días (riesgoso era intentar la pervivencia de la memoria) haya valido la pena, tal vez estén próximos (latentes en algún lugar) a producir sus frutos. Los "Poemas enterrados" (título y tema, reitero) se metamorfosean en plantas en la conciencia campesina del hablante (planta que es alimento, a la vez que producto del trabajo humano y la fertilidad de la tierra), como si la fe puesta por el poeta al enterrar/sepultar esos escritos hubiera potenciado al máximo ese entierro/sepultura (signo de muerte) transmutándolo en siembra, germinación y crecimiento (signos de vida).<br />No discutimos que se trata tan sólo de una probabilidad ("Tal vez todavía estén esperando las primeras/ lluvias"), no de un hecho, pero existe, está allí, y es un poderoso estímulo a la esperanza la idea de esas plantas/poemas/seres humanos que tras las primeras lluvias (signo de fertilización, de nueva vida) levantaran "su índice (acusador) al cielo." Es decir que estos poemas/plantas/seres humanos así magnificados por la poderosa metáfora no habrán de ser únicamente testimonio de lo que pasó sino que habrán de cumplir además una función acusatoria señalando a los culpables, e indicando al cielo en evidente clamor de justicia. Al cielo--parece decir el poeta--debe pedírsele aquello que no es dable esperar de la justicia humana.<br />Sin embargo, la fuerte emoción que aflige al hablante lo arrastra a un estado de desesperación y desconfianza en el presente. No es en el presente donde él imagina la existencia de esos poemas sino "En alguna parte del pasado/ (es donde) han de estar ahora." Pareciera que el presente no es un tiempo para la realización de tan entrañables sueños y esperanzas. El pasado se ha vuelto una hermética prisión (mundo mítico regido por leyes propias), en un tiempo del cual no pueden zafarse ni los testimonios escritos (poemas enterrados) ni la memoria atormentada del poeta. Esos restos de memoria no pueden ser arrebatados de allí como si sobre ellos pesara una inquebrantable maldición. Los poemas (la escritura de la memoria histórica) se han vuelto entes fantasmagóricos, monstruosos, pesadillescos, inasibles, viviendo su vida fantasmal lo más apartada y escondida de las personas: "En alguna quebrada vivirán ocultos/ como monstruos de sueño." Aquí nos enfrentamos a una, al menos, triple lectura: a) los poemas permanecen el pasado por temor a revelar en el presente una realidad cruelmente horrorosa que volvería a repetir esos dolores en la gente, acrecentándolos; b) la memoria del horror se ha vuelto un monstruo de pesadilla en su inhumano escondite; c) las memorias de esos días, en el presente de la escritura, no son sino otro capítulo de la vasta mitología regional, así como los brujos, el basilisco o el camahueto.<br />El apartado último viene a poner las cosas en su lugar. Armónicamente combina los dos órdenes de cosas que ya habíamos adelantado. Los poemas enterrados, "estos Poemas" --así con mayúscula como si se tratara de un nombre de persona-- se hacen Uno con el recuerdo de todos los que han sufrido la violencia y la opresión de esa dictadura que es también la opresión de brujos y fantasmas, y se nos viene la imagen de los detenidos-desaparecidos que no tienen descanso ni tregua en la memoria de sus seres amados. Así, los últimos cinco versos concluyen magníficamente el tema sacando a la luz (desenterrando también) la idea que ha permanecido sumergida a lo largo de todo el texto: "estos Poemas son los que deambulan/ por los montes, los verdaderos/ prófugos de las verdaderas prisiones;/ éstos que un día sembré bajo la tierra/ para el futuro." Los Poemas enterrados, así como los detenidos desaparecidos que la política oficial ha tratado de diluir en las aguas del olvido, renacen y se revitalizan en la memoria de su pueblo, libres en su intimidad, aunque todavía no más allá de ese pequeño círculo. Unos y otros son "los verdaderos prófugos/ de las verdaderas prisiones."<br />Es evidente que para el poeta, las verdaderas prisiones no son ni fueron únicamente las cárceles ni los campos de concentración de la dictadura con sus altas murallas y sus guardias armados. Las peores cárceles fueron: la cárcel de la conciencia, la proscripción de las ideas, la censura y la autocensura, la íntima cárcel que se llevaba adentro (como si uno mismo se hubiera transformado en su propia tumba), hasta llegar a este futuro (es decir, el presente del emisor en los cinco versos finales) donde el poeta confirma que aún ese futuro al que alude en los versos 6 y 18 no llega. Pero consecuentemente con la idea de esperanza que persiste a pesar de todo, afirma en presente (ya no en pasado como en los versos anteriores) que "estos Poemas son los que deambulan/ por los montes," que (estos Poemas) "son los verdaderos/ prófugos de las verdaderas prisiones," y finalmente que (estos Poemas) son los "que un día sembré bajo la tierra/ para el futuro." La fuerza y el anhelo que recorre todo el poema se vale de esta triple afirmación para iluminar la esperanza. Así manifiesta que aunque el tiempo de su realización se siga extendiendo hasta la exageración, la tal esperanza está viva en él mientras esos Poemas suyos se mantengan prófugos de las prisiones.<br />La secuencia del poema se ha organizado de manera tan simple como admirable creando la imagen de un mundo dominado a la mala por el terror de la represión (dictadura) y por la maldición de los brujos (superstición) que no son más que las dos manos del mismo monstruo (historia-mito / mundo nacional-mundo local). A lo largo del poema los verbos ofrecen ciertos indicios que auguran la esperanza y la afirmación final. De "enterrar" se pasa a "germinar" y luego a "crecer," secuencia que nos permite inferir que el entierro de los poemas no ha sido sepultura para el olvido sino siembra para la memoria. Por eso están allí, dice el poeta, "éstos (poemas) que un día sembré bajo la tierra/ para el futuro." Ese futuro que el obstinado poeta/hablante no quiere poner en duda, ese futuro que, por muy lejano se encuentre, algún día habrá de llegar. El poema se cierra con la revitalización de un tópico de la poesía testimonial hispanoamericana de base cristiana, la muerte no es el final, el entierro no es adiós definitivo ni menos olvido, asimismo como afirma Ernesto Cardenal en uno de sus Epigramas: "pensaban que lo enterraban/ y lo que hacían era enterrar una semilla."<br /><br />Nota:<br />También nosotros (lectores fácticos) estamos descubriendo y desenterrando este/os poema/s de la sepultura del libro cerrado.<br /><br /><br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn1" href="http://www2.blogger.com/post-create.g?blogID=1703099032133422636#_ftnref1" name="_ftn1">[1]</a> Tampoco debemos olvidar que en Chiloé entierro también tiene la acepción de "tesoro." "Anda tratando de encontrar un entierro"dirá alguien refiriéndose a riquezas supuestamente enterradas/escondidas en el tiempo de la colonia cuando los piratas atacaban las villas y poblados del archipiélago. De manera que en enterrar los poemas también significaría transformarlos en un "tesoro" que las personas alguna vez habrán de buscar.Carlos Trujillohttp://www.blogger.com/profile/06524332265007344352noreply@blogger.com0